Respondiendo a las acciones internacionales

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La respuesta de la clase política salvadoreña al cierre del TPS y al comentario de Trump el cual se refiere a nuestro país como un “shithole” ha entrado al campo de batalla electoral. La inclusión de estos eventos en la campaña electoral de partidos políticos, demuestra que nuestra clase política no tiene las herramientas para analizar de manera critica las políticas internacionales que son problemáticas y por ende no pueden rechazar los discursos de racismo estructural. Es triste que nuestros representantes y los que aspiran a representarnos no puedan contribuir a la eliminación y al rechazo de injusticias mundiales y solo piensen en sus propias ganancias.

En el caso del TPS, el presidente Sánchez Cerén y el partido FMLN, alteraron la noticia de la cancelación del TPS llamándola una prórroga de 18 meses, con el fin de apaciguar el impacto que dicha política tendría en torno a su aceptación o estimo popular. Arena, por su lado, culpa al FMLN de ser un factor en la cancelación del TPS debido a sus relaciones con Venezuela y por el incidente de quemar una bandera americana y tener un rotulo que decía “Yankees go home” en un evento el pasado mes.1

El problema más grande de estas respuestas a la cancelación del TPS es que ninguna es correcta. La política del presidente Trump es proteccionista y anti-inmigrante. Sin importar la relación que un país latino americano tenga con Estados Unidos, Trump deshumaniza a los seres humanos provenientes de latino América. Por eso llamó a los mexicanos “violadores y criminales,” a pesar de la excelente relación que México ha tenido con los Estados Unidos en los últimos 30 años. La cancelación del TPS era evidente y hasta predecible en el marco de las políticas y objetivos de su administración. El gobierno de Trump ha apoyado en varias ocasiones a estructuras de opresión que marginalizan a personas de color, mujeres, empobrecidos, musulmanes, y algunos medios de comunicación. Es absurdo hacer del TPS un tema electoral, particularmente, el de buscar una culpa nacional. El enfoque del gobierno y los que aspiran a representarnos, debería de estar en encontrar soluciones sostenibles a los problemas que se podrían agudizar una vez que los 200,000 salvadoreños deportados regresen a nuestro país.

Luego, Trump llama a países de África, Haití y El Salvador (directa o indirectamente) países “shithole.” Nuestros políticos escriben en sus redes sociales que ese comentario “debe fortalecernos y unificarnos”2 mientras que otro dice “la mejor respuesta … es demostrarles lo equivocado que están.”3 Ninguna de las dos respuestas denuncia el lenguaje racista. No se trata de poner la otra mejilla, sino de denunciar el racismo sistemático que fomenta Trump cuando, por ejemplo, también, defiende al Ku Klux Klan y los neo nazis. Trump normaliza discursos de odio en la política y la sociedad. Nuestros representantes tienen que rechazar estos discursos sin importar si son ataques a nuestro país o no; y no dejar que las acciones del gobierno americano sean utilizadas por partidos políticos para atacarse y tratar de ganar votos durante las elecciones.

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1 Diario1 http://diario1.com/politica/2017/12/fmln-quema-otra-vez-bandera-de-eeuu-podria-costarle-el-tps/

2 Carlos Calleja, @jccalleja, 11 enero 2018, 5:44pm, Twitter

3 Nayib Bukele @nayibbukele, 11 enero 2018, 6:17pm, Twitter

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