La postura presidencial frente al 16 de enero es cínica. El presidente Bukele se vale de las víctimas para intentar rectificar el error garrafal que cometió al descartar los Acuerdos de 1992 como “pacto de corruptos”. Si en verdad honrara y respetara a las víctimas, pudo haberse ahorrado la descalificación...