Extravagante defensa del trabajo

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Rodolfo Cardenal
13/06/2019

Evidentemente, la forma de despedir a los familiares del expresidente y de los altos dirigentes del FMLN, y a un sinnúmero de otros empleados no es humana y, muy probablemente, tampoco legal. Por muy oportunista que pueda ser una persona, posee una dignidad que debe ser respetada. La velocidad, la contundencia y la publicidad de los despidos crean la impresión de eficacia y cambio, al mismo tiempo que exponen la corrupción del FMLN. Pero esa manera de proceder con facilidad se deja llevar por la precipitación y cae en la injusticia. Ejemplo de ello es el despido de un médico con una década de trabajo en el Ministerio de Salud y, en cuanto, tal, representante de dicha cartera de Estado en la Lotería Nacional, y que, por tanto, no debía su empleo a influencias indebidas ni ocupaba simultáneamente dos cargos. Además, el despido de embarazadas está prohibido por la ley. No se combate la corrupción con nuevas injusticias. La ejecución de los despidos exhibe de manera grosera el enorme poder acumulado por la presidencia del poder ejecutivo. Un poder del cual, por otro lado, todos los presidentes han echado mano para imponer sus deseos, aunque de manera más discreta. En virtud de ese poder, varios expresidentes se han apropiado de centenares de millones de dólares.

No obstante, la defensa del empleo que hace el FMLN, en concreto, del derecho al trabajo, es extravagante. Humana y constitucionalmente, todo ser humano tiene derecho a un trabajo digno. Es importante recordar que ese derecho es universal, porque el FMLN solo lo utiliza para defender a sus parientes despedidos, mientras que a los otros despedidos los relega a un lejano segundo plano. El orden de prioridades debiera ser el inverso, dado que se trata de un partido que aún se dice socialista y revolucionario. Asombra que a la dirigencia del FMLN le duelan más sus parientes que los desconocidos, muchos de ellos con salarios muy inferiores, los cuales también han pasado a engrosar el rubro de los desempleados, que ya son multitud.

Desolada, una alta dirigente del FMLN se preguntaba dónde encontrarían empleo sus hijos e hijas. La respuesta es obvia: ahí donde lo encuentran aquellos que no han gozado de ese privilegio. Sorprende que esa dirigente no se pregunte cómo hacen para sobrevivir los subempleados, los desempleados y los rebuscadores. El FMLN tuvo una década para que ese enorme ejército de reserva se beneficiara de condiciones de empleo estable, bien pagado y con buenas prestaciones sociales. De todas maneras, si, como alegan, sus hijos e hijas tienen formación universitaria y experiencia, pueden competir por un empleo en el sector privado, al igual que la inmensa mayoría de salvadoreños. Y si además tienen vocación de servicio, tal como aduce otra dirigente, la sociedad actual, en sus inmensas carencias, ofrece muchas posibilidades para desarrollar dicha vocación.

El otro argumento esgrimido por la dirigencia del FMLN es también retorcido. Según sus declaraciones, el derecho al trabajo es compatible con el nepotismo, una práctica claramente prohibida por la legislación, pero igualmente violentada con absoluta impunidad. Seguramente, los familiares de la dirigencia del FMLN obtuvieron sus empleos no tanto por su preparación y experiencia, sino por ser quienes son. Qué funcionario les negaría el empleo, si es que no los impusieron por orden superior. No es ningún secreto que los recomendados encontraban empleo con facilidad en los Gobiernos anteriores, tal como ocurre en la Asamblea Legislativa. Por lo general, quienes conseguían una plaza en esas condiciones eran conscientes de que la perderían con el cambio de Gobierno o de jefe. Pero, al parecer, el FMLN no acepta la rotación natural del sistema, cuya apertura permite que grupos diversos se beneficien del privilegio de un empleo público. Los del FMLN llegaron para quedarse.

Todavía prevalece la idea de que el Estado es una especie de botín a repartir entre leales y allegados. Por eso, los diputados se reparten el presupuesto para contratar a sus allegados, incluso crean plazas innecesarias. El Estado es así fuente de empleo, de recompensa y de atraco. Obviamente, esa no es alternativa para emplear a la multitud de subempleados, desempleados y rebuscadores. Lo razonable es compaginar la demanda real de fuerza de trabajo con los recursos disponibles. En esta sociedad, perder el empleo es una desgracia de grandes proporciones. Es una razón poderosa para emigrar. Hasta ahora, el FMLN no ha denunciado el sistema económico neoliberal que no genera empleo, sino que más bien tiende a reducirlo, y si lo crea, es malo y mal pagado. El silencio del partido contrasta con la vehemencia con la que defiende a sus parientes despedidos. Tal vez el alto nivel de desempleo y subempleo actual le parezca normal.

El nepotismo, la incertidumbre y el tráfico de influencias se reducirían drásticamente si el empleo en el Estado estuviera regulado como en otros países. Una legislación racional y justa garantizaría estabilidad laboral en medio del vaivén de Gobiernos y jefes.


* Rodolfo Cardenal, director del Centro Monseñor Romero.

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Chelegil@gmail.com
17/06/2019
13:33 pm
Todos los Ministros, funcionarios de confianza, directores, presidentes de autónomas y cualquier empleado que es contratado o nombrado en la nueva administración del ejecutivo, saben y así se les dice que su empleo caducará cuando llegue el nuevo ejecutivo. Entonces todas estas personas están sabedoras de su futuro y precisamente se preparan con salarios altos. Así de simple. Hay que componerse y llenarse los bolsillos en cinco años para retirarse tranquilos. Entonces ¿porqué lloran los parientes de los despedidos si ya sabían lo que les esperaba? Ahora bien, el señor Bukele ha inaugurado "la nueva forma de hacer gobierno" como dijo él en su campaña. ¿Para qué enviar oficios largos a los ministros para despedir empleados cuando se hace en forma mas personal y directa por los llamados Tuiters? Nadie le va a prohibir al señor Bukele que no ocupe su estilo para "ordenar"
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Luis
15/06/2019
12:17 pm
Me parece muy acertado, ocurre casi lo mismo que en la empresa privada, cuando un nuevo gerente está llegando al puesto, empieza a limpiar todo aquello que cree que puede ser piedra de tropiezo para su gestión, lo viví, y primero lo intentó un nuevo Gerente de operaciones y me salvè, pero luego que los bancos tomaron poder de la empresa, terminaron despidièndome y pude salir adelante a pesar que me despidieron sin contemplación alguna , a los 47 años de edad, y soy tan preparado y tan humano como cualquiera, pero así funciona este sistema y tuve que aceptarlo, y el resultado fuè que tuve que migrar, primero a Mexico y luego a Estados Unidos, un Licenciado en Economía graduado de la UCA, trabajando en lo que sea, lo que no me averguenza, por que en cualquier lugar que llegue saldrè adelante no por lo que me conozcan sino por lo que sè y pueda aplicar, lo mismo se aplica a otras personas, es lamentable por las descendencias de esas personas , pero todo en esta vida trae consecuencias!
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Lorena
15/06/2019
09:41 am
Completamente de acuerdo con el artículo. Sumar dos errores no hacen una corrección. No es necesario el escarnio público para reemplazar o quitar funcionarios que no son necesarios. No simpatizo con el FMLN, pero si me parece grosera esa forma de humillar a toda esa gente. Y no pensar en todas las consecuencias que eso trae. Es un innecesario circo romano, no me parece una buena idea. En mi opinión le quita mérito a las buenas obras que como nuevo gobierno será capaz de hacer
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Carlos172708964
15/06/2019
08:08 am
Muy bien dicho. Desafortunadamente el nepotismo siempre ha existido en nuestro pais y las buenas plazas del gobierno siempre se han repartido entre los "preferidos" dejando por fuera a muchos con mejores calificaciones y experiencia. Pero el FMLN dejo una carga que fueron las cerca de 40,000 plazas que creo durante sus dos gobiernos para premiar a sus correligionarios y el nuevo gobierno tiene que hacerle frente a esa carga que puede ser un lastre para el pais. Claro que no estoy de acuerdo con los despidos masivos, sin seguir las leyes del pais y un esfuerzo se debe de hacer para evaluar a las personas y poderlas relocalizarlas en otras plazas de acuerdo a su capacidad. Claro, ni modo algunos tendran que quedarse sin trabajo. En cuanto a los que accedieron a sus puestos por nepotismo, ellos bien sabian que al acceder un nuevo gobierno habrian "cambios" y debieron de poner su barba en remojo. Ojala que el nuevo gobierno no siga el mismo camino.
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