Todo sigue su marcha

Una vez que los partidos políticos han elegido a sus candidatos para las elecciones legislativas y municipales de 2018, queda pendiente saber si finalmente habrá candidaturas independientes, cuántas y en cuál departamento competirán. Mientras esto se define, pareciera que todo marcha sin problemas. De hecho, la materia propiamente de la gestión electoral está pasando desapercibida. El próximo nombramiento de los miembros de Juntas Electorales Departamentales y Municipales, y de las Juntas Receptoras de Votos, no parece recibir la atención debida pese a la importancia mayúscula que tendrá su gestión en el proceso electoral; especialmente en la propia jornada electoral.

Lo que parece tener entretenido al Tribunal Supremo Electoral es la búsqueda y contratación de la tecnología que apoye el trabajo de mesas, y los preparativos tecnológicos para la capacitación de los miembros de los organismos electorales temporales. Ambos asuntos son importantes para garantizar un escrutinio fuera de toda duda.

En septiembre vendrá el periodo de inscripción de los pactos de coalición. De hecho, según el calendario electoral, el 4 de septiembre es la fecha tope para presentar las solicitudes de inscripción de dichos pactos. Ha sido usual en eventos electorales anteriores la presentación de coaliciones en las elecciones municipales más que en las elecciones legislativas. Veremos que nos depara al respecto el proceso electoral de 2018.

Por otro lado, aunque no es tiempo, en el entorno político del partido Arena sigue habiendo movimientos en torno a la candidatura para las elecciones presidenciales de 2019. Los dos principales precandidatos siguen con su estrategia de posicionamiento de su imagen tanto en la cabeza de los militantes areneros (que son quienes decidirán finalmente este asunto en elecciones internas) y de los potenciales electores. La ansiedad parece cundir entre estos precandidatos y los grupos de interés que les son afines. Quisieran tener resuelto lo más pronto posible esta cuestión y están forcejeando para adelantar el proceso de su selección.

Finalmente, en medio de los problemas que le toca sufrir, la sociedad salvadoreña sigue sin contagiarse de ánimo electoral. Al contrario sigue dando muestras de desafección, interesada más en temas de seguridad y economía. Así las cosas, estos días están siendo un periodo de baja temperatura electoral. Tal vez sea bueno así para que las cosas marchen con relativa tranquilidad.