Lo "cool" y "hot": el encanto de la campaña política electoral

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Nelly Chévez
17/08/2017

“Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay".
José Saramago, escritor portugués (1922-2010)

El periódico La Prensa Gráfica publicó en su versión digital, el 23 de julio del presente año, una nota titulada Carlos Calleja causa furor del “hot” en las redes sociales, refiriéndose a algunas publicaciones de Facebook realizadas por el empresario Carlos Calleja, precandidato presidencial del partido Arena, donde se le observa practicando surf en una de las playas del país. En el texto de la nota, se calificaban algunos de los comentarios, escritos principalmente por mujeres, como “creativos” y “subidos de tono”, refiriéndose principalmente al aspecto físico y actitud “cool” del precandidato. ¿Qué tiene que ver esto con política?

En tiempos actuales de “desencanto de lo político-partidario”, el espectáculo, el entretenimiento, la imagen y la superficialidad se convierten en alternativas atractivas como estrategias de campañas políticas electorales que provocan emociones y simpatías a favor del posicionamiento de algunos candidatos. Más emociones, menos contenidos es la fórmula implementada. En diversos sitios de internet se denominan a los personajes políticos más “cool” y “hot”, a quienes se les considera que combinan “atractivo y carisma”. Con esta denominación, a nivel internacional, destaca Justin Trudeau, primer ministro de Canadá. En el sitio fyinews.tv, se publicó en mayo de este año un texto titulado 10 razones por las que Justin Trudeau es el político más cool de todos. Entre estas razones se mencionan su simpatía, su lucha por el cambio climático, su apoyo a la igualdad de género, la práctica del boxeo, su tatuaje, su aparición en un comic de Marvel, usar calcetines de “Star Wars” y su accesibilidad para tomarse “selfies” con sus simpatizantes.

Desde el marketing político, la presentación mediática de un político como una “figura del espectáculo cool y hot” pretende atraer simpatizantes, principalmente jóvenes, que pueden convertirse en votos a favor. En el mundo publicitario se aplican estos calificativos incluso a marcas. Muestra de ello es el libro “La generación Y quiere más que marcas cool, de Bergh y Behrer, publicado por Editorial Patria, SA de CV, en 2014.

Es innegable que el carisma de los candidatos es un aspecto a favor o en contra en las campañas políticas actuales, sin embargo, no debe obviarse que en una candidatura política se pone en juego la elección de las personas a quienes se les delegará un poder de representación con el que tomarán decisiones importantes sobre el rumbo del país o de una municipalidad, por lo que, la ciudadanía debe evaluar responsablemente otros aspectos que son relevantes antes de otorgar un voto. A nivel personal, su curriculum, su desempeño en la gestión pública, su actuación ética, su compromiso social y su capacidad de liderazgo. De igual forma, su ideología y coherencia con sus discursos y propuestas electorales. Martínez Pandiani1 señala tres niveles estratégicos en una campaña electoral: la propuesta política, el discurso político y la imagen política (p. 38).

Como ciudadanos responsables, no debemos encantarnos con candidatos “cool” y “hot”, sino que debemos aspirar a elegir las personas más competentes para asumir los cargos públicos de elección popular. No es poco lo que está en juego, si se desea contribuir a un cambio real en la sociedad salvadoreña.

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1 Martínez Pandiani, G. (2001) Marketing político. Campañas, medios y estrategias electorales. Buenos Aires: Urgeman Editor.

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