Semilla de un país diferente

La situación de violencia que vive nuestro país y la criminalización de la juventud en los barrios y zonas rurales pobres impiden ver el gran potencial de las nuevas generaciones para construir un futuro distinto para todos. Desde la UCA, venimos insistiendo desde hace años en que la prevención es el mejor, y quizás el único, camino para superar la situación de violencia, evitar que los jóvenes sigan ingresando a las pandillas y posibilitar que estos puedan construir un país distinto. Pero muchos no acaban de entender lo que significa prevención y por ello no le dan la importancia que merece. En el campo de la salud, prevenir significa actuar antes de enfermarse, implementar acciones para evitar que la enfermedad se propague entre la población. Supone también promover hábitos que nos lleven a una vida más sana que fortalezca las defensas frente a padecimientos. Un modo común para prevenir determinadas enfermedades son las vacunas. Gracias a las campañas de vacunación, hoy los niños no adquieren enfermedades que antes eran muy peligrosas, algunas mortales, y pueden gozar de un mejor desarrollo durante su infancia. De modo parecido, la violencia y la criminalidad son una enfermedad social que puede prevenirse. Al igual que en el caso de la salud humana, es mucho más efectivo prevenirlas que luchar contra ellas.

La prevención de la violencia y criminalidad busca impedir que estas se desarrollen. Trabaja, por ejemplo, en la creación de una cultura de paz, enseñando a los niños a resolver sus diferencias en base al diálogo, a rechazar toda clase de acción violenta. Sin duda, los mejores lugares para formar en una cultura de la paz son, en primera instancia, la familia, la comunidad y la escuela. Si en estos ámbitos tan importantes en la vida de los niños se trabaja para prevenir la violencia, se habrán sentado las bases de un futuro mejor para El Salvador. Además, es necesario que la sociedad sea capaz de ofrecerles a los jóvenes posibilidades de crecer humana, espiritual y socialmente, descubrir el potencial que hay en cada uno de ellos, para que sepan que existen caminos que les permitirán realizarse como personas. Cuando se trata a los jóvenes de forma irrespetuosa, cuando se les margina, desprecia y persigue, cuando se les golpea o se les acusa falsamente, cuando se desconfía de ellos y no se les da el apoyo necesario, entonces se está generando más violencia.

En el país, hay varios programas que buscan prevenir la violencia. Si se desarrollaran a nivel nacional, tendrían sin duda un efecto muy positivo en la disminución de la violencia y la criminalidad. Pero poco se conoce sobre los importantes logros que están obteniendo. Uno de esos programas es Avancemos, impulsado por la Fundación Ashoka con el fin de desarrollar las habilidades para el desarrollo del emprendimiento social entre los jóvenes, especialmente en zonas marginales y de alto riesgo. Avancemos trabaja para que los jóvenes descubran que son capaces de liderar la transformación social a través de sus propios emprendimientos, encaminados a resolver una problemática de interés social. De este modo, se desarrolla la capacidad de percibir los problemas y necesidades de nuestra sociedad, y se promueve la creatividad para resolverlos. El proceso fortalece la autoestima y la confianza de los jóvenes en sí mismos, permitiéndoles empoderarse de la capacidad que tienen para transformar sus circunstancias.

Recientemente, en esta casa de estudios finalizó el primer proceso del programa. Fue alentador constatar que en apenas nueve meses de formación, los jóvenes fueron capaces de detectar problemas importantes y de urgente solución: el acceso al agua potable en comunidades rurales, la necesidad de promover la lectura y el conocimiento, los problemas de financiamiento para las mujeres, la salud mental de los niños con enfermedades crónicas, el desarrollo de la cultura y el arte en comunidades pobres, etc. Pero lo mejor fue ver su capacidad para proponer soluciones y el gran entusiasmo para llevar adelante sus propios emprendimientos sociales. Cuando se confía en los jóvenes, cuando se les da la oportunidad de creer en sí mismos y desarrollar sus habilidades, el potencial que brota es enorme y valioso. Avancemos demuestra que es posible que los jóvenes se conviertan en agentes de cambio, que pongan energía y conocimientos al servicio de la transformación social. Queda claro que son la semilla de un país diferente.