Virtudes de la educación en ciencias

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Willian Marroquín
27/09/2009

En las semanas anteriores, tuvimos la oportunidad de interactuar con diferentes grupos de personas (la mayoría de ellos, personal de universidades) sobre el estado de la ciencia y la tecnología del país, principalmente en dos temas: los recursos humanos o capital humano (el vocabulario genera anticuerpos) y la investigación.

En una de las reuniones, uno de los asistentes me preguntó qué áreas recomendaba a las universidades para que investigaran. Teniendo en cuenta nuestro país, donde los problemas abundan en medio ambiente, salud, vivienda, energía, riesgos por fenómenos naturales y contaminación, etc., me parece que la respuesta a qué investigar debería caer por su peso; sin embargo, no es así. La construcción de agendas de investigación es todavía un reto para muchas universidades del país.

No es la intención acá criticar o valorar negativamente esta situación, sino enfocarnos en que la educación y formación en ciencia y tecnología es de urgencia para el país y debe iniciarse, como eje transversal, desde la preparatoria. La propuesta básica es que la educación en ciencias puede contribuir a la solidaridad y a la búsqueda de soluciones a los problemas que agobian al país.

La educación y formación en ciencias, ingenierías y arquitectura, mueve al estudiante a pensar anticipadamente; es decir, a buscar posibles soluciones antes de terminar de escuchar el enunciado del problema. El buen ingeniero, científico o arquitecto es aquel que con facilidad y rapidez usa la teoría científica para convertirla de manera simple en una solución práctica.

Además, la educación y formación en ciencias hace énfasis en buscar la mejor solución a los problemas y en aplicar el método científico de manera inconsciente y natural. Debido a este tipo de formación (enfocado a la solución de problemas), no debe extrañarnos que los estudiantes más comprometidos con la solución de problemas de comunidades pobres del país, o los que participaron mayoritariamente en la marcha de la juventud por la no violencia, o los que murieron en la década de los ochenta en la toma de la embajada de Venezuela sean o hayan sido estudiantes de ciencias de la universidad (en este caso, cito ejemplos de la UCA).

El compromiso por buscar la solución a todo tipo de problemas lo despierta la ciencia y la experimentación científica, y es a través del contacto con la realidad y sus dificultades que se despiertan valores importantes como la solidaridad y el trabajo voluntario. Para nuestra área, la de las ingenierías, fue de mucho agrado que varios de nuestros profesores recibieran diplomas de reconocimiento en la pasada Feria de la Solidaridad de la UCA. Esto reafirma lo que siempre hemos intuido: la educación en ciencias, desde temprana edad, es una de las mejores formas de crear buenos ciudadanos.

Otro aspecto de la educación y formación en ciencias es que posibilita pensar en soluciones graduales o incrementales a los problemas, y en tratar de "ser enemigos de lo perfecto para poder avanzar". La filosofía detrás de esto es que sobre el camino se corregirán los errores e imperfecciones, pero lo importante es avanzar.

La formación en este campo también tiene dificultades, y una de ellas es que muy poco se da a conocer lo que se hace. Esto se debe a que se piensa que "hacer es más importante que contar". Además, se usa un lenguaje (más simbólico y matemático) de difícil traducción al lenguaje común o cotidiano. Esto no solo reduce la audiencia, sino que reduce el grupo de personas con las que el científico puede interactuar.

A pesar de las dificultades presentadas, vale la pena invertir en la educación en ciencias. El país lo necesita de manera urgente, ya que la solidaridad y el voluntariado son valores clave para superar la pobreza, el analfabetismo y tantos otros problemas. Si la formación en ciencias fuera una política de Estado, seguramente las Universidades no tendrían dificultad para construir sus propias agendas de investigación en la actualidad.

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