Adiós, Mr. Trump

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Proceso
14/01/2021

Trump se va. Es definitivo. Y se va por la puerta de atrás. Ya sea que termine su periodo el próximo 20 de enero o que se le destituya a escasos días de terminarlo, el más controversial de los últimos presidentes estadounidenses, se va contra su voluntad. Su último intento de quebrantar la ley para seguir en el cargo, propiciando la violencia el 6 de enero, fue su suicidio político. Hasta sus mismos partidarios condenaron el que se ha considerado un intento de golpe de Estado.

Lo de Estados Unidos debería dejar una lección fundamental para quienes se erigen como salvadores aprovechándose de las necesidades postergadas de la gente, utilizan mentiras, fomentan el odio y dividen el mundo en buenos y malos. La gran popularidad de la que gozó Trump en un tiempo y de la que sigue gozando todavía en una buena parte de la población estadounidense, no le alcanzó para violentar las leyes y la institucionalidad y quedar impune. Además del perfil racista, xenófobo y machista, el devaluado presidente desnaturalizó la función de instituciones que los estadounidenses consideran claves para su democracia. Así lo hicieron ver en una carta que firmaron diez exsecretarios de Defensa y que publicó el domingo 3 de enero el Washington Post. En ella advertían que involucrar al Ejército en una disputa electoral sería cruzar el territorio peligroso y también advertía que podía poner en peligro la paz.

En unas semanas llegará Joe Biden a presidir la Casa Blanca. Sin duda, no tener a Trump será un alivió no solo para los Estados Unidos sino para el mundo y, sobre todo, para los países que el país del norte considera su zona de influencia. Pero la historia demuestra que no se puede esperar demasiado. El norte siempre es el norte, aunque lo dirija una persona más sensata. Biden ya fue vicepresidente de EEUU en el  mandato de Barack Obama (2008-2016) y fue durante este periodo que se inició la política de separación familiar de la población migrante que intentaba alcanzar el sueño americano. Además, conviene recordar que el gobierno de Obama ha sido el que más deportaciones realizó en sus dos mandatos. “El presidente Barack Obama fue apodado "Deportador en Jefe" por los defensores de los derechos de los inmigrantes por una buena razón. Durante sus ocho años en el cargo, su administración deportó formalmente a más de tres millones de no ciudadanos, en comparación con dos millones durante el mandato de George W. Bush y alrededor de 900.000 bajo la administración de Bill Clinton. En el momento en que dejó el cargo, Obama era definitivamente el campeón de deportación”.

Por lo anterior, existen temores de que Biden no se aleje de ese esquema deportador. No obstante, en sus propuestas de campaña, Biden afirmó que “eliminará de inmediato las políticas de inmigración draconianas de la Administración Trump”. Asimismo, Biden se comprometió a implementar una estrategia integral de $4 mil millones para América Central con el objetivo de disminuir la migración desde Centroamérica. Dicha estrategia incluye temas que se abordaron en la gestión del expresidente Barack Obama como por ejemplo, movilizar la inversión privada en la región, mejorar la seguridad y el estado de derecho, abordar la corrupción endémica y priorizar la reducción de la pobreza y el desarrollo económico. Estas estrategias no son novedosas y siempre los gobiernos de Centroamérica, especialmente de los tres países del norte, se las han arreglado para recibir la ayuda económica y no disminuir ni la inseguridad, ni la pobreza, ni la corrupción. Al contrario, Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador, parece que retroceden en el respeto a la institucionalidad y los viejos vicios siguen vigentes y profundizados por los actuales gobernantes. Pero, en teoría, la agenda de intervención de Biden hacia Centroamérica, obligará a los gobiernos del área a demostrar capacidad para combatir las causas de la migración irregular que tanto les preocupa a algunos sectores en Estados Unidos. Conviene ser realistas con respecto a la nueva administración estadounidense. Hay que estar vigilantes para que el probable apoyo que llegue a Centroamérica se utilice realmente para combatir las raíces que han hecho de la migración casi la única salvación para miles de familias, pero también es necesario estar conscientes de que para los Estados Unidos, donde ha crecido el rechazo hacia los extranjeros no caucásicos, lo primordial es garantizar la seguridad de sus fronteras. Por ello, será de suma importancia dar seguimiento a las políticas migratorias del gobierno de Joe Biden.


* Artículo publicado en el boletín Proceso N.° 28.

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