¿Votar? ¿Para qué?

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Rodolfo Cardenal
17/02/2018

La cantidad y la variedad de las promesas electorales son un derroche de creatividad. El ansia de poder hace que los candidatos confundan las competencias del gobierno municipal con las del central y prometan obras que no están a su alcance. A menudo obvian la solución de problemas evidentes y urgentes para ofrecer proyectos más vistosos. La confusión es todavía mayor en las candidaturas legislativas, que ofrecen leyes que no dependen de su voluntad política, sino de la del partido, que tiene su propia agenda. Además, la aprobación requiere de una mayoría legislativa. Ninguno de los muchos candidatos indica el costo de sus promesas ni la fuente de financiamiento. Ni siquiera los empresarios, que de esto saben bastante, aclaran de dónde van a obtener el dinero para invertir más en educación, salud y seguridad.

Aun así, lo más sorprendente de la lluvia de promesas es que nadie habla de la crisis financiera del Estado. Los discursos silencian el vencimiento próximo de bonos por más de dos mil millones de dólares, la provisionalidad de la última reforma de las pensiones, la necesidad de modificar el IVA y la posibilidad real de caer en mora con los acreedores internacionales. Todas estas son cargas muy pesadas a las que ningún candidato ni ningún partido hacen referencia. Es difícil pensar que las ignoran. Por tanto, si callan, es por una mezcla de oportunismo e irresponsabilidad. Probablemente no tienen ni la más remota idea de cómo sanear las finanzas públicas. Tampoco se han puesto a pensar en ello. Quizás porque confían que, de alguna manera, el dinero para cumplir con las obligaciones financieras aparecerá. Sea lo que sea, las promesas electorales son presuntuosas. En cualquier caso, las medidas que propongan serán provisionales, debido a la incapacidad demostrada para formular y aprobar políticas de Estado.

El gran desafío del Gobierno y de los partidos políticos consiste en detener el endeudamiento sistemático. Los salarios del sector público representan la tercera parte del endeudamiento anual; es decir, el Gobierno presta para pagar salarios. El país gasta 1.4% más de su producto interno bruto en salarios del sector público que países con un nivel de desarrollo similar, sin que la población reciba mejores servicios. La cuestión es cómo detener el endeudamiento al mismo tiempo que el Estado presta mejores servicios de educación, salud y seguridad, para mencionar solo los más importantes. Cómo cambiar la manera de hacer política sin aumentar la recaudación. Cómo racionalizar el gasto público cuando la corrupción es aceptada ampliamente, y no solo en el sector público.

Las soluciones de los partidos son vagas, simplistas y contradictorias. Ninguno dispone de un plan ni mucho menos establece metas. Arena exige revisar y fiscalizar el gasto, y eliminar plazas, pero esto último significa menos servicios, en un sistema público claramente deficiente. Esa solución no deja de ser descarada, pues Arena despilfarró de manera desmedida el dinero público durante dos décadas, lo cual dio origen, en gran medida, a la enorme deuda pública actual. El FMLN plantea aumentar la recaudación, reduciendo la evasión, la elusión y eventualmente aumentando los impuestos, algo que no ha hecho en una década. Paradójicamente, todos prometen obras que exigen mayor inversión y más salarios. Incomprensiblemente, casi todos ellos aprobaron una pensión mensual de 300 dólares, más otras prestaciones monetarias, a los veteranos de guerra.

Cómo se puede votar racional y éticamente a partir de promesas desfinanciadas y de plataformas legislativas que obvian un elemento fundamental de la crisis nacional. Votar a ciegas es irresponsable como también lo es prometer lo que de antemano se sabe no se cumplirá. El voto contribuye a construir la democracia, pero no es suficiente. Democracia es también la redistribución de la riqueza nacional, por medio de la carga impositiva, para financiar la cobertura universal y la calidad de los servicios públicos. Democracia es intolerancia con la corrupción del sector público y también del sector privado, que se oculta tras fachadas de dignidad ofendida. Pero de estas otras dimensiones de la democracia no hablan las voces que insistentemente llaman a votar. No es el elector que se abstiene o anula el voto el que traiciona la democracia. La traicionan aquellos que toleran la acumulación obscena de la riqueza y los que toleran y se enriquecen con la corrupción.

El pánico parece haberse apoderado de los representantes del orden establecido y de sus intelectuales, cuyos voceros llaman repetidamente a votar y a no anular el voto. Votar en las condiciones actuales es corroborar un sistema muy poco democrático, construido sobre la desigualdad estructural y la corrupción, y que no está dispuesto a cambiar.

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Anónimo
03/03/2018
10:01 am
La realidad para los que andamos a pie es que tanto los intelectuales como los políticos cuando están en el poder se les olvidan de donde vienen y aprovechan con viajes, lujos, comodidades a costa de los impuestos del pueblo, y eso hasta cierto punto se los perdonaríamos si fueran productivos, eficientes en sus funciones. Que llegara a nosotros el beneficio de los impuestos y ayudas internacionales. Porque las hay. Y hablando de impuestos los empleados somos los mas seguros en pagar impuestos sobre todo, sueldo, compras...
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Anónimo
26/02/2018
17:05 pm
Este es un sistema bien diseñado de tal forma, que todo esta manipulado a favor de quiénes mantienen el poder, monopolio, compra de voluntades, corrupciòn etc. desde que se adueñaron de este territorio, desde la supuesta Independencia. Entonces que hacer y como para cambiar este sistema podrido de quiénes tienen secuestrado nuestro país. El voto, pero los partidos politìcos estàn infectados de esa plaga de corruptos. Analizar bien el voto, no dar poder a estos que ya demostraron lo que son y a los que se venden,que tienen hundido al paìs en la miseria, inseguridad, etc
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Anónimo
24/02/2018
04:17 am
de todos es sabido el desorden politico y economico que existe en las alcaldias y en la asamblea para que seguir eligiendo momias que no se interesan por el pueblo.
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Anónimo
21/02/2018
18:41 pm
Excelente Padre Cardenal, concretamente, dejando las teorías, ¿cuál es la solución? o las pistas para una solución. No es un pregunta malcriada, sino una búsqueda, porque considero que su reflexión es acertada, pero como siempre no rebasa la crítica, que por cierto es bastante por la calidad, pero insuficiente para la realidad.
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Anónimo
21/02/2018
18:23 pm
A los dos partidos políticos mayoritarios poco les importa que el ciudadano anule su voto. Ellos tiene la base del voto duro representado por los ciudadanos fieles a su partido que llueva, truene o relampaguee, siempre votarán por su partido. Quienes piensan y recomiendan anular el voto son las personas indecisas, pero como dije antes eso no les preocupa ni les quita el sueño a los partidos grandes. A los partidos chiquitos tampoco les importa porque se conforman con unos doscientos votos porque algo es algo de la tajadita de la deuda electoral. A quienes piensan anular su voto yo les recomiendo que no vayan a los centros de votación a perder tiempo; no gasten sus centavitos en gasolina o el pasaje del micro. Aunque no es lo más patriótico quédense en su casa mirando la tele porque a los partidos les dá igual. El voto duro está garantizado. La ley de la deuda electoral debe ser anulada y cada partido debe financiar sus gastos con lo que dan sus afiliados.
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Anónimo
21/02/2018
16:15 pm
A mi me parece tan molesto que no den propuestas concretas, que se centren solo en la inseguridad....Porque no ofrecen mejorar los salarios de los trabajadores, bajarle a la canasta básica, mejorar las condiciones de vida del pueblo...pero como eso ya es tocarles el bolsillo se hacen los locos. Lastimosamente nadie piensa en esto.
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Anónimo
21/02/2018
16:00 pm
Pienso, que si los que anulamos el voto, ganamos las elecciones, le dariamos un mensaje a nuestros politicos. recuerden que todos los diputados se ponen de acuerdo solo cuando van aprobar leyes encontra del pueblo y a favor de ellos.
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Anónimo
19/02/2018
14:59 pm
Tiene razon el licenciado hay que vote el boto duro hay una medida financiera simple entre menos vayamos a votar menos dinero costaran las elecciones ya que por cada voto el estado les paga a los partidos $5.00 dolares. Seria bueno que quitaran esa ley. Asi que ellos paguen su propia publicidad no nosotros de nuestros impuestos asi que recuerden no ir a votar o anular la papeleta marcando todas las banderas nos va a dar el resultado de anular el voto y asi los partidos terminaran desfinanciados y a la hora de disputarse el dinero terminaran desquebrajados por que solo la codicia los motiva y se terminaran peleando entre ellos y se acabara la polarizacion de las post guerra las dos extremas desaparece y chau que se pongan a trabajar como el caso de Luis Cardenal de la Anep que nunca ha trabajado solo a andar del tingo al tango hablando babosadas se ha pasado toda su vida en vez de luchar por mejorar su empresa. La prueba que el mismo acepto que no sabia pero ni usar un computador
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Anónimo
19/02/2018
14:42 pm
Me pregunto, si los mas encarados líderes del FMLN, leerán esta postura valiente y leal, del cura Rodolfo Cardenal. Si la leen echarán puteadas al Señor cardenal por decir semejante verdad. todos aquellos diz que profesionales del derecho, que han estado maldecido a los que han prometido votar nulo. Pobres mamarrachos, están colgados de la brocha, porque andan rebuscándose un pinche salario. Pero nuestra propuesta de votar nulo para desmantelar la podredumbre partidaria sigue firme.
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Anónimo
19/02/2018
14:40 pm
Democracia, el fundamento es que radica en la población, y se fortaleza en el voto como la máxima expresión, pero si leemos la constitución ahi nos indica \" Que todos somos iguales ante la ley\", y entonces porque nuestros funcionarios tienen fuero y porque tanto los defienden, sera que es parte de nuestra frágil Democracia?, todas las promesas que expresan y difunden jamas las cumplen y cuando son elegidos jamas vuelven a recorrer los lugares en donde anduvieron como dulces en carroza ofreciendo el cielo y la tierra y ellos mismos saben que muchas de ellas son imposibles...
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Anónimo
19/02/2018
06:09 am
Mi pensamiento es que llamar a no votar por diputados y si por presidente, parecería que se quiere confundir al ciudadano. Creo que llamar a no votar es como apoyar a la masa del voto duro de los mismos grupos de poder, que con esa herramienta diseñan la composición del parlamento una y otra vez. Mas bien diría que es una oportunidad de elegir profesionales, no políticos de carrera y no fanáticos o empleados de los mismos grupos de poder históricos o en formación. Una costumbre detestable en el país, es que se manejan entendimientos o amaños silenciosos para agrupar apoyos y generar cambios de opinión en el ciudadano, sobre todo en el perezoso mental que no se detiene a analizar las incongruencias o insuficiente lógica de determinadas posiciones coyunturales. El ciudadano debe rebelarse, pensar por si mismo y seguir intentado iniciar una nueva ruta de progreso y cambiar el \"status quo\" que \"los mismos de siempre\" luchan furiosamente por mantener
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Anónimo
18/02/2018
19:06 pm
Rodolfo Cardenal déjeme dirigirme brevemente para expresar mi preocupación referente a este tema. Yo viví en el extranjero ya hace muchos años y desde lejos como puedo sigo la política de mi lindo país natal. Lo he visto sufrir de pobrezas, desde antes y después de la guerra. La corrupcion siempre presentes en nuestras instituciones gubernamentales antes y después de la guerra. Una guerra donde sus partipantes querían que se abrieran espacios políticos libres de reprensión. Por lo menos eso se alcanzó. Salío muy caro miles de muertos; exiliados y la lacra de las maras. Pero aún se puede votar. Se puede cambiar. Ninguna democracia funciona si no hay voto. El voto es la expresión de cada individuo. La democracia funciona solo si todos participamos. La democracia no es perfecta y aunque tu voto no obtenga lo que deceas por lo menos participantes en el proceso democrático. ¿Que otras opciones existen para gobernar? Tiranía, teocracia, dictadura ya las pasamos todas lo...
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Anónimo
18/02/2018
04:39 am
No me pierdo vuestro editoriales al filo de la una y quince estoy en mi receso en mi trabajo y busco escucharlos, tengo una inquietud que me gustaría me aclararan, estos editoriales que aquí suben los podría subir en audio para poder compartirlos, pues muchos en el país, pasadas cuatro o a lo sumo diez lineas no siguen la lectura, es asi! y bueno seria me digeran si ya los tienen y donde ls podria copiar, gracias
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Anónimo
17/02/2018
18:10 pm
no solo son mentirosos e irresponsables, es increíble que muchos de esos políticos son gente con antecedentes penales, con juicios pendientes de enriquecimiento ilícito, de tratantes y narcos, porqué el tribunal supremo electoral los inscribe, cuando debería ser un filtro.
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Anónimo
17/02/2018
12:07 pm
Me parece muy importante saber sobre \"La Incapacidad para para formular y aprobar políticas de Estado. La de ser tolerante a la riqueza derivada de la corrupción\". Esas son todas las ansias de poder. para acceder a un cargo, corromperse y ayudar muy poco a aquellos que más nos necesitan. Ésto en todas las carteras de Estado, se da en cada uno de los cargos, desde el más bajo hasta el más alto. Y si miras a todos lados, ves solo gente corrupta. Cuesta encontrar una persona honesta y esta persona honesta, se ridiculiza se le hace sentir que es tonta, se toma como enemiga, tristemente sucede.
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