Autoritarios que juegan a demócratas

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Rodolfo Cardenal
02/03/2017

Arena, el partido por antonomasia de la libertad y la democracia, es también autoritario, tanto como su adversario tradicional, el FMLN. Esa contradicción evidencia que libertad y democracia no son más que retórica o, en el mejor de los casos, conceptos restringidos, al igual que para el Frente. Así, pues, a juzgar por su conducta, ambos tienen más coincidencias de lo que parece: los dos son partidos fundamentalmente autoritarios que juegan a la democracia.

Una curiosa disputa en las filas de Arena ha puesto de manifiesto el talante autoritario del adalid de la libertad y la democracia. La dirección del partido no tolera que sus diputados voten libremente; estos deben someterse a la decisión de la mayoría de sus colegas. En el seno de la fracción, los diputados pueden expresarse con libertad, pero una vez votada la cuestión, deben acatar la voluntad de la mayoría. Asimismo, cuando la dirección del partido lo ordene, cualesquiera que sean sus razones, deben votar tal como ella se los señala. Por tanto, la verdadera discusión tiene lugar a puerta cerrada, bien en la fracción o en la dirección. Lo que sucede fuera de esos recintos es un montaje.

La verdad es que todos los partidos proceden de esa manera, con lo cual niegan a la sociedad el acceso a la discusión de los asuntos públicos que, por definición, le conciernen. Dada esa forma de actuar, por coherencia, solo debiera haber un diputado por partido, cuyo voto tendría un peso proporcional al caudal de sufragios obtenido en las elecciones. Por tanto, el plenario lo conformarían tantos diputados como partidos existieran. Ahí pronunciarían sus elaborados discursos y emitirían su voto. Este procedimiento tiene varias ventajas: suprime la hipocresía legislativa, resulta más simple y eficaz, y ahorra al Estado varios millones de dólares en salarios, prestaciones y privilegios. Arena, que ahora está por el ahorro público, debiera pensar seriamente en esta posibilidad.

Si alguno objetara que la fórmula es poco democrática, debe aceptar que no lo es menos que la práctica a la cual los partidos nos tienen acostumbrados. Tampoco debe olvidar que los reglamentos partidarios (ciertamente, el de Arena) contradicen la Constitución, que establece que el diputado debe votar de acuerdo con su conciencia, no según la línea de la cúpula. Claro, los partidos alegan que la libertad la ejercen a puertas cerradas, pero eso nos lleva al punto de partida, a la privatización del proceso de decisión de los asuntos públicos. En los congresos y parlamentos democráticos, la discusión política es pública y rara vez los diputados votan según lineamientos partidarios.

Otro argumento esgrimido para justificar la práctica antidemocrática es la lealtad debida del diputado al partido y la necesidad de que este se muestre unido ante los otros partidos y la ciudadanía. Indudablemente, el diputado debe lealtad a su partido, pero no hasta el extremo de anular su libertad de pensamiento y de expresión. El diputado debe expresar su parecer, argumentar y negociar, para encontrar consenso político ahí donde predomina la divergencia, por la existencia de intereses encontrados. Sin embargo, la discusión no interesa, porque no se razona ni se argumenta, sino que se evocan consignas, es decir, emociones, que son inapelables. La lealtad exigida por Arena es idéntica a la que exigían los partidos comunistas y los populismos, dos de sus grandes enemigos. Contradictoriamente, el partido del individualismo y la libertad a ultranza niega su ejercicio a sus diputados. Esos valores liberales están reservados al gran empresario.

La imagen de unidad que Arena aspira a proyectar revela, desde otra perspectiva, el mismo autoritarismo. La disciplina militar que lo rige desde su fundación no tolera el pensamiento ni mucho menos la disensión. La dirigencia alega que así lo desea la sociedad. Pero es ella la que le ha inculcado esa manera de actuar. Escudarse en la sociedad para justificar el autoritarismo es falaz. No en vano dicen defender los valores militares. También los cristianos, pero en esto se equivocan, porque sus obras tienen poca relación con el evangelio de Jesucristo.

Al interior de los partidos autoritarios, la disidencia crea una crisis de identidad insoportable, equivale a traición imperdonable. No es casual que las voces disidentes sean también jóvenes. Pertenecen a la nueva generación, más independiente, mejor formada, menos provinciana y más segura de sí misma que los dirigentes de siempre. De ahí que la intolerancia ponga en peligro el recambio generacional. El FMLN carece de ese problema, porque no tiene disidentes, pues en sus listas electorales solo figuran militantes de comprobada lealtad, aun cuando sean incompetentes para el cargo. Por eso, la gestión gubernamental es tan deficiente. Los partidos tienen la enorme responsabilidad de poner en práctica la democracia, para mostrar a la sociedad el camino de la convivencia. La República es autoritaria porque sus partidos también lo son.

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Anónimo
19/04/2017
19:35 pm
una pregunta de analisis sobre el tema?
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Anónimo
04/03/2017
12:55 pm
Pareciera que todo lo que hacen los demás está malo y todo lo que dicen los jesuitas de la UCA fuera lo correcto, creo que el modelo educativo de la universidad que representan es autoritario y descriminativo para con sus alumnos, porque ustedes no practican la democracia y permiten que sus estudiantes se pronuncien ante el aumento de las cuotas o el parqueo, cosas tan simples como eso permitirían que los futuros profesionales fueran un ejemplo para ejercer la democracia....No les parece?
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Anónimo
03/03/2017
11:10 am
Arena y el Fmln son partidos políticos iguales desde su concepción. La guerra los engendró para buscar el bienestar de las minorías. Es obvio que Arena supera al Fmln en experiencia política partidarista, maneja mejor su retórica y le ha sabido sacar provecho a su práctica dentro del sistema político salvadoreño. Por el otro lado el Fmln como organzación político - militar se murio con los Acuerdos de Paz y le dio paso a un nuevo partido político que de izquierda y de rojo, solo queda en la memoria de miles de militantes y simpatizantes que han quedado al olvido por los actuales dirigentes.
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Anónimo
02/03/2017
18:53 pm
Lo siento pero me gustaria que me dijeran que es la democracia y donde existe un pais en la tierra que sea democrata........ Pues para mi lo que existe son los que tienen poder y los que no lo tenemos y tenemos que hacer lo que los del poder dicten........
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