Las otras voces de los sin voz

31
Paulino Espinoza
09/06/2016

No cabe duda de que monseñor Romero fue y sigue siendo “la voz de los sin voz”. Esto, hoy en día, no resulta del todo bien entendido por algunas personas. Algunas por no haber vivido la historia del obispo mártir y otras porque todavía cierran su entendimiento y su corazón ante hechos que ahora son reconocidos oficialmente por la Iglesia, al punto de haberlo llevado a su beatificación hace justamente un año.

Monseñor Romero no estuvo solo durante los años de su apostolado profético. Esos años fueron, en realidad, los últimos de varias décadas de represión sistemática, de persecuciones políticas y de censura oficial; políticas de Estado instauradas con el estamento militar a la cabeza, que se reforzarían en 1932 con el golpe del general Maximiliano Hernández Martínez y que terminarían, al menos formalmente, con las juntas militares surgidas después del golpe de octubre de 1979.

Durante esas casi cinco décadas se fue instituyendo en El Salvador una “cultura oficial” que trató de imponer una forma de conducta civil en donde hablar, disentir, criticar y señalar se fue volviendo peligroso. Cualquier opinión contraria al Gobierno podía ser detectada por la red de “orejas”, dispuesta en todos los niveles por el Estado (oficinas, parques, colonias, escuelas, universidades, sindicatos, iglesias…) para escuchar y reportar todo aquello que parecía sospechoso.

Contra todo eso surgieron, desde el principio de las tiranías militares, voces valientes que se alzaron desde el arte y la cultura en protesta abierta, en cuestionamiento, en grito desgarrador y en luz para nuestro pueblo. Basta recordar al propio Salarrué, quien en el primer aniversario del fusilamiento de Farabundo Martí publicó en el periódico Patria un artículo enalteciendo la figura de ese luchador inclaudicable, a quién él llama “héroe” y “semilla de una añorada liberación”.

Pocos años después surgirían los escritores del Grupo Seis, integrado por Antonio Gamero, Cristóbal H. Ibarra, Pilar Bolaños, Oswaldo Escobar Velado, Alfonso Morales, Matilde Elena López y Ricardo Trigueros de León, y otros más, en lucha cívica contra Martínez. Este fue un movimiento de escritores e intelectuales que participaría activamente en la huelga general de brazos caídos de 1944, la cual culminaría con la derrota de la dictadura de Martínez. Huelga que tuvo a la cabeza, entre otros, a los estudiantes Reinaldo Galindo Pohl y Fabio Castillo.

El Grupo Seis dio paso al surgimiento de la Generación Comprometida, aquel grupo de escritores e intelectuales en el que participaron Roque Dalton, Roberto Armijo y Oswaldo Escobar Velado. A estas voces se fueron sumando, poco a poco y con el paso del tiempo, los cantores de lo que, a partir de los años sesenta, llegaría a ser conocido como “la canción de protesta”, un término no del todo exacto, pero que sirve de referencia.

El primero de ellos, Carlos “Tamba” Aragón, quien fuera además catequista en Aguilares con el padre Rutilio Grande, es el autor de la canción El planeta de los cerdos, una parodia que ridiculizó a los militares en plena dictadura a finales de los años sesenta y que fue grabada por La Banda del Sol en el disco Unidad.

Entre el inicio de la década de los setenta y mediados de los ochenta, le siguieron a Tamba Aragón el grupo Mahucutah, Nahuí, Yolocamba I Ta, La Banda Tepehuani, (surgida como Banda de la UNO), el grupo Labor y Cosecha, Aguilares 17, Güinama, Cutumay Camones y Los Torogoces de Morazán. Dentro de los cantautores, seis de ellos dejaron una huella imborrable: William Armijo con Las coplas de Roque Dalton, Saúl López con su inmortal Poema de Amor, también de Dalton; Alvar Castillo, compositor de dos canciones emblemáticas: Canasúnganana y Homenaje a Monseñor Romero, más conocida como Símbolo de Rebeldía; Guillermo Cuéllar, un verdadero cronista de las comunidades cristianas y colaborador directo del obispo mártir; y Jorge Palencia.

Palencia, más conocido como “el Viejo”, compuso El Profeta apenas unas horas después de conocerse el magnicidio y fue el gran organizador del movimiento cultural que se encargó de “dar seguimiento” a cada músico, poeta, actor o pintor que surgió del seno del movimiento popular para formarlo políticamente, muchas veces sin que nos diéramos cuenta. Jorge acompañó de manera particular las luchas campesinas y obreras, desarrollando lo que llegaríamos a llamar “la canción de línea”; es decir, composiciones que respondían a las coyunturas políticas para acompañar, denunciar o educar según los acontecimientos se iban desarrollando.

A este movimiento se sumarían poetas como Salvador Juárez, Rafael Mendoza, Joaquín Meza, Rigoberto Góngora, Roberto Quezada, Jaime Suárez Quemain y Mauricio Vallejo; cineastas, pintores, intelectuales y comunicadores como El Papo, Francisco Quezada, Edgardo Cuéllar, Elizabeth Guzmán, Luis Melgar Brizuela y El Chojo; gente de teatro, como el grupo Maíz, Sol del Río 32, Roberto Franco, Oswaldo Magaña y Norman Douglas.

Así como todos ellos asumieron el reto de ser voz junto a un pueblo, hoy en día hay gente joven que sigue manteniendo en alto la bandera del canto; baste mencionar a Claudia López, Las Musas, Son ¾ (con Carlos Serpas, quien nos diera una de las canciones más bellas compuestas para monseñor Romero), Pescozada, Signo Azul, SuperPaquitoShak, Tato Henriquez, Lilo González, La Cayetana, Manuel Contreras, Óscar Sandoval, Rigoberto Barrera y Francisco Góchez, entre otros.

Monseñor Romero es y seguirá siendo “la voz de los sin voz” en la medida en que sigamos recogiendo su testimonio de fe y esperanza, y en la medida en que cada quien sepa ser mejor persona: digna, solidaria y comprometida.

Lo más visitado
21
Anónimo
22/06/2016
06:04 am
Yo crecí, escuchando y viendo a muchos y muchas hacedoras de arte que son nombradas y nombrados en el artículo. Gracias Paulino por este recorrido donde la música forma parte de esta historia y fue precisamente la música quien acompañó y ánimo a mucha gente en las comunidades en esos tiempos difíciles. Hoy un poco más de cerca continúo siendo parte de este camino. Romero llamó siempre a la paz pero también a la resistencia, hoy somos todas y todos responsables de este legado, precisamente en este tiempo lleno de injusticias y desigualdad. Ojalá la memoria histórica nos permita esa construcción de una sociedad:Digna, solidaria y comprometida, individual y colectivamente.
0 2 0
Anónimo
22/06/2016
05:41 am
Excelente artículo mi querido amigo Paulino, una pequeña cátedra de historia, cultura y humanismo en pocas palabras. Estos son los artículos que la UCA debe impulsar y publicar más!!!
0 0 0
Anónimo
20/06/2016
19:44 pm
Muy buen artículo, refleja que el arte en el país puede manifestarse de muchas formas, y que mejor que haciéndolo ilustrando la historia del pueblo salvadoreño pese a las luchas y opresiones, la música no se ha quedado atrás y ha cantado al son del pueblo, las necesidades y lamentos de este.
0 1 0
Anónimo
17/06/2016
09:38 am
Es un articulo en el que refleja como El Salvador ha sufrido muchos cambios bajo la opresión que sufrió en esos años a tal punto de no poder tener libre expresión, gracias a Romero y el paso de los años, que muchas personas tanto poetas, músicos, artistas en general como el pueblo, ciudadanos que se han unido a una misma causa, propagar mensajes de verdad y justicia.
0 0 0
Anónimo
15/06/2016
18:44 pm
en resumen se destaca la importancia de la historia en la actualidad y como el arte se manifestó en el país en el tiempo de opresión, aun así un gran ejemplo de luchar por todos aquellos que no podían ser escuchados es Monseñor Romero y gracias a el muchos comienzan a manifestarse según sus habilidades con el mismo fin luchar por la PAZ.
0 0 0
Anónimo
15/06/2016
18:34 pm
el articulo nos resume la importancia de la historia en la actualidad y como el arte fue un medio de expresar la opresión que se vivía, manifestando paz y protección a todos aquellos que no eran escuchados.
0 0 0
Anónimo
14/06/2016
21:57 pm
Monseñor Romero es y sera un guia para los sin voz como para todo el pueblo salvadoreño y el mundo, aun que muchos quiera omitir su obra siempre sobresale tras la verdad que siempre llevo el mensaje de monseñor denunciando las injusticias que existian y que aun sigue sufriendo el pueblo salvadoreño. Por eso es de admirar quienes siguen su legado y propagan ese mensaje de la verdad y anunciar las injusticias con los pobres.
0 0 0
Anónimo
14/06/2016
20:51 pm
Los problemas que la sociedad aqueja muchas veces se ven reflejadas en el Arte, así como en este caso la música a sido un medio muy importante para expresar lo que mucha gente no se atreve a decir o no tiene los medios para hacerse escuchar.
0 1 0
Anónimo
14/06/2016
12:12 pm
Este texto muestra la importancia tanto del arte como la música como un medio de comunicación que sirve para ser la voz de los que muchas veces no son escuchados. En el transcurso del tiempo se ha dicho esto pero cuando se viven situaciones como la que vivimos en el país queda plasmado la importancia de este tipo de expresiones culturales en la sociedades.
0 1 0
Anónimo
13/06/2016
17:59 pm
Excelente articulo, muy interesante ver como todos esos nombres tienen la imagen viva de monseñor y la pintan con sus cantos, es importante nunca olvidar nuestra historia y eso es justamente lo que ellos hacen, ayudarnos a recordar el corazón de nuestro Beato Monseñor Romero.
0 4 0
Anónimo
13/06/2016
07:06 am
Excelente articulo, Monseñor Romero jamas sera olvidado.
0 4 0
Anónimo
12/06/2016
16:55 pm
Sobre los comentarios: no me parece que la UCA revise los comentarios antes de publicarse, si bien es para evitar el troleo, tambien limita la libertad de expresión.
0 2 5
Anónimo
12/06/2016
16:14 pm
La música salvadoreña sí existe y sobre todo se hace presente a través de \"las otras voces de los sin voz\". Es importante mencionar que para hacer notar el sentir de un pueblo se pueden unir varias voces y hacer rugir a un sólo país; y de esta forma, podemos apreciar tanto rl arte como la cultura y sus distintas ramas tanto en la poesía, el teatro y la música.
0 5 0
Anónimo
12/06/2016
08:41 am
Este articulo nos resume cómo la música y otras ramas del arte han sido a lo largo de la historia un instrumento de voz, para toda la opresión que se vivió en el pasado en El Salvador, y es bueno saber que hay todavía en la actualidad grupos como las Musas (que he tenido la oportunidad de escuchar) que siguen teniendo vivo ese espíritu que necesita este país para nunca caer. Muy buen articulo, y buena enseñanza.
0 7 0
Anónimo
11/06/2016
14:50 pm
Me parece increíble como muchos de ellos no son tan recordados como otros. Las formas de mostrar una opinión no siempre son las mismas, me refiero a que no solo se puede salir en protesta y eso estas personas lo han demostrado, ellos no necesitan de mucho para mostrar lo que sienten, solo necesitan las artes y con eso basta para crear revolución. Muy buen articulo.
0 8 0
Anónimo
11/06/2016
14:11 pm
Muy buen análisis histórico sobre la música, aunque me parece que el último párrafo es algo Non-sequitur, pues en sí el artículo solo menciona a Romero al principio y al final, cómo para querer llamar la atención y no era necesaria ara realizar todo el análisis que le sigue.
0 4 5
Anónimo
11/06/2016
10:24 am
Monseñor Romero, como lo dice el artículo, es la voz de los sin voz y a su vez es ejemplo para quienes quieren defender no solo sus ideales sino, hablar de justicia, solidaridad y amor. En este artículo se da a conocer que cada quien en base a sus habilidades puede expresar su pensar. Vemos como músicos, poetas, escritores, actores y actrices tienen su forma de expresar y denunciar injusticias. Podemos observar como el arte ha estado presente no solo en momentos buenos sino también en situaciones malas. Las personas nos identificamos con el arte y a pesar de lo que muchos digan y como algunos clasifiquen el arte como algo bueno, malo, aceptable o no, comunista o capitalista el arte es una sola en sus diferentes expresiones. Y gracias al arte: música, teatro, poesía et, tenemos la oportunidad de expresarnos de ser sinceros y decir lo que nos gusta o disgusta, de exigir justicia, decir la verdad y denunciar la corrupción, desigualdad etc.
0 8 0
Anónimo
11/06/2016
10:23 am
Monseñor Romero, como lo dice el artículo, es la voz de los sin voz y a su vez es ejemplo para quienes quieren defender no solo sus ideales sino, hablar de justicia, solidaridad y amor. En este artículo se da a conocer que cada quien en base a sus habilidades puede expresar su pensar. Vemos como músicos, poetas, escritores, actores y actrices tienen su forma de expresar y denunciar injusticias. Podemos observar como el arte ha estado presente no solo en momentos buenos sino también en situaciones malas. Las personas nos identificamos con el arte y a pesar de lo que muchos digan y como algunos clasifiquen el arte como algo bueno, malo, aceptable o no, comunista o capitalista el arte es una sola en sus diferentes expresiones. Y gracias al arte: música, teatro, poesía et, tenemos la oportunidad de expresarnos de ser sinceros y decir lo que nos gusta o disgusta.Por eso a ejemplo de Monseñor Romero todos los mencionados en este artículo son la voz de los sin voz.
0 7 0
Anónimo
10/06/2016
12:04 pm
Monseñor Romero se dejó influenciar por su pueblo, y por otros mártires que le antecedieron. A su vez, Monseñor Romero ha influenciado a miles de personas, no sólo en nuestro país, sino en el mundo entero, para animarnos a construir el Reino de Dios, con justicia, con verdad y con paz.
0 10 1
Anónimo
10/06/2016
11:45 am
Romero sigue hablando atraves de esas voces hechas canciones; también nos habla por medio de las decenas de libros escritos sobre su labor social y humanista. En fin, sigue vivo para hacer realidad su premonición:\'si me matan resucitare en el pueblo\".
0 10 0
Anónimo
10/06/2016
11:32 am
Excelente artículo. Hay que mantener viva la memoria histórica.
0 8 0