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La internacionalización impulsa cada vez más a las universidades a buscar diversas estrategias para pasar de lo local a lo global. Esta necesidad de ir más allá de las fronteras se alimenta de una generación de jóvenes caracterizada por sus vínculos con un mundo más diverso, multicultural y abierto. En este sentido, para la mayoría de ellos, un campus ya no es suficiente, y salir del país y ampliar sus oportunidades profesionales es prioritario.
La Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) dio sus primeros pasos hacia la internacionalización en 1999, cuando los miembros de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (Ausjal) firmaron un convenio de cooperación académica, científica y cultural. Con esta alianza, surgió el programa de movilidad estudiantil, por el que los alumnos de la UCA tienen la oportunidad de cursar materias en cualquiera de las 30 universidades jesuitas de la región, ubicadas en países como México, Colombia, Argentina, Brasil, Perú, Venezuela, Ecuador, Uruguay y Chile.
Para la UCA, la movilidad es una experiencia de formación integral, en la que el estudiante descubre sus potencialidades, se vuelve más autónomo, crece como persona, dialoga interculturalmente, confronta y rompe estereotipos, y cultiva valores como la tolerancia y el respeto a la diversidad. “Lo que más destaco en términos personales ha sido la convivencia con amistades de diferentes culturas. En los intercambios académicos, he tenido la oportunidad de conocer personas de diferentes partes del mundo y compartir con ellas ideas, formas de pensar, cultura, viajes y experiencias que no olvidaré”, cuenta Joaquín Alvarenga, estudiante de 5.° año de Ingeniería Industrial, quien en 2017 cursó un semestre de su carrera en la Pontificia Universidad Javeriana de Cali (Colombia) y actualmente se encuentra cursando el Ciclo 02/2018 en la Universidad Iberoamericana de Puebla (México).
De acuerdo a Claudia de Alas, de la Dirección de Desarrollo Estudiantil, la instancia que en la Universidad coordina el programa de movilidad, “cuando los estudiantes regresan, su cambio se nota, ya no son los mismos: se ven más extrovertidos, seguros y se percibe un crecimiento personal”.
A nivel administrativo-académico, el convenio con Ausjal ofrece diversas ventajas para el estudiante y su familia: se mantiene el monto de las cuotas mensuales de la UCA, independientemente de la universidad de destino; se pueden cursar hasta dos años (cuatro ciclos) de la carrera fuera del país; y el estudiante selecciona, de acuerdo a sus intereses, las materias que cursará durante el ciclo en movilidad. El alojamiento, la manutención y el transporte corren por cuenta del grupo familiar es. Esto último para muchos estudiantes puede ser una limitante. Por ello, este año Ausjal echó a andar un proyecto para incentivar la movilidad, que consiste en brindar apoyo económico a un alumno por cada institución de la Asociación: la universidad de origen cubre las cuotas mensuales; y la de destino, el alojamiento y la manutención. Gracias a este programa, Carolina Díaz, estudiante de Licenciatura en Mercadeo, se encuentra cursando el Ciclo 02/2018 en la Universidad del Pacífico (Perú).
Para la Compañía de Jesús, la internacionalización fue un propósito distintivo desde la fundación de la orden. Este legado ha dado como resultado una red en verdad internacional, que le permiten a la UCA y al resto de universidades jesuitas estar en todas partes y ser de todas partes. Hay ideales compartidos y una misión común.
Por otro lado, la movilidad hacia universidades no latinoamericanas se canaliza de manera bilateral. Para Europa, se cuenta con el Programa Erasmus, que ya ha posibilitado que estudiantes UCA viajen de intercambio a universidades de Grecia, Hungría, Polonia, Italia, Lituania e Irlanda. Además, se tienen vínculos directos con la Universidad de New Brunswick (Canadá) y la Universidad de Santo Tomás (Colombia), entre otras.
Por supuesto, el éxito de la movilidad pasa por garantizar que los estudiantes tengan la capacidad de rendir académicamente en cualquiera de las universidades de destino. En esto, los alumnos de la UCA destacan, al igual que por su capacidad de adaptación a nuevos ritmos y exigencias. “En esencia, los temas impartidos son los mismos, lo que cambia es la metodología y enfoque. Jamás me sentí inferior al resto de la clase; y en algunos casos, ha sido lo contrario: he tenido ventaja por mis buenas bases académicas”, afirma Joaquín Alvarenga.
“Nuestros estudiantes, al participar en la movilidad, se dan cuenta de que el nivel y grado de rigurosidad académica de la UCA compite con las universidades de prestigio a nivel internacional; y que cuando son evaluados por sus competencias, realmente están preparados”, afirma De Alas.
