Tras un consenso mundial, el 1 de diciembre se denomina el Día Mundial de la Lucha contra el Sida. Como cada año, la fecha permite recordar a las personas fallecidas y alzar la voz para exigir el fin de los estigmas y la garantía de los derechos de las personas viviendo con VIH/sida.
En el país, en lo que va del año, se han detectado 166 nuevos casos de VIH en el país y otros 146 en fase de sida. Según el más reciente estudio sobre impacto socioeconómico del VIH/sida en El Salvador, realizado por la Comisión Nacional contra el Sida, el PNUD y ONUSIDA, las personas reducen sus ingresos económicos en un 38%, luego de ser diagnosticados.
Esta población debe enfrentar no sólo una realidad de discriminación social, sino muchas veces dificultades para acceder a empleo, continuar sus estudios y, lo que es más grave, acceder a los tratamientos y medicinas necesarios para conservar su salud.
Cuando la sociedad le da la espalda a esta realidad, no hace más que darle la espalda al presente y al futuro. Por ello, es necesario insistir en que la dignidad humana debe ser el fundamento de la interacción social y, a la vez, la base para las acciones y medidas políticas.
En ese sentido, es responsabilidad de todos y todas respetar la dignidad de las personas con VIH/sida, y es obligación de las autoridades garantizar el goce de sus derechos plenos. Esta tarea debe concretarse en dos vías.
Por un lado, la prevención del VIH/sida, para lo cual se necesitan no sólo campañas de difusión, sino una verdadera apuesta sobre temas como la educación sexual, que incluya la adecuada orientación sobre el uso de métodos de prevención. Por otro lado, es necesario reforzar las acciones gubernamentales dirigidas a las personas con VIH/sida en el país desde el enfoque curativo de la salud y desde el pleno goce de sus derechos fundamentales.
En ese sentido, ante los hallazgos del estudio de ONUSIDA, el Estado debería facilitar ayudas técnicas a las personas con VIH/sida, así como modalidades de empleo que les permitan obtener y conservar sus ingresos económicos. De esa forma se garantizaría su calidad de vida.
No hay que perder de vista que este esfuerzo también pasa por eliminar toda forma de discriminación contra las personas con VIH. Según organizaciones vinculadas al tema, se reciben anualmente más de 30 denuncias sobre discriminación; un dato que debe alarmar, pues representa personas vulneradas en su dignidad.
El VIH/sida no es un tema de salud; debe enfocarse como un tema de derechos humanos, tal como la Organización de las Naciones Unidas ha estipulado como lema para este 1 de diciembre: "Acceso universal y derechos humanos". Nos concierne a todos y todas.