Denuncia del "indigente" muerto

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Rodolfo Cardenal
08/02/2017

El Gobierno del “buen vivir” tiene en poco aprecio la vida de un “indigente”, una contradicción lamentable en una administración dirigida por un partido que se declara de izquierda revolucionaria. Según la versión oficial, la responsabilidad de la muerte del “indigente” recae sobre su propia imprudencia: si hubiera hecho uso de la pasarela, ubicada a pocos metros del sitio del atropellamiento, estaría vivo. El conductor temerario que lo atropelló no tiene mayor culpa, a pesar de conducir a excesiva velocidad, porque es oficial del Ejército, empleado de Casa Presidencial y buen trabajador. Quizás los indigentes no le interesan al partido de gobierno porque pertenecen al lumpen proletariado, es decir, porque no tienen potencial revolucionario. Este sector social, cada vez más numeroso por obra del capitalismo globalizado, es desechable. El indigente no tiene identidad, no tiene voz, no interesa lo que piense o sienta, es un nadie. Pero esos indigentes están por todos lados. Basta mirar con atención para descubrirlos. Paradójicamente, la izquierda del FMLN y la derecha empresarial y de Arena coinciden en despreciarlos como desechos, así como también coinciden en promover el capitalismo neoliberal globalizado.

En el otro extremo, el conductor que causo la muerte del “indigente” y huyó del sitio del accidente es disculpado por la Presidencia como un buen trabajador que, en cumplimiento de diligencias, por exceso de velocidad (otra ilegalidad), atropelló a un imprudente. Así de retorcida es la lógica del vocero de la Presidencia y, en último término, de la Presidencia misma. Los imprudentes son decenas de miles, porque es raro quien usa las pasarelas o los escasos pasos para peatones. Sin duda, falta educación vial y educación en general. Pero también el caso es expresión del caos social del país: cualquiera se cruza por cualquier parte, mientras los vehículos circulan descontrolados sin límite de velocidad.

Resulta que el “indigente” muerto tiene nombre y es un antiguo y responsable empleado de la Corte Suprema de Justicia, a cuya familia la Presidencia ha dado una simple excusa, con la misma frescura con la que intentó restar importancia al hecho y disculpar al hechor, sin remordimiento ni arrepentimiento. Un simple error, que cualquiera puede cometer y cualquiera puede comprender. No es claro quién sale más justificado por la lógica presidencial, el conductor temerario o la víctima imprudente, dado que ambos son buenos funcionarios públicos.

Lo escandaloso es que fiscales, policías, soldados y toda clase de funcionario actúan con el mismo descaro, cuando su prioridad, en cuanto que funcionarios estatales, debe ser la protección de los ciudadanos, independientemente de su condición social y económica. En este caso, el poderoso instinto de clase ha traicionado a la Presidencia, a pesar de declararse baluarte de los pobres. Esta es la segunda ocasión en que intenta justificar la fuga de uno de sus conductores del sitio de un accidente de tránsito mortal. La vida del pobre sin nombre, sin empleo, sin techo, sin tres tiempos de comida no vale lo mismo que la del empresario, el inversionista, el político, el diputado o el empleado de Casa Presidencial, sobre todo si tiene rango militar. La ciudadanía está a merced de las arbitrariedades y los abusos de unos funcionarios omnipotentes, protegidos por la impunidad.

Probablemente, ninguno de los conductores de Casa Presidencial pasaría el test psicológico al cual el Viceministerio de Transporte pretende someter a los automovilistas. Pero ese no es problema para ellos ni para ninguno con poder, dinero e influencias, porque la lógica del poderoso los eximirá. Más impacto tendría una campaña de educación vial sistemática y el despliegue de una verdadera policía de tránsito. En lugar de colocar aparatosos retenes, los agentes deben vigilar celosamente el cumplimiento de las normas elementales de tránsito y auxiliar a los conductores. Y la movilización urbana sería mucho más eficiente, algo que dice agobiarle al Viceministerio, si ordenara el transporte público (paradas fijas, carril de la derecha, equipos en buenas condiciones, control electrónico de usuarios, etc.), si suprimiera los giros a la izquierda, si impidiera aparcar en vías transitadas o en aceras… Pero es cosa sabida que los Gobiernos, en especial los de izquierda, son muy dados a complicar cada vez más la burocracia, con la falsa ilusión de que controlar más es gobernar mejor. El caos en las calles también es consecuencia de la ausencia del Estado.

No es ninguna novedad que la vida tiene poco valor en el país. Peor aún, el atropello y el asesinato han entrado a formar parte de la normalidad, con la cual hay que aprender a vivir. La sociedad ha perdido su capacidad de asombro, y con ella, la de indignación. El empleado “indigente” de la Corte Suprema de Justicia atropellado por un conductor temerario pone de manifiesto con gran crudeza el desprecio a la vida humana. El Gobierno utiliza la categoría “indigente” con la misma desvergüenza con la que usa “pandillero” para justificar sus actuaciones y omisiones. Son categorías muy útiles, porque lo explican y justifican todo. Pero, en realidad, no explican nada, ocultan la corrupción y el asesinato, y justifican la injusticia.

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Anónimo
14/02/2017
11:02 am
Hace una semana me acerque a platicar, con las dos personas que duermen afuera de la UCA, a los que el Sr. Eugenio Chicas les llama indigentes con desprecio, ellos me manifestaban, por qué viven ahí y es que a uno El Fondo Social, la quito su casa, por no tener un empleo, no pudo cancelarla, el otro por su poca preparación, no le daban trabajo, se dedico a vender cosas, pero eso no le alcanzaba para pagar un cuarto, al pasar siempre, tres y cuatro días sin comer, empezó a inhalar pega, para no sentir hambre, nadie les recibe, sus familiares, igual de pobres que ellos, qué hace el gobierno, al igual que los anteriores los miran con desprecio, nosotros, que estamos cerca llevemos un plato de comida, ellos les vivirán agradecidos, no son agresivos, , me senté con ellos a compartir un pan: Por Dios Santo no señores del gobierno hagan algo, no justifiquen la muertes que han cometido sus empleados. Hablan de justicia sin cumplirla. Arreglen el error, ofrezcan una solución....
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Anónimo
12/02/2017
14:18 pm
Las personas sin hogar tienen los mismos derechos,que los millonarios que viven en la colonias, Escalón,San Benito, Flor Blanca y las nuevas que desconozco los nombres, El Departamento de Tránsito tiene que desarrollar un sistema o programa especial de Educación Vial para los Peatones y darle más valor ala vida del Ser Humano que no maneja, no darle más valor alo material como los carros,y el departamento de justicia hacer cumplir las Leyes aunque sea Militar el Chofer o Empleado el que esté al Volante, poner Rótulos Visibles para los Peatones, los Personas sin Hogar (Indigente) que por cualquier razón perdieron su Trabajo y vivienda, ayudarlas con programas Sociales de Emergencia, lo cual me Imajino que no existe ese sistema en nuestro País Eso sería una Alternativa para mitigar un poco La necesidad enorme que existe en nuestro país hacer Conciencia Social en la Comunidad,Barrio,Colonia, o pueblos, para los transeúntes o peatones Darle más Valor ala vida de todo...
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Anónimo
10/02/2017
13:15 pm
Están muy bien sus observaciones Sr. Cardenal, para ilustrar un poco solo habría que ver como por las tardes se estacionan los vehículos en las aceras peatonales, obligando a las personas sean estas mayores o menores que tienen que bajarse a las calles vehiculares para poder pasar en la esquina derecha cruce de calle entre el boulevard constitución y la calle del mismo nombre, en el semáforo del súper Selecto, incluso habiendo motorizados nadie les dice a los diversos negocios(pupuseria, venta de zapatos,sorvetes) de la esquina que no parqueen en las aceras. No les importa que no respeten el reglamento de transito ni los derechos humanos de las personas que caminan, valen mas los carros que las vidas humanas. Gracias por la oportunidad de hacer el comentario.
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Anónimo
09/02/2017
19:51 pm
Aguda, acertada y genial crítica! Ya decía yo que Eugenio Chicas era de muchas palabras (verborrea típica de verdes aves prensoras) pero muy poca reflexión de fondo! La poca buena imagen que tenía de él se cayó en el instante que le oí por televisión menospreciar a los indigentes, su dignidad, derechos y vida...Bueno, otros 10 puntos menos para el FMLN y los correspondientes a favor para la lamentable victoria de ARENA en las proximas elecciones. ¡Lástima! Porque caer de nuevo en las fauces e ineptitud de los fieles serviles del demoníaco gran capital, sería una verdadera catástrofe político-social y ecológica! Un triunfo de ARENA equivaldría a dar paso libre a la minería metálica, paso libre a los caprichitos del niño prepotente y consentido llamado Trump, vía libre a la depredación ambiental, a la no aprobación por otros lustros de la ley del agua, al retroceso total en lo poco ganado respecto del salario mínimo, etc., etc. y más lamentables etcéteras.
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Anónimo
09/02/2017
19:04 pm
Vaya que si hace falta educación vial y en todos los sentidos, se ha llegado a naturalizar la muerte. Hay poca empatía por parte de las personas, un individualismo que el mismo sistema ha impuesto y por tal de llegar a \"tiempo\" se atropella literal a quien se cruce por el camino... Lamentable esto de la cuestión de poder.
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Anónimo
09/02/2017
08:06 am
En las calles del país, hay una ausencia total del estado. Nadie respeta las normas de tránsito, ni siquiera los mismos policías que velan por su aplicación.
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Anónimo
08/02/2017
19:50 pm
¿Cuánto ganará Eugenio Chicas? por salir a decir cualquier desfachatez ante las cámaras. Excelente reflexión, aclarando que lo que se busca no es estar de un lado u otro; sino la ansiada justicia económica y social.
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Anónimo
08/02/2017
18:35 pm
Excelente artículo!!! De los pocos jesuitas que no le hacen el juego al gobierno, porque hay otros jesuitas también que si lo hacen. Siga así P. Cardenal.
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