Las etapas preelectorales parecen condicionar los movimientos de los diferentes actores implicados en el escenario político. Por ejemplo, para las elecciones de alcaldes y diputados del 11 de marzo 2012. El FMLN buscaba confirmar su capacidad como administrador, y en ese momento un tema que capturaba la atención pública eran los homicidios. Una tregua entre pandillas que permitiera la disminución de asesinatos era una idea bastante conveniente.
Raúl Mijango y Monseñor Colindres fueron de las caras más visibles de dicha tregua, la misma que redujo los homicidios de 14 a 5 diarios. Al comenzar a hablar de ella era algo confuso y algunos lo veían como una buena idea (incluso dentro de la Iglesia Católica). Según el periódico - El Faro (14 /03/2012) “la tregua se fraguó en el despacho de Munguía Payes con Mijango (que era su asesor y contaba con el aval de Funes), ellos después contactaron a varios sacerdotes de la alta jerarquía católica hasta que el padre Colindres aceptó participar como intermediario”. Sin duda, la presencia de la Iglesia Católica (y las iglesias en general) inspira confianza suficiente para una negociación difícil tal como lo era un pacto entre pandillas.
En inicio se consiguió reducir los asesinatos (justo antes de las elecciones), sin embargo, la iniciativa terminó fracasando y la tasa de homicidios volvió a subir. Luego, varias publicaciones del mismo periódico revelaron el rol de actores y situaciones relacionadas a la tregua que no se habían hecho públicas, incluidos muchos de los privilegios que eran no solo ilícitos sino también impopulares ("porno-fiestas", Pollo Campero, televisores plasmas, entre otros).
La Conferencia Episcopal, pese a haber expresado en principio su apoyo hacia el obispo, luego optó por una posición de silencio y luego se distanció de Colindres, hasta aclarar que la iglesia como tal no ha sido gestora de la misma y que monseñor Colindres actuó a título personal. Sin embargo, otros miembros de la Iglesia también participaron en la conformación de la tregua y la implementación de los programas para sostenerla (ver caso del entonces sacerdote Antonio Rodríguez “Padre Toño”). Finalmente, Colindres, se retiró a finales de junio tan pronto aduciendo irregularidades en el proceso, además, la Conferencia Episcopal le pidió a monseñor apartarse de la tregua
Sin embargo, el verdadero problema es que la violencia se agudizó en El Salvador tras fracasar la tregua de las ‘maras’, incluso en marzo 2015 fue el mes con más asesinatos de los últimos 15 años con 481 El verdadero problema es que la tregua fue un proceso frágil, y de ahí surge la pregunta: ¿se estaba montando un show electoral?
Ciertamente eso parece, y aunque las intenciones de la curia, a través del arzobispo Colindres, eran colaborar, el problema fue que la tregua parece que tenía solo buscaban fines electorales a corto plazo (tal cual lo fueron las políticas de mano dura en los gobiernos de Arena) y no políticas sostenibles en el tiempo. La iglesia no debería callar pero tampoco prestarse al juego de los partidos políticos cuando solo buscan mantenerse en el poder sin planes sostenibles. Sobre todo en esta etapa preelectoral.