El financiamiento del Presupuesto General de la Nación, la implementación de algunos proyectos sociales y la ampliación de la infraestructura son posibles gracias a los millones de dólares que recibe El Salvador producto del endeudamiento interno y externo. Si a esta realidad se suma una baja recaudación tributaria, es del todo comprensible que las arcas del Estado estén en números rojos.