En su libro Ironía en la era del imperio1 la doctora en filosofía Cynthia Willett investiga como la comedia puede abrir espacios de libertad donde poder vocalizar las necesidades de la sociedad. Como sabemos, las necesidades de la ciudadanía a veces se encuentran ausentes de los discursos dominantes, limitantes, y contraídos de los políticos, y sus respectivos partidos, en un sistema democrático. De acuerdo a Willett, la comedia puede infiltrar los espacios políticos tradicionales para que las demandas y la insatisfacción ciudadana hacia el gobierno sean visibles.
La comedia puede ser una herramienta de subversión y libertad que fortalece la democracia de un país. Todo depende de cómo sea usada y cual sea su propósito. La comedia, como dice Willett, puede retar las estructuras basadas en desigualdad y desafiar el estatus quo con critica. Puede empoderar a los oprimidos dándoles un espacio donde dar a conocer sus luchas diarias. De la misma manera, si el propósito es mantener el sistema de desigualdad y las jerarquías raciales, por ejemplo, la comedia también puede reforzar marginalización y opresión. Todo depende de su propósito final.
La comedia y la sátira suavizan el mensaje. Sea una caricatura como critica del gobierno o un chiste para oprimir aún más a poblaciones vulnerables, la comedia hace el mensaje más digerible. El reír minimiza la percepción de que el argumento sea agresivo o personal, y al reír, las personas se relajan y están más dispuestas a escuchar.
En El Salvador, los espacios de humor en los medios de comunicación para empoderar a la población marginalizada son pocos comunes. Los memes, las caricaturas de los diarios, y el ocasional comercial de telefonía han demostrado que la gente responde de manera positiva a nuevas formas de comunicar inconformidad política.
En Estados Unidos comediantes como Stephen Colbert, Trevor Noah, y Seth Meyers todas las noches abordan temas políticos y sociales controversiales de su país en la televisión con humor. La comedia y la ironía de estos comediantes sirven para abiertamente criticar y cuestionar las acciones de sus gobiernos y de sus representantes.
En Francia el programa Los muñecos de la información2 (traducción cercana), utiliza marionetas de látex para hacer criticas fuertes al gobierno francés, y en Canadá el programa Esta hora tiene 22 minutos,3 parecido a SNL, se encarga de usar comedia y sátira para vocalizar las demandas de la ciudadanía y las acciones irresponsables del gobierno. Las existencias de estos shows enriquecen la libre expresión en una democracia y fomentan la empatía hacia los oprimidos, mientras desarrollan el pensamiento crítico necesario para elegir de manera responsable a los representantes políticos.
Recientemente, la campaña del precandidato a la presidencia, Javier Simán, ha intentado añadir comedia a su imagen. Este tipo de comedia no fomenta libertad en la población ya que el propósito es que el candidato, que viene de un estrato social privilegiado y que pertenece a un partido político con mucho poder económico y social (visto por varios como un partido corrupto y opresor) sea visto de manera positiva para la campaña electoral. La comedia es utilizada para tratar de beneficiar al individuo y su imagen y no a empoderar a la población o mencionar los problemas más persistentes de los salvadoreños.
Unos salvadoreños han encontrado el anuncio de Simán chistoso, y eso es comprensible; nuestro estándar de comedia en El Salvador es muy bajo y no tenemos mucha experiencia utilizando la comedia como herramienta de empoderamiento liberador. Por eso mismo no sabemos distinguir el humor y no sabemos cómo usarlo de manera positiva. Solo el intentar añadir humor en una campaña política es suficiente para ganar votos y lograr que la campaña sea vista de manera parcialmente favorable, debido a que nos ofrece algo distinto de las campañas de miedo y ataques personales.
Si queremos abrir espacios más democráticos necesitamos humor ya sea en línea, radio, televisión o en persona donde la comedia pueda reflejar nuestro dolor y pueda enfatizar las necesidades que enfrentan diferentes comunidades. En sus estudios, Willett nos deja una gran lección sobre la importancia del humor en una democracia y como esta puede ayudarnos a mejorar nuestra cultura política.
También necesitamos comediantes y comunicadores valientes dispuestos a hablarle directamente al PODER opresor con humor. La comedia es una herramienta no solo para las poblaciones oprimidas sino también para todos los ciudadanos en una democracia. Luchemos por este derecho democrático y comencemos a reírnos de las ineptitudes políticas de nuestros representantes, para poder verdaderamente cambiarlas, después de reconocerlas, sin tener miedo a ser atacados o castigados.
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1 Título original en inglés es: Irony in the Age of Empire: Comic Perspectives on Democracy & Freedom
2 Título original en francés es: Les Guignols de l’info o solo Les Guignols
3 Título original en inglés es: This Hour has 22 minutes