Objetivos para vivir con dignidad

"El Salvador debe sentirse parcialmente satisfecho", afirma un boletín de prensa del Sistema de Naciones Unidas y del Gobierno, en referencia al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. En 2000, 189 países aprobaron la Declaración del Milenio, en la cual se establecía el año 2015 como límite para alcanzar estos objetivos. Desde entonces, han pasado nueve años y el Estado salvadoreño apenas ha cumplido con dos de las once metas principales.

Según el informe "Sin excusas... Alcancemos los objetivos de Desarrollo del Milenio en el 2015", se ha logrado reducir a la mitad la cantidad de personas que viven en pobreza extrema y se ha conseguido la igualdad educativa entre los sexos. El documento que registra estos logros fue elaborado por una comisión ministerial de alto nivel con la participación de agencias del Sistema de Naciones Unidas en El Salvador. Sin embargo, después del ocultamiento de información respecto a las finanzas públicas y la constante dificultad para tener datos unificados sobre la delincuencia, cualquiera podría poner en duda la información que sirvió de base para estas conclusiones. Es la participación de las entidades de Naciones Unidas lo que podría darle algo de credibilidad al informe.

Independientemente de la posibilidad de cuestionar las fuentes de información, sí puede criticarse la clasificación de los objetivos en "alcanzados", "en ruta a su cumplimiento", "de probable cumplimiento" y "de difícil cumplimiento". Este planteamiento supone que las condiciones serán siempre las mismas, que las acciones estatales también y que las condiciones económicas, sociales, políticas y culturales se mantendrán invariables. No es así. Hasta podría suceder que las metas alcanzadas se vayan al traste por la crisis económica, por algún fenómeno natural —que en el país suelen causar desastres y aumentar la pobreza— o por cualquier decisión política o social que agrave la situación que se vive.

Con todo, hay nueve metas que aún no se han cumplido. Además, las mismas Naciones Unidas advierten: "El hecho que una meta esté alcanzada no asegura que no pueda cambiar su trayectoria futura como fruto de la crisis actual o de un shock negativo en los próximos años". No obstante, esta advertencia no está registrada en los principales medios informativos.

Finalmente, hay que tener conciencia de que los Objetivos de Desarrollo del Milenio marcan un camino que debe seguirse para humanizar la sociedad salvadoreña, pero no deben entenderse como una guía para llegar a ser como los países de Europa o como Estados Unidos. Así como se critica la copia de modelos socialistas, debe censurarse la imitación de un esquema que ha llevado al mundo al caos. Por eso la afirmación "cualquier país en desarrollo que desee entrar al club de los países desarrollados necesariamente tendrá que aprobar la asignatura de los ODM", que aparece en el informe, está fuera de lugar.

El Salvador debe hacer el esfuerzo por alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, pero no sólo para cumplir con un compromiso, también para asegurar un mejor nivel de vida. Además, la vista no debe estar puesta en modelos fracasados o de otras latitudes, sino en las capacidades propias, para hacer que la sociedad alcance todo su potencial y le permita a todos los salvadoreños y salvadoreñas vivir dignamente.