Con la llegada de GANA-Nuevas Ideas a la presidencia de la República, Bukele y su aparato de propaganda y comunicación han impuesto en la opinión pública el discurso de que el fin de los partidos políticos (principalmente Arena y el FMLN) está cerca y que prueba de ello será la “barrida política” que les proporcionará su partido en las elecciones legislativas y de concejos municipales del próximo año. A la base de ello está el arrollador triunfo de Bukele en las elecciones presidenciales (ganó con el 53.1 % de los votos, 1,434,856) y la alta aprobación de la población a su gestión en los primeros siete meses (7.8 de nota, según el Iudop). A mi juicio, el anunciado fin de los partidos no sucederá, sino que más bien el país está en presencia de dos fenómenos: (1) una ampliación de la participación en el sistema político propiciada por Nuevas Ideas y (2) la profundización del desalineamiento partidario en los partidos de derecha, algo que viene ocurriendo desde que GANA se separó de Arena en 2009 y que siguió manifestándose con los frecuentes casos de diputados tránsfugas de ese partido en cada nueva legislatura. Este reacomodo de las fuerzas de derecha continúa ahora con el surgimiento del movimiento Nuevas Ideas (el Movimiento Unidad no lo logró) y se agudiza con la incapacidad de Arena para brindar incentivos selectivos (principalmente de poder, estatus y bienes materiales) a una militancia de tipo arribista que ve frustrada sus ambiciones por cinco años más, al haber perdido el partido su tercera elección presidencial consecutiva.
Veamos primero qué nos indican los resultados electorales. Los resultados del FMLN para concejos municipales en el período 1994-2018 indican un pobre desempeño electoral: los mejores resultados los obtuvo en 2009, cuando ganó 94 municipalidades (de 262, 36.6%). En la elección de 2018, ganó 64 (24.4%). Arena, en cambio, ha tenido un mejor desempeño: ha ganado un promedio de 140 municipalidades en el mismo período (un máximo de 207 y un mínimo de 101), mientras que el resto de partidos de derecha (PDC, PCN, GANA y otros) se han agenciado 53 en promedio. En este escenario, es previsible que en 2021 sea Arena quien pierda más municipalidades a costa del crecimiento de Nuevas Ideas. Todo parece indicar que si GANA y PCN hacen coalición con Nuevas Ideas, terminarán engullidos por este nuevo partido. Así, es en el ámbito municipal donde Nuevas Ideas ampliará la participación política de sus militantes en 2021, rompiendo la exclusividad que tenían los partidos de seleccionar a sus candidatos y abriendo las posibilidades de participación a votantes de opinión, votantes clientelares y a militantes de tipo arribista.
Los mejores resultados electorales los ha obtenido el FMLN en elecciones legislativas. En el período analizado, este partido llegó a tener un máximo de 35 diputados (de 84, 41.67%) en 2009 y en 2018 obtuvo 23 (27.38%). Estos resultados favorables los obtuvo principalmente por el apoyo de votantes de municipios que conforman el gran San Salvador y de otros grandes centros urbanos. Por su lado, Arena ha tenido un promedio de 33 diputados en la Asamblea Legislativa en el período considerado (un mínimo de 28 y un máximo de 39). En este sentido, a nivel de diputados, todo parece indicar que Arena y el FMLN perderán diputados ante Nuevas Ideas, pero quizá sea el FMLN el que sufra mayor desgaste, ya que podría perder entre 8 y 13 diputados con relación a los 23 diputados que obtuvo en 2018. Esto último podría ocurrir si el FMLN sigue sin rumbo y sin definir y entender lo que implica su nuevo rol como partido de oposición política.
La pérdida de diputados y concejos municipales en Arena y el FMLN dependerá de la estrategia electoral que sigan frente a su entorno político, es decir, de si intentan dominar su “territorio de caza” o si buscan conservar y adaptarse. Según la literatura especializada, el territorio de caza es la base social que el partido selecciona y delimita a través de su ideología, y que le otorga identidad. Hasta ahora, solo Nuevas Ideas tiene una estrategia de dominio sobre los territorios de caza de Arena y del FMLN. De hecho, la posición anti partidos políticos tradicionales de Nuevas Ideas, el discurso de que “no importa si sos de derecha o izquierda, todos son bienvenidos en este nuevo partido”, junto al discurso de que “el fin de los partidos políticos está cerca”, ha movido rápidamente votantes de opinión y clientelares de estos partidos hacia Nuevas Ideas, arrebatándole electores de los territorios de caza tanto a Arena como al FMLN.
En el tema ideológico, que es clave para delimitar el territorio de caza, la realidad sugiere que Arena podría tener más problemas que el FMLN, ya que Nuevas Ideas compite en su territorio de caza con la misma ideología: Nuevas Ideas defiende los intereses de la empresa privada (incluso les ha dicho a los empresarios que “la mesa está servida”); acoge el modelo capitalista neoliberal; se entrega a las políticas antimigrantes y geopolíticas de los Estados Unidos; eleva al rango de héroes a militares y policías; fomenta actitudes autoritarias; desmantela los programas y proyectos sociales del Gobierno anterior; despide a su antojo a empleados públicos por su supuesta afinidad política con el FMLN; y define de manera explícita su intención de “matar” políticamente al partido de izquierda. Prácticamente, es la misma ideología que ha sostenido Arena en su larga vida política. Hasta ahora, no hay indicios de que Arena se pueda diferenciar ideológicamente de Nuevas Ideas de tal forma que impida que sus votantes fluyan hacia el otro partido. Además, en este momento, Nuevas Ideas les ofrece incentivos colectivos y selectivos a los votantes de derecha, algo que Arena no puede hacer, pues, como partido en oposición, no dispone de recursos abundantes que repartir y, además, se encuentra en franca fragmentación de sus élites partidarias.
El FMLN, aparentemente, no tiene competidores en su territorio de caza. Sin embargo, su ideología (revolucionaria y socialista, según sus estatutos) está en crisis y es un partido que no escucha a sus potenciales votantes, que le exigen, entre otras cosas, un cambio profundo en la oligarquía de su partido (la cúpula) y mayor congruencia entre su discurso y actuación política. Esta sordera política y su incapacidad para comunicar sus logros como partido de Gobierno ocasionó su debacle electoral en las elecciones presidenciales de 2019, que le dejó una cantidad de votantes fieles o duros de 389,289, similar a la que tenía cuando participó por primera vez en las elecciones de 1994 (378,980 votantes). El FMLN, entre las elecciones presidenciales de 2014 y 2019, perdió 1,106,526 votantes, de los cuales 907,880 habrían votado por GANA-NI en 2019. Por su parte, los votantes de los partidos de derecha que terminaron inclinándose por GANA-NI se estiman en 547,235. Se puede afirmar que GANA-NI ganó la elección de 2019 con un 62% de votantes de izquierda y un 38% de votantes de derecha; por el apoyo de votantes de izquierda que fueron seducidos por Bukele a nivel ideológico (venía de ser candidato del FMLN en un par de municipalidades) y por otros que marcaron GANA para evitar que Arena regresara al poder.
El gran desafío de Nuevas Ideas y de Bukele es retener a los votantes de izquierda (más que todo ideológicos, no votantes de opinión) que le ayudaron a ganar la elección, pero que ahora ven con desencanto que se trata de un partido “nuevo” con ideología de derecha de corte autoritario. Cada vez se hace más evidente que Bukele perderá su máscara de izquierda en los próximos meses y que, por tanto, tendrá dificultad para cazar en los territorios de la izquierda. Ante ello, quizás su estrategia sea mover a los votantes de Arena a sus filas, ofreciéndoles incentivos colectivos y selectivos —de los cuales dispone ahora que está en el Gobierno—. En 2021, Bukele ampliaría la participación política de sus afiliados a nivel municipal principalmente a expensas de Arena, pero la lucha más dura estará en la disputa del voto más ideológico, que es el que define la configuración de la Asamblea Legislativa. En todo caso, Arena y el FMLN no serán eliminados como se anuncia; mantendrán una cuota de poder significativa. No hay que olvidar que Arena mantiene un voto fiel (altamente ideológico) de 850,000 votantes y el FMLN de casi 400,000, cantidad que podría aumentar si el desencanto con Bukele crece.
* Willian Marroquín, coordinador de Tecnologías de Información y Comunicación.