“Lo único que se necesitaba era una interminable
serie de victorias sobre tu propia memoria. Lo llamaban
«control de la realidad» y, en nueva lengua,
«doblepiensa»” – 1984, George Orwell
El impago y la crisis fiscal es uno de los temas con mayor cobertura mediática en los últimos días. Sin lugar a dudas esta cobertura es meritoria porque es un tema de suma importancia para el país pues se relaciona con la capacidad del Estado de hacer frente a sus obligaciones en el pago de la deuda y también con los recursos disponibles para ofrecer diferentes servicios como educación, salud, seguridad, inversión pública, etcétera. Sin embargo, el tema se ha manejado política y mediáticamente de manera irresponsable, especialmente por parte de los dos partidos mayoritarios: Arena y el FMLN.
Arena ha señalado que la crisis fiscal se debe al despilfarro por parte del Estado. La amnesia de este partido no les permite recordar que precisamente este era su argumento a principios de la década de los noventa y los llevó a realizar diferentes políticas públicas, entre ellas la privatización del sistema previsional y el cambio del modelo al de capitalización individual, medida que, por la manera en que se hizo, es reconocida ampliamente como una de las principales causas de la crisis actual1. También se les olvida que los presupuestos desbalanceados y el uso de Letras del Tesoro para cubrir la diferencia entre ingresos y gastos es una práctica que se da desde 19952. Por otro lado, su obsesión electoral ha provocado que trunquen cualquier iniciativa para buscar una solución al problema actual; la visión cortoplacista de este partido no les permite ver que, de llegar al poder en el 2019, les conviene encontrar las finanzas públicas en las mejores condiciones posibles, exactamente lo contrario de lo que está sucediendo.
Por su parte, el FMLN lleva ocho años en el poder ejecutivo y no ha demostrado cambios significativos en el modelo económico imperante desde los noventa que criticó en el pasado. Se podría argumentar que el control del ejecutivo no ha sido suficiente para impulsar reformas estructurales, sin embargo, tampoco está claro cuál es la propuesta de este partido en temas tan importantes como la reforma fiscal. Los nuevos impuestos y el endeudamiento durante los últimos dos gobiernos parecen responder más a las necesidades inmediatas que a una planificación clara de un modelo de desarrollo. La propuesta de reforma al sistema previsional se presentó apenas el año pasado, a pesar que se conocía ampliamente que el sistema generaría fuertes presiones fiscales desde antes del 2009. Su discurso se ha acomodado a señalar a Arena como el culpable de la situación actual, si bien es necesario el análisis histórico de cualquier problema y especialmente el fiscal, la población necesita soluciones concretas y estructurales. Por último, lejos de despejar la visión del Estado como despilfarrador de recursos, ha contribuido a perpetuarla; seguros privados en instituciones públicas e importantes funcionarios con posibles casos de corrupción. En política no basta con ser inocente, es necesario aparentarlo y ser capaz de demostrarlo. Como población debemos de analizar las diferentes posturas y propuestas de los distintos partidos y actores políticos en la crisis fiscal. No es posible que premiemos a aquellos que quieren sacar provecho electoral de la crisis del país, de aquellos que quieren contagiarnos con su amnesia y miopía, si lo hacemos solo estaremos perpetuando esta manera de hacer política.
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1 Inclusive la Iniciativa Ciudadana para las Pensiones (ICP) conformada por Asafondos, Fusades, ANEP y Comtradefop en el resumen ejecutivo de su propuesta reconocen el impacto de la transición del modelo previsional y de las distintas reformas al mismo durante 2001, 2003 y 2006 (página 4).
2 Esta práctica ha sido señalada por la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde) en “Credibilidad y Transparencia del Presupuesto Público en El Salvador” publicado en “Finanzas Públicas y Transparencia del Presupuesto de El Salvador”.