“La arena estaba de bote en bote, la gente loca de la emoción, en el ring luchaban los cuatro rudos, ídolos de la afición”… es el inicio de la letra de una popular canción tropical de la agrupación mexicana Sonora Santanera. En esta canción, se narra el encuentro en el ring de cuatro famosos luchadores mexicanos: en una esquina El Santo y El Cavernario; y en la otra, Blue Demon y El Bulldog. En el campo semántico político, no es extraña la utilización de términos referentes a guerras, batallas, enfrentamientos o a luchas, principalmente, en periodos de campañas electorales, con la confrontación de aliados y adversarios en una competencia electoral.
El análisis previo en el diseño de una estrategia de campaña electoral requiere identificar claramente quiénes son los aliados y adversarios de las candidaturas y partidos en contienda, para preparar sus estrategias de ataque y contraataque más efectivas. Usualmente, los adversarios se concentran en los actores políticos que pertenecen a la oposición, principalmente, con quienes se compite. Siguiendo la metáfora de la lucha libre, con los luchadores de la otra esquina del ring. Sin embargo, se resignifican estos conceptos en tiempos de crisis de los partidos políticos, en donde las lealtades partidarias se resquebrajan cada vez más, y se visibilizan- principalmente en redes sociales- mayores inconformidades de la ciudadanía sobre la actuación de los personajes políticos vinculados a las instituciones partidarias. En este contexto, aumentan las probabilidades de que los mismos partidos políticos acepten en procesos electorales como “apuestas ganadoras” a personajes populares y mediáticos, que no están vinculados históricamente con la cultura interna de los partidos políticos. Como no hay una vinculación y lealtad partidaria sólida, no es extraño que algunos conflictos que podrían manejarse discretamente al interior de los partidos se sobredimensionen y formen parte del show mediático político de la semana. Con estos espectáculos, no se dejan de correr los riesgos de desgastes políticos en tiempos de campañas electorales.
Ejemplo de lo anterior son los conflictos que se han publicado en diversos medios de comunicación y redes sociales entre el actual alcalde capitalino de San Salvador, Nayib Bukele, y varios altos representantes del partido de izquierda Frente Farabundo Martí (Fmln), institución política con la que se postuló como candidato a la alcaldía de San Salvador en las campañas de 2015, en alianza con el Partido Salvadoreño Progresista (PSP). Entre varios sucesos conflictivos, se han convertido en noticias de entretenimiento varios de los enfrentamientos mediáticos entre edil capitalino con el mismo Fmln, criticando su estilo de gobierno, incluso comparándolo con el estilo de gobierno del partido de derecha, Alianza Republicana Nacionalista, (Arena). Entre otras discusiones públicas están las ocurridas con la diputada por el Fmln y expresidenta de la Asamblea Legislativa, Lorena Peña. Como cuando la diputada, ante las críticas de Bukele al partido de izquierda, le insinuó el consumo de drogas con el mensaje en Twitter “La cocaína y otras drogas pueden enloquecer a cualquiera. Cuidado” y él respondió con el mismo tono sarcástico “También tener tanto dinero en las manos, cuando nunca se tuvo, hace que algunos se olviden de que juraron luchar por el pueblo. Cuidado”. De igual forma, se presentó una discusión vía tuits con el actual vicepresidente de la República, Oscar Ortiz, sobre una declaración en la que Nayib planteaba que no le interesaba aspirar a un puesto como vicepresidente de la República por considerarlo cosmético. El vicepresidente Ortiz respondió que no era lo más importante el cargo sino “el cariño, el entusiasmo y la determinación que le pones a lo que haces, donde sea que estés”. Como respuesta a este mensaje, el edil Bukele le compartió una imagen de un chocolate Snikers, haciendo referencia a la campaña publicitaria de la marca de chocolates, denominada en inglés You´re not you, when you´re hungry (en español “no eres tú cuando tienes hambre”) que connota que al comerse un chocolate se cambia el mal humor.
La experiencia de Bukele en el ámbito político es relativamente reciente desde 2012, aunque a su familia principalmente empresaria- de origen palestino- se le ha vinculado públicamente más con un pensamiento de izquierda. Nayib es un publicista, empresario. A diferencia de muchos de los dirigentes históricos del Fmln- que se pronunciaban con un discurso antiempresarial- y que ocupan cargos de poder en el actual gobierno, Bukele no estuvo involucrado en los grupos de guerrilla durante el conflicto armado. Nació en San Salvador en 1981 y es considerado uno de los políticos más jóvenes, al obtener su primer triunfo con el Fmln como alcalde del municipio de Nuevo Cuscatlán, al noreste del departamento de La Libertad, hace tan solo cinco años. Dado su estilo, moderno y relajado, así como su conocimiento publicitario en el uso estratégico de las redes sociales, fue adquiriendo mucha popularidad, principalmente, con la ciudadanía más joven. Actualmente, es el candidato a la alcaldía de San Salvador con más seguidores en su página pública de Facebook, un poco más de un millón de contactos para finales de septiembre, con mucha diferencia de los seguidores de la página pública del vicepresidente de la República Oscar Ortiz con 138 mil o de la diputada Lorena Peña con 13,765. El adversario externo en la próxima candidatura edilicia de Bukele, el candidato por Arena, Ernesto Muyshondt, suma actualmente cerca de 71 mil seguidores en esta red social.
Contar con una figura atractiva como candidato para la ciudadanía y bien posicionada mediáticamente es un área de oportunidad valiosa en el ámbito político, principalmente, en tiempos de campañas electorales. Sin embargo, cuando no hay enraizamiento con la institución partidaria se corre el riesgo de generación de mayores tensiones internas públicas al no garantizar esas lealtades absolutas que siempre responden a los lineamientos del partido, cuando se ha ganado el poder. Todo lo contrario, un personaje sin enraizamiento partidario buscará intencionalmente un desvinculamiento del partido y mayor independencia en su gestión gubernamental. En su artículo, El lenguaje populista en el poder (2010), la profesora de Ciencia Política de la Universidad de Bolonia, Donatella Campus sostiene que estos personajes se convierten en líderes populistas y que “tienden a gobernar no sólo sin intermediarios sociales, sino también sin sus propios partidos” (p.156). Asegura, además, que “en algunos casos particulares el líder populista, en especial una vez en el poder, puede deliberadamente no querer involucrarse demasiado en la maquinaria del partido” (Campus, D., p. 158). En este texto, señala también la experiencia de varios políticos con estas características que terminan fundando sus propios partidos.
Las luchas libres entre la figura actual más atractiva mediáticamente del Fmln, Nayib Bukele, y el partido de izquierda continúan, se mencionan manzanas de la discordia, renuncias y expulsiones, y, seguramente, estas acarrearán sus costos políticos, más para unos que para otros. Incluso, es probable que estas tensiones internas fortalezcan a los adversarios externos en las próximas elecciones. Mientras tanto, el show mediático de la cultura política de entretenimiento continuará al son de la Sonora Santanera con “métele la wilson, métele la nelson, la quebradora y el tirabuzón, quítale el candado, pícale los ojos, jálale los pelos (sácalo del ring)”…
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1 Campos, D. (2010) El lenguaje populista en el poder. Revista de Sociología, No. 24. pp. 151-164.