En las elecciones generales de 2015, hastiados de los partidos y políticos tradicionales, que históricamente han derrochado corrupción y cometido un amplio abanico de delitos, los guatemaltecos ejercieron un voto de castigo, se decantaron por un candidato presidencial atípico. El lema de campaña del entonces aspirante Jimmy Morales, “Ni corrupto...