Los partidos políticos están desarrollando elecciones internas de candidatos a alcaldes y diputados. A continuación, dos consideraciones y dos consecuencias. Primero: El secretismo y la imposición siguen siendo el modus operandi de estas elecciones. Las cúpulas, en especial FMLN y Arena, son las que han impuesto los candidatos. Los casos más emblemáticos son San Miguel, San Salvador, Santa Ana y Antiguo Cuscatlán entre otros. Estos partidos han apostado a candidaturas únicas, que no han permitido otras postulaciones. Ello es fraude, y, refleja unas cúpulas intolerantes e intoxicadas de poder. Estas realizan una serie de trámites, únicamente para cumplir los mandatos de la Sala de lo Constitucional, en detrimento de la auténtica democracia. Sus procedimientos indican que son cúpulas fracasadas que hacen lo que haga falta para perpetuarse en el poder. La mayoría de procedimientos se han hecho a espaldas de la opinión pública, algunos sin permitir el acceso de los medios. Asimismo, las cúpulas han procedido a no dar a conocer la lista completa de los precandidatos y a la suspensión de aquellos que no son de su parecer.
Segundo: Las cúpulas de los partidos están viéndose a sí mismas y violentando la Ley. Al imponer sus candidatos están dando un mensaje de que no les interesa la voluntad de sus militantes, de la población en general y la Ley. Una de las características de este sistema híbrido salvadoreño es que, las normas democráticas están establecidas, sin embargo, la tendencia en estos actores es manipularlas en función de sus proyectos partidarios. Ello es una auténtica farsa. La Ley de Partidos en el Art. 37 manda que: “para la elección de las autoridades partidarias y la selección de candidatos y candidatas a cargos de elección popular, los Partidos Políticos deberán realizar elecciones internas, con voto libre, directo, igualitario y secreto de sus miembros o afiliados inscritos en el padrón correspondiente a su circunscripción territorial y de conformidad a las normas establecidas en esta Ley, sus estatutos partidarios y reglamentos”. La operatividad de esta Ley está ausente en estas elecciones. No se están respetando las características del voto, ni el criterio de territorialidad. Por tanto, el fraude, la imposición y la ilegalidad son las características de este proceso. El voto duro de los militantes es el que legitima estas decisiones, con lo cual se afirma que el principal obstáculo para la democracia y la trasparencia pública son las cúpulas partidarias y el voto duro. Estos hacen lo que se les antoja. Es más, algunos medios informativos sostienen que aquellos militantes que se han inscrito y no han obedecido a las líneas de las cúpulas serán sancionados o expulsados.
La consecuencia de este proceder es el desencanto de la población con los partidos. Para esta, Arena y FMLN deben apartarse de la palestra pública. De estos se afirma que, aunque los protagonistas sean distintos, la trama, en lo esencial sigue siendo la misma. La otra consecuencia posible es que estas elecciones internas susciten una serie de recursos de inconstitucionalidad, lo cual significa degaste y abstencionismo en la población. Termino planteando tres preguntas que hizo el Mártir Óscar A. Romero: “Partidos políticos, organizaciones populares, ¿qué buscan en sus tácticas?, ¿se han desprendido de su propio modo de pensar para poder dialogar y para poder buscar, entre todos, el bien que la patria necesita?, ¿se adoran a ustedes mismos o adoran al pueblo?” (Homilía, 6 de enero de 1980).
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1 Cfr. http://www.laprensagrafica.com/2017/06/25/. Consultado 26 de junio de 2017, 10. 28 am.
2 Cfr. https://twitter.com/_ElFaro_/status/875819138010288128. Consultado 26 de junio de 2017, 10, 40 am.
3 Cfr. Ley de Partidos Políticos Nº. 307, en http://www.jurisprudencia.gob.sv/. Consultado 27 de junio de 2017, 7. 50 am.
4 Cfr. http://elmundo.sv/confidencial-270617/. Consultado 27 de junio de 2017.