Voluntad contra pobreza

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Editorial UCA
11/07/2012

"Voluntad contra pobreza" es el lema de una nueva campaña de Un Techo para mi País, la organización juvenil de voluntariado dedicada a la construcción de vivienda y al fomento del desarrollo económico y social. Frente a la desigualdad, la indiferencia ante el dolor ajeno y la cultura del sálvese quien pueda, estos jóvenes nos invitan a poner una voluntad generosa que enfrente con radicalidad el problema de la pobreza.

En tiempos de continuo debate en torno a la calidad de nuestra democracia y a los riesgos que conlleva la desobediencia de la Asamblea a las sentencias de la Sala de lo Constitucional, los jóvenes nos dan un excelente ejemplo. Son capaces de entrar en los debates jurídicos y políticos, pero al mismo tiempo enfrentar con energía el problema principal de El Salvador. No se resignan a quedarse en un tema, trabajar un solo campo o limitarse a la parcela de su interés. Desean un país mejor en todos los aspectos y en beneficio de toda la población. Y son capaces de enfrentar simultáneamente múltiples desafíos. Con la complejidad y variedad de los problemas salvadoreños, da esperanza ver a estos jóvenes que se lanzan a la acción con entusiasmo y generosidad, cercanos a los pobres, dispuestos a enfrentar la injusticia social y a impulsar el desarrollo.

El Salvador necesita voluntad. Voluntad de poner metas comunes básicas en torno a las que no haya ni discusión ni politiquería. Voluntad de desarrollo claro, medible, con agenda y tiempos adecuadamente señalados en el sector educativo, en el campo de la salud, de la vivienda y de los servicios básicos. Voluntad de crear un país de trabajadores en el que el trabajo sea no solo esfuerzo productivo, sino instrumento de autorrealización y desarrollo personal. Tenemos que superar desde el diálogo las discusiones que nos empantanan y nos dividen. No puede ser que mientras nuestra gente sufre las inclemencias de la pobreza, del tiempo, del desempleo juvenil, de la violencia que persiste a pesar de la baja de homicidios, nos quedemos paralizados en posiciones encontradas que se pueden solucionar dialogando.

La voluntad y la generosidad son siempre la base fundamental del desarrollo. Cuando vemos que el avance es tan lento, tenemos que detenernos a reflexionar y preguntarnos los porqués. Y ciertamente tenemos que preguntárnoslo los adultos y la generación que ahora dirige los destinos de El Salvador. Y al mencionar a quienes dirigen el país no nos referimos solo al Gobierno, sino también a los empresarios, a los políticos de los diversos partidos, a los liderazgos sociales adultos. Es el mundo de los adultos el que tiene en parálisis social a El Salvador. Los jóvenes nos dan ejemplo en muchos aspectos. Salen a construir viviendas, procuran intervenir socialmente impulsando el desarrollo, crean capital social al interrelacionar positivamente a diversos sectores del país, tan separados por las diferencias socioeconómicas. Incluso los jóvenes de las maras son capaces de llegar a acuerdos de paz entre ellos con mayor facilidad que los políticos. Y eso a pesar de que la violencia, el paro laboral y la muerte por causas externas al deterioro biológico afectan con mucha más dureza a los jóvenes.

Voluntad contra pobreza: una consigna que debería tocar lo más profundo de nuestros sentimientos patrióticos y ciudadanos. Voluntad que tiene como base la generosidad, la capacidad de dialogar y escuchar a los más pobres de El Salvador. Voluntad, en definitiva, de mirar la realidad, dejarnos impactar por ella y tratar juntos de cambiarla. Toda una tarea necesaria. Bien por los jóvenes de Un Techo para mi País, y ojalá esa consigna toque la conciencia adulta. Tanto para colaborar con el impulso hacia el desarrollo que estos jóvenes le ofrecen a tantas comunidades como para que todos enfrentemos dialogadamente la realidad salvadoreña y logremos un proyecto consensuado de país, que sea más justo, menos desigual y más solidario.

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