En los medios de comunicación se suele confundir libertad de prensa con potestad de decir cualquier cosa, aunque sea sin fundamento, aunque se denigre a personas, grupos sociales o instituciones. Esta práctica ha sido común en el ejercicio del periodismo en nuestro país, y por eso es comprensible que cambiarla no sea sencillo. En este contexto de impunidad para decir lo que se quiera hay que ubicar las notas de El Diario de Hoy intentando desprestigiar a la UCA a través de su Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop). Pero este es solo un ejemplo, seguramente no el más importante, del uso falseado de la información y de la deshonestidad con la verdad. La trayectoria de este periódico está salpicada con este tipo de manipulaciones.
El 3 de noviembre del año pasado, El Diario de Hoy publicó una nota de dos páginas titulada "El Salvador se autodescalifica ante la inversión del Reino Unido", que presuntamente se amparaba en el informe elaborado por Chris Bennett, director de Caribbean Council. Bennet, a través de Giovanni Berti, director de la Agencia de Promoción de Exportaciones e Inversiones de El Salvador (Proesa), desmintió la publicación, que aseguraba que funcionarios salvadoreños habían descalificado al país como destino de inversiones británicas. Algo parecido sucedió con un texto del 5 de marzo de este año, en el que, con el título "El Fondo Monetario corrobora el informe de Fusades", se citaban frases del representante regional del FMI, Fernando Delgado. Ante la publicación, Delgado aclaró en un comunicado que él no corroboró ningún informe del centro de investigación y que no hizo juicios de valor sobre las políticas de las autoridades salvadoreñas, tal como el rotativo afirmaba en las primeras líneas de la columna, que se publicó como "La nota del día".
También pasó con una nota del 14 de mayo, en la que este periódico aseguró que la segunda versión de Fomilenio estaba suspendida debido a incumplimientos del Gobierno. La Embajada de Estados Unidos y la Corporación del Reto del Milenio (MCC, por sus siglas en inglés) aclararon que, contrario a lo publicado, la Junta Directiva de la Corporación no había decidido posponer la implementación de un segundo pacto con El Salvador y que continuaba con el proceso de valoración de los proyectos propuestos por el Gobierno. Y ahora que estamos en plena campaña electoral, el diario presenta a Norman Quijano como el candidato que con más firmeza ha definido una posición en contra de la tregua, tanto como para que, según el matutino, los otros dos candidatos le hayan retirado su apoyo al cuestionado acuerdo entre pandillas.
Lo que no dice El Diario de Hoy es que, días antes, el candidato de Arena declaró a la Voz de América, el servicio de radio y televisión internacional del Gobierno estadounidense, que en caso de ganar la elección ampliaría el diálogo que disminuyó el índice de homicidios. "El enfoque tiene que ser más amplio que una simple tregua, la cual no hay que abandonar, sino que dejarla como un logro", dijo Quijano el 14 de mayo. Unos días después, coincidiendo con el cambio del equipo que lo apoya en la campaña, el candidato se declaró frontalmente en contra de la tregua, y afirmó que su viraje estratégico era con miras a presentar ofertas a los electores y afianzar la debilitada estructura de su partido, es decir, con meros fines electorales. Pero esta volatilidad en las posturas del candidato del principal partido de oposición se oculta; y a fuerza de manipular los enfoques, se le quiere presentar como un hombre firme y decidido.
Estos son solo algunos ejemplos recientes de tergiversación de la verdad; pero como dijimos antes, la trayectoria de este diario está plagada de manipulaciones. Si nos remontamos al tiempo de la guerra, los casos en este sentido serían muchos. Solo recordemos que el 11 de febrero de 1980, como parte de su campaña de críticas hostiles contra monseñor Romero, el medio lo acusó de ser "un arzobispo demagogo y violento". Poco después, el 23 de febrero del mismo año, un mes antes del magnicidio, aconsejaba diciendo que "será conveniente que la Fuerza Armada empiece a aceitar sus fusiles". Ahora parece impensable, pero fue así: el rotativo acusó de violento y demagogo a quien hoy se reconoce mundialmente como un pacifista, a quien es santo de la religiosidad popular latinoamericana y ojalá muy pronto de la Iglesia. Algo más: ante las periódicas mentiras del matutino sobre el Caso Jesuitas y otros temas relacionados con la UCA, su Rector escribió, entre 1999 y 2001, numerosas cartas para ejercer el derecho de rectificación y respuesta, pero solo una de esas misivas fue publicada y en condiciones muy desfavorables, por cierto.
Las afirmaciones temerarias, la ligereza de juicios y la superficialidad con que se abordan temas fundamentales para el país obedecen más a la pasión ideológica que al análisis y el razonamiento lógico. Muchas tergiversaciones, incluidas las que hemos citado antes, tienen a la base la intención de pintar la realidad con los colores que convienen a la ideología que se profesa. En el caso del matutino, su fanatismo ideológico anticomunista es lo que explica la inexactitud y deformación de la realidad en sus textos. Pierde tanto la objetividad por su fanatismo ideológico que, en la presunta rectificación a la nota que le dedicó al Iudop esta semana, El Diario de Hoy vuelve a afirmar que en las elecciones municipales de 2009 solo la encuesta de la UCA le dio un margen de 14 puntos de ventaja a la candidata del FMLN. Además de no ser correctos los porcentajes que se citan, en el mismo gráfico que publicaron en la nota hay cifras de otras dos encuestas distintas a la de la UCA que le dieron igual o mayor margen de ventaja a Violeta Menjívar. La realidad la pintan como quieren que sea, no como es. No es seria la argumentación de que los resultados de las encuestas del Iudop no tienen credibilidad porque son distintos a los de otros sondeos. Si no tienen credibilidad, ¿por qué se les da tanto espacio en el matutino?
Terminemos esta reflexión citando palabras de una de las víctimas de la mentira, monseñor Romero: "El ser humano crítico debe saber depurar para no envenenarse con todo lo que cae en sus manos (...) tengamos lectores del periódico críticos, que sepan decir: ‘Esto es mentira’". Y también con el obispo mártir reafirmamos la que debe ser una misión de los medios de comunicación: ser instrumentos al servicio del pueblo para la transformación de la sociedad, "liberar la verdad de todos los intereses ya sea económico o político que tratan de subyugarla".