Democracia participativa

1
Armando Álvarez
30/10/2017

Recientemente Julio Gutiérrez escribió una excelente columna de opinión en la que se cuestiona la euforia generada después del anuncio de las aspiraciones presidenciales de Nayib Bukele. Más allá de una crítica al candidato por sí mismo, Gutiérrez cuestiona el hecho de creer ciegamente que las soluciones al país podrán venir de un periodo presidencial o de un individuo en particular.

Las personas que creen esto responden a una visión que identifica la democracia con elecciones. Algunos viejos- y cuestionables- liderazgos lo evidencian en frases como “el arma más poderosa del hombre libre es el voto”. A su vez, esta confusión entre democracia y elecciones responde a una visión atomizada de la sociedad en la que se depende de individuos benevolentes dispuestos a transformar la realidad de las grandes mayorías.

Lo anterior no debe de interpretarse como un menosprecio a los procesos electorales, estos son necesarios, pero no suficientes, especialmente cuando se centran en la personalidad de los candidatos y no en propuestas concretas. Al respecto basta con señalar lo estéril de las frases trilladas de los dos principales candidatos a la presidencia- con dos años de antelación- del partido Arena, sin duda les da excelentes insumos para escribir libros de barco de vapor pero poco aporta al debate de la problemática actual.

Por otro lado, la misma transparencia en las elecciones es fruto de años de luchas de personas organizadas en movimientos sociales que generaron los espacios de participación cuando la democracia representativa de su momento se los negaba. Irónicamente, ahora que ha disminuido la represión política-militar, existe una menor organización de la población para objetivos en común. En otro espacio he llamado a esta falta de organización “el triunfo ideologizador del individualismo”.

Precisamente, mientras la población no se encuentra organizada, existen otros actores con una enorme influencia en el diseño e implementación de la agenda pública, especialmente sectores de la empresa privada que representan el principal poder fáctico de la sociedad salvadoreña. Robert Dahl en “¿Quién gobierna?” ya se lo cuestionaba “en un sistema político donde casi todo adulto puede votar, pero donde el conocimiento, la riqueza, la posición social, el acceso a funcionarios y otros recursos están distribuidos de forma desigual, ¿quién gobierna en realidad?” 1. Solo de esta manera es posible entender que se aprueben decretos legislativos como la reciente reforma de pensiones que repite errores de la realizada en 1996, dejando de lado la baja cobertura del sistema y sin estudios actuariales que respalden la sostenibilidad fiscal de la misma. ¿Quién impuso sus intereses? Las Administradoras de Fondo de Pensiones que vieron poco impacto en su comisión y se aseguraron que la administración del sistema siga siendo privada a pesar de los enormes costos que esto ha representado en términos fiscales.

Si realmente queremos cambios sustanciales en la realidad salvadoreña es necesario organizarse y exigir a los funcionarios públicos que dirijan su actuar en beneficio de las grandes mayorías. No podemos evitar que “todos los políticos sean iguales”, lo que podemos evitar es que la sociedad siga siendo igual: desorganizada, egoísta y atomizada. Es necesario involucrarnos en la toma de decisiones políticas, es necesario ejercer la democracia participativa.

_______________

[1] Citado en “Perú: élites de poder y captura política” de John Crabtree y Francisco Durand (2017, p. 19).

Lo más visitado
2
Anónimo
01/11/2017
07:10 am
Como ciudadano me siento atrapado en un esquema político que no da espacio para hacer correcciones y la actuación de los actuales personajes que tienen la responsabilidad de gobernarnos, pienso, deja mucho que desear. Por esto, cuando se presenta una nueva opción como Bukele me genera la expectativa de que al menos estorbará el accionar fraudulento de los actuales políticos. Necesitamos de pensadores que marquen una guía de acción a fin de que valientes iniciativas sean presentadas y apoyar con nuestra presencia y no solo con nuestro comentario por escrito dichas participaciones. La gran conclusión que saco de esto es que si aparece un nuevo profeta como Bukele que hace una invitación a participar con él y su propuesta fuera de abrir los canales para la participación ciudadana, seguramente lo seguiría.
0 0 0
Anónimo
31/10/2017
17:32 pm
Cierto. Pero en la historia han habido personalidades que influyeron, marcaron diferencias y propusieron cambios. Un monseñor Romero, Elkacuria, Albert Einstein, Gandhi, Luther King, Nayib a saber. Así creímos en Funes y no furuló.
0 0 0