Todos los partidos políticos se encuentran realizando sus elecciones internas y mucho se ha hablado ya sobre la renuncia a la candidatura de los diputados de Arena, Johnny Wright y Juan Valiente. Esta renuncia y todo lo que ella ha implicado dentro de Arena no es algo exclusivo al partido de derechas.
Algunos diputados del FMLN incluso acusaron a la dirigencia de Arena de realizar sus elecciones internas a puro “dedazo”, como afirmó Guillermo Mata. Lo que evitó comentar el diputado es que las elecciones internas del FMLN han sido bastantes similares a las de Arena. No hay mayor novedad en sus nombres. Aquí tampoco cabe la renovación ni de rostros ni de discursos ni las críticas a la dirigencia o al gobierno. En algunos municipios, como San Salvador, solo hubo un candidato al cual elegir. En Arena, 29 de sus 35 diputados buscarán la reelección. Ahí están incluidos los que fueron sancionados por el Tribunal de Ética Gubernamental.
En este contexto de elecciones internas, hay algunos aspirantes a candidaturas que se empecinan en hacer de sus campañas un compendio de frases vacías o de lugares comunes. A otros candidatos les gusta apelar a los “valores” más tradicionales de sus partidos y proponen encarcelar a mujeres empobrecidas que han perdido a sus bebés por emergencias obstétricas, otros solo son meras cajas de resonancia del gobierno y del discurso trasnochado de su dirigencia. El panorama no parece mejorar cuando se dimensiona en lo crucial que será la próxima legislatura. Serán algunos de estos candidatos quienes tendrán en sus manos la elección de los magistrados de la Sala de lo Constitucional y de un fiscal general, entre otras elecciones de funcionarios de segundo grado y que, en 2019, permitirán u obstaculizarán la gobernabilidad del mandatario de turno.
Muchos de estos que ahora son diputados y que también competirán por su reelección el próximo año también son los que ahora pretenden reformar la Ley de Extinción de Dominio para que los acusados de lavado de dinero, corrupción o narcotráfico no puedan perder sus propiedades. También son los mismos que proponen armar a la ciudadanía para “combatir a la delincuencia” y son los mismos que no renunciarán al seguro médico privado, una prestación inmoral e irrespetuosa cuando hay miles de salvadoreños que no pueden comprarse ni una acetaminofén.
Hemos visto, entonces, que los partidos políticos se han decidido y han apostado por conservar a su gente más leal, pero que poco ha hecho por mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. Aquí tampoco hay diferencias entre izquierdas y derechas. De ambos lados han sabido convertir sus elecciones internas en shows donde todo ya está arreglado.