El 6 de mayo, en conferencia de prensa en el Auditorio Elba y Celina Ramos, el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Washington (UWCHR, por sus siglas en inglés), el Idhuca y representantes de Asociación Pro-Búsqueda de Niñas y Niños Desaparecidos, Comisión de Derechos Humanos, Comité de Ex Presas y Presos Políticos de El Salvador, Promemoria, Comité de Familiares de Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos, Fespad y Tutela Legal “María Julia Hernández” presentaron públicamente una serie documentos desclasificados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) relacionados con graves violaciones a derechos humanos ocurridas durante el conflicto armado salvadoreño.
El acceso público a los documentos fue posible gracias al trabajo del UWCHR, que en octubre de 2015 interpuso una demanda contra la CIA por negarse a liberar los archivos, asegurando que se pondría en riesgo la seguridad nacional de Estados Unidos. Esta es una de las más de doscientas solicitudes hechas por el Centro a instancias gubernamentales estadounidenses, en el marco de la Ley de Libre Acceso a la Información (FOIA, por sus siglas en inglés), como parte de una serie de investigaciones relacionadas con la guerra civil salvadoreña y los crímenes que en ella se cometieron.
Angelina Snodgrass Godoy, directora del UWCHR, explicó, vía videoconferencia, que la excusa del organismo de inteligencia “no era creíble”. El litigio ya dio como primer resultado la entrega de 85 informes recién desclasificados sobre el coronel retirado Sigifredo Ochoa Pérez, acusado de ser uno de los principales responsables de crímenes de lesa humanidad durante la guerra.
La colección de archivos desclasificados, que hace referencia a hechos ocurridos entre 1982 y 1985, da detalles sobre operativos militares, la asistencia estadounidense a las Fuerzas Armadas y la dinámica tanto del Ejército salvadoreño como de la política nacional.
En algunos de ellos se da cuenta de las rebeliones de Ochoa Pérez contra el coronel José Guillermo García (1983) y el presidente José Napoleón Duarte (1985). También hay información sobre las masacres en Las Hojas (Sonsonate) y en El Calabozo (San Vicente), ocurridas a inicios de la década de los ochenta. Incluso hay alusiones al asesinato de miles de campesinos e indígenas en 1932, durante la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez.
Asimismo, se revelan datos sobre las acciones, conformación y financiamiento de los escuadrones de la muerte. Este tema se encuentra detallado en el informe titulado “Controlando el terrorismo de la derecha”, enviado por la CIA en febrero de 1985 al entonces vicepresidente George H. W. Bush. En el reporte se describen las diferentes redes y grupos terroristas vinculados a Roberto D’Aubuisson, y se nombra entre sus seguidores a Ochoa Pérez.
De acuerdo a Snodgrass, los documentos son un “mar de información con muchos detalles que podrían aportar a los procesos de verdad, justicia y reparación de las víctimas en El Salvador”. En esta línea, Eduardo Sibrián, de la Asociación Pro-Búsqueda de Niñas y Niños Desaparecidos, habló sobre la intención de hacer públicos los archivos: “Que se conozca la verdad, y que se reconozca por el Estado esa verdad, que sea un momento para empezar a dignificar a las víctimas. No estaban locas, no mintieron, aquí se describen los hechos que ocurrieron”.
Por su parte, Silvia Cuéllar, abogada del Idhuca, explicó que con esta nueva documentación se realizarán las diligencias respectivas ante la Fiscalía General de la República, con el fin de exigirle que cumpla con su “obligación constitucional de investigar los crímenes ocurridos, sin importar cuándo han sucedido”.
Ante el cuestionamiento de si la ley de amnistía podría obstruir la búsqueda de justicia, Cuéllar aseguró que ese argumento “es un obstáculo que mencionan los victimarios”; en realidad, los crímenes de lesa humanidad son inadmistiables e imprescriptibles. “Una amnistía jamás debe ser un obstáculo para la investigación de este tipo de hechos”, aseguró.
Los archivos desclasificados (versión español-inglés) pueden descargarse aquí.