No nos convertimos en un crisol sino en un hermoso mosaico. Diferentes personas, diferentes creencias, diferentes anhelos, diferentes esperanzas, diferentes sueños.
Jimmy Carter, octubre de 1976
Las elecciones en los Estados Unidos de América (EUA) y sobre todo, sus resultados son de radical importancia para los mismos estadounidenses, para los latinos que viven en EUA en distinta situación migratoria y colateralmente también para nosotros aquí en El Salvador.
Las elecciones en EUA fueron el 8 de noviembre de 2016, la toma de posesión fue el 20 de enero de 2017, el ganador fue Donald Trump, candidato del Partido Republicano en Nueva York, a quien se le tilda de ser un político xenófobo y antisistema. Un hombre que fue escogido por una mayoría blanca descontenta con las élites políticas y económicas asustadas, además, por los bruscos cambios demográficos1. Resulta un tema extremadamente importante el tratamiento que ofrece este cuadragésimo quinto presidente de los EUA a la cuestión acerca de los inmigrantes, los refugiados y el asunto del asilo. En los primeros cien días de gobierno, en el marco de lo que Trump denomina “plan de 100 días para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grandioso”, el sitio web de la Casa Blanca reporta que Trump ha firmado 27 órdenes ejecutivas, entre ellas varias dirigidas a la problemática migratoria en sus diferentes aspectos, incluyendo una que veta la entrada a los EUA a ciudadanos de Siria, Irán, Libia, Somalia, Sudán o Yemen, todos con la característica de ser musulmanes. Hacia México y Centroamérica su marcado comportamiento xenofóbico puede simbolizarse en la idea de ampliar y/o construir más muro en la frontera Sur de EUA y México; también cuando quiere difundir la idea de que todos los inmigrantes de Centroamérica son miembros de grupos criminales como las maras; algunas órdenes ejecutivas encargan a los oficiales de policía locales del cumplimiento de las nuevas políticas, otras de despojar a los inmigrantes de los derechos de privacidad, construir nuevas instalaciones de detención, desalentar a los solicitantes de asilo y, en última instancia, acelerar las deportaciones.
Como vemos sí importan las elecciones y sus resultados en Centroamérica y en nuestro país. Dado que un tercio de la población salvadoreña trabaja y vive fuera de nuestras fronteras, más que todo en EUA, sería importante saber si en las propuestas de los partidos políticos tienen acciones relativas para apoyar a los deportados, a los que se les rechaza y no se les reconoce la condición de sujeto que necesita protección internacional o para aquellos miles de padres y madres que desean reunirse con sus hijos a los que dejaron para ir a los EUA a construir su propio sueño, un sueño que no puede materializarse aquí en el país. ¿Qué legislación impulsarán los futuros diputados? ¿Qué ofrecerán los candidatos a alcaldes para la reinserción de deportados? Ojalá los salvadoreños en el exterior puedan organizarse y hacer una observación y monitoreo sobre las propuestas para la protección de los derechos de los salvadoreños fuera del país. Esto es un reto porque muchos salvadoreños no quieren saber nada de nuestra forma de hacer política. Quizá para ellos ha llegado la hora de inmiscuirse más en la política del país de origen.
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1 Ver detalles en http://www.pewresearch.org/fact-tank/2017/03/08/immigration-projected-to-drive-growth-in-u-s-working-age-population-through-at-least-2035