Palabras de bienvenida

Muy buenas tardes, excelentísimo señor Michael D. Higgins, Presidente de Irlanda. Y muy buenas tardes también a todas las personas que nos honran con su presencia.

En primer lugar, quiero darle la más cordial bienvenida al señor Higgins y a la delegación que le acompaña, a la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" (UCA). Agradecemos mucho su interés en visitarnos y que haya preferido este recinto para saludar y compartir con la sociedad salvadoreña, con sus amigos y también con un grupo de jóvenes estudiantes de la Universidad.

También queremos, de manera muy sencilla, agradecer su amistad con el pueblo salvadoreño, su preocupación por la promoción y la defensa de los derechos humanos, su interés por conocer de primera mano lo que ocurría en El Salvador en los años ochenta y por trabajar por la justicia y la paz en la región centroamericana.

Sabemos que su amor y preocupación por nuestro país comenzó en 1979, cuando conoció en Irlanda a Marianela García, abogada salvadoreña y fundadora de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador (CDHES). A partir de ese encuentro, usted quiso conocer más sobre la realidad salvadoreña, y estableció contacto con monseñor Romero, Tutela Legal y nuestra universidad.

La muerte de monseñor Romero y la masacre en el río Sumpul, ocurrida apenas dos meses después, le llevó a solicitar al Parlamento irlandés que estableciera un grupo, conformado por los diversos partidos políticos, para dar seguimiento a lo que ocurría en nuestro país y exigir acciones del Gobierno irlandés ante la Unión Europea, Naciones Unidas y el Gobierno estadounidense, en contra de la política intervencionista de este en Centroamérica.

En diciembre de 1981, cuando ocurrió la masacre de El Mozote, usted vino a El Salvador, invitado por distintas organizaciones de la sociedad civil salvadoreña, liderando una delegación de diputados del Parlamento irlandés, con el fin de investigar lo ocurrido.

Previo a su visita a El Salvador, se entrevistó en México con muchos exiliados y víctimas del conflicto, quienes le compartieron sobre los hechos ocurridos. La delegación de cinco diputados irlandeses fue expulsada de El Salvador por orden del Jefe de Estado Mayor, por lo que el grupo tuvo que salir hacia Nicaragua, donde lo recibieron los jesuitas César Jerez y Fernando Cardenal. Desde ese momento, usted, señor Presidente de Irlanda, estableció una relación muy cercana con los jesuitas de la UCA, en especial con Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Jon Cortina y Jon Sobrino.

Después de la masacre de los jesuitas en 1989, usted, entonces como diputado, fue muy activo en insistir en el esclarecimiento de la masacre y en exigir justicia.

Es por ello que para nosotros recibirle en esta Universidad es un enorme privilegio, aún más cuando estamos a pocas semanas de conmemorar el XXIV aniversario del martirio de nuestros seis compañeros jesuitas y sus dos colaboradores. Un aniversario en el que, como todos los años desde sus asesinatos, reiteramos la exigencia de verdad y justicia, no solo por nuestros mártires, sino también por más del 80% de víctimas civiles de la guerra en El Salvador, que siguen esperando el esclarecimiento de la verdad y que se imparta justicia en los múltiples casos de violación a los derechos humanos.

Su visita nos anima y alegra, porque su vida, su trabajo y sus luchas coinciden con los de esta universidad; y nos permite unir nuestras voces y esperanzas para construir un El Salvador, una Latinoamérica y una Europa más comprometidos con los que más lo necesitan y con las realidades injustas que viven. Deseamos, señor Michael D. Higgins, continuar fortaleciendo nuestros lazos de fraternidad, amor y solidaridad, pues, como decía nuestro querido Ignacio Ellacuría, "no hay humanidad sin solidaridad compartida" (Ignacio Ellacuría, 1989).

¡Muchas gracias por su visita!

Antiguo Cuscatlán, El Salvador, 24 de octubre de 2013