Medios y vigilancia

Existe un consenso en la mayoría de sociedades sobre que la educación es uno de los factores claves para el desarrollo. También es claro que una sociedad mejor educada y alfabetizada tiene mayores probabilidades de éxito en una economía globalizada basada en el conocimiento. Aunque existe este acuerdo, el cómo educar a la población causa preocupaciones y desata pasiones ideologizadas; en nuestro país, principalmente en los grandes medios de la prensa escrita.

El Diario de Hoy y otros medios siguen con lupa todos los movimientos del Ministerio de Educación, tal como hacían antes con el problema de la basura en San Salvador (el cual, curiosamente, se solucionó con la simple llegada de Norman Quijano a la alcaldía). Este comportamiento de la prensa escrita está muy acorde con la intención de Arena de mantenerse vigilante ante el nuevo Gobierno. Así, desde el inicio de la gestión de Funes, empezó una discusión, en estos medios, sobre el programa Educo, el Plan 2021 y, ahora, sobre el poco conocido Plan Social Educativo "Vamos a la escuela". Con relación a Educo, es obvio que este programa ayudó a ampliar la cobertura de la educación en la zona rural, pero en calidad sus logros son muy cuestionables, y ni hablar de sus costos y premios recibidos. Con respecto a "Vamos a la escuela" se justifican las ansias, porque no hay divulgación de los documentos y, por lo tanto, no se puede aportar al mismo. A lo mejor es una excelente idea, pero como no se comunica es fácil que se generen rumores y, así, se dé su descalificación temprana.

Volviendo a la intención de "estar vigilantes", al leer la prensa escrita pareciera que los periodistas de derecha son los encargados de este trabajo y no los funcionarios de Arena. O a lo mejor no hay diferencia entre ellos. En otras oportunidades se ha dicho que con el cambio de Gobierno (y no con el Gobierno del cambio) se abría la posibilidad de que los medios (sean de derecha o de izquierda) dejaran de ser portavoces gubernamentales, como había sido la tradición en el pasado. Esto les hubiera permitido tener un pensamiento más fresco, libre, y poder hacer una labor más educativa, constructiva y enfocada a la despolarización política; sin embargo, los medios siguen acorralados y no ven más allá de su conciencia partidaria. No se dan cuenta de que con el lenguaje que utilizan transmiten de manera indirecta violencia en el país número uno en este campo. Solo basta comparar los periódicos de la región centroamericana con los nuestros para caer en cuenta de lo mal que está el periodismo nacional. No se niega que han avanzado en tecnología, pero no hay pensamiento nuevo en ellos. Con el cultivo de pasiones en que permanecen, lo más probable es que las nuevas generaciones de periodistas perpetúen esta conducta y el país no avance.

Un ejemplo. El día de ayer el Gobierno inició el programa de pensión básica universal en un municipio de extrema pobreza de Chalatenango. Dicho programa consiste en la entrega de 50 dólares mensuales a unos 7,433 adultos de más de 70 años que residen en los 32 municipios de mayor pobreza rural; adultos de escasos recursos económicos, que viven en situación de abandono y que no reciben otro tipo de pensión.

Si las cabezas de los medios estuvieran trabajando por crear una cultura de paz, respeto y solidaridad en el país, las portadas de este día se hubieran dedicado a la divulgación del hecho, aprovechando para transmitir valores como la solidaridad con los mayores y el buen trato que debemos darle a los que con mucho sudor y sangre han contribuido al desarrollo de nuestro país, aunque sea desde tareas humildes como la servidumbre, la jardinería, las pequeñas ventas de canasto en los mercados, etc. Personas que por su condición de excluidos no lograron tener un trabajo decente que les permitiera ser registrados como trabajadores y constructores de este país.

Sin embargo, este día, la divulgación de la noticia ocupó pequeños y secundarios espacios en los dos principales periódicos, mientras que las portadas las dedicaron a las crisis de Honduras y de Arena: "EUA y Brasil enfrentados por comicios en Honduras" y "Llegan al Coena otros 4 miembros". A esta falta de visión hay que agregar la cantidad enorme de páginas dedicadas —escribámoslo en el tono de los medios— a la amenaza del FMLN de implementar el socialismo del siglo XXI en nuestra patria.

Con esta clase de periodismo, que antepone la opción política partidaria a la construcción de una sociedad más justa y equitativa, pocas esperanzas tiene el país de avanzar en la construcción de valores que eliminen la violencia estructural que vivimos.