Quisieron borrar su historia, pero borraron su memoria

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El pasado miércoles 3 de enero, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) dio por oficializado el inicio a la campaña electoral para candidatos a diputados. Sin embargo, el partido ARENA al día siguiente dio apertura a su campaña, como es costumbre, en el municipio de Izalco, Sonsonate. Al evento asistieron desde niños a adultos mayores, personas que cantaban el himno del partido tricolor y sin saber el significado o la repetición de su lema “Presente por la patria”.

Según una reseña histórica sobre el levantamiento campesino de 1932, realizada por el periodista y poeta, Néstor Martínez, dicho etnocidio se realizó porque en aquel entonces los nativos protestaban contra el sistema y el gobierno que les había arrebatado sus tierras. El gobierno se adueñó de las tierras de los campesinos y éstos al no tener ningún documento que certificara que eran dueños de grandes tierras, se les quitaban para dárselas a los grandes terratenientes. Luego éstos los contrataban para que trabajaran en el café, sin embargo, eran explotados y mal pagados. Los campesinos se organizaron y protestaron por la pobreza y desigualdad que se estaba generando, pero lastimosamente coincidieron con una rebelión del Partido Comunista Salvadoreño (PCS), que era liderado por Farabundo Martí y que también protestaron por el fraude electoral que hubo en enero de 1932; lo que hizo que muchos pensaran que estaban vinculados.

Como resultado, el gobierno no tardó en reaccionar y el presidente, el General Maximiliano Martínez Hernández, ordenó la ejecución de todo aquel que se alzara contra el régimen. Las zonas afectadas fueron Tacuba, Izalco, Nahuizalco y Ahuachapán. En Izalco, luego de sesenta y dos horas del levantamiento fue linchado y ahorcado, dejando colgado su cadáver enfrente de una escuela con niños presentes, el líder campesino Feliciano Ama, como símbolo de lo que les sucedería a todo aquel que se opusiera al régimen, otros piensan que significó la muerte del comunismo. La cultura izalqueña empezó a ser destruida cuando se les encontraba a algunos portando machete, los que tenían características indígenas o los que vestían como tal; se les acusaba de pretender alterar el orden social o destruir la estabilidad política del país y eran encontrados culpables. Se les obligó a cavar una tumba común y fueron ametrallados en el muro de la Iglesia Asunción, las casas de los culpables fueron quemadas y los sobrevivientes fueron ametrallados.

Dicho etnocidio dejó secuelas políticas, económicas y culturales; lo que hoy en día han olvidado cientos de personas (en su mayoría izalqueños) cuando decidieron asistir a la apertura de campaña de ARENA, se les olvidó que sus ancestros fueron asesinados de la manera más cruel, mientras les venden la idea de que “el comunismo murió en Izalco” y que en realidad murió la identidad de muchos izalqueños que lucharon por recuperar sus tierras y borrar la desigualdad.

Durante el mitin político el presidente del COENA, Mauricio Interiano, señaló en su discurso que El Salvador necesita un presidente “arenero” que sí tenga la capacidad de generar más ingresos al país. Asimismo, dijo que hace mucho tiempo una rebelión trató de apropiarse de El Salvador y que mientras ARENA exista, los comunistas no podrán tener a El Salvador.

Ahora la pregunta es: ¿No será que el poder del capitalismo llevó al gobierno de aquel entonces a quitar las tierras de los nativos y que ese grupo solo trataba de recuperar lo que injustamente les fue arrebatado?

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