Cambios culturales necesarios

8
Editorial UCA
20/01/2014

Es común que al hablar de desarrollo se piense sobre todo en la situación económica y en las posibilidades que la sociedad ofrece para acceder a las nuevas tecnologías y a los avances del mundo contemporáneo; así, se le suele identificar con progreso económico, alto nivel de ingreso, avances tecnológicos e intenso consumo. Esta equivocada y limitada noción contrasta con el desarrollo humano, un concepto mucho más amplio y relacionado con el bienestar de las personas. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lo define como "el proceso de expansión de las capacidades de las personas que amplía sus opciones y oportunidades". Para el PNUD, tal definición "asocia el desarrollo directamente con el progreso de la vida y el bienestar humano, con el fortalecimiento de capacidades relacionadas con todas las cosas que una persona puede ser y hacer en su vida en forma plena y en todos los terrenos, con la libertad de poder vivir como nos gustaría hacerlo y con la posibilidad de que todos los individuos sean sujetos y beneficiarios del desarrollo".

Esta forma de concebir el desarrollo no está directamente asociada ni depende del ingreso. Para alcanzar el desarrollo humano, no solo se requiere superar la pobreza e incrementar los ingresos, sino también alcanzar un alto nivel educativo, igualdad de oportunidades, acceso a servicios de salud de calidad y a las redes de protección social. Además, en esta forma de entender el desarrollo, la cultura tiene gran relevancia. Al respecto, el último informe del PNUD señala varios aspectos de nuestra cultura que impiden avanzar hacia un mayor desarrollo. Quizás uno de los más arraigados y dañinos es la creencia de que no todos los ciudadanos tienen los mismos derechos y deberes. Algunos creen, desde lo más hondo de su ser, que hay ciudadanos de primera categoría; que unos se han ganado el derecho a un alto nivel de vida mientras que muchos otros merecen la situación de pobreza y exclusión en la que viven.

Otro factor cultural que entorpece nuestro camino hacia el desarrollo es el tan arraigado machismo, que le asigna y justifica mayores cuotas de poder a los hombres, relegando a las mujeres a un papel marginal en la vida pública. Esta tara cultural impide el desarrollo de las capacidades de las mujeres porque las subordina a las necesidades de los hombres, las somete a su autoridad, truncando con ello la libertad de la mujer para construir su propio proyecto de vida. Y en nuestra sociedad, el machismo se acompaña y complementa con el autoritarismo, que ha moldeado las instituciones, sembrado dudas sobre la democracia como mejor sistema de gobierno y llevado a creer que el modo correcto de superar las diferencias es la imposición del más fuerte, en lugar de buscar acuerdos por la vía del diálogo entre iguales. La corrupción institucionalizada, la violencia, el abuso del poder y el consumismo son también manifestaciones culturales que deben desaparecer porque dificultan el desarrollo humano.

La cultura política debe transformarse. Hay que dejar de pensar que un solo partido político puede tener la solución a los problemas del país, y que la derecha y la izquierda persiguen proyectos e intereses distintos, irreconciliables. Sin lugar a dudas, solamente con un plan de nación, obtenido por el consenso de la mayoría de la sociedad, será posible avanzar hacia un mayor desarrollo humano. Solo mediante un esfuerzo amplio y continuado podrán modificarse nuestros patrones y hábitos culturales; se requerirá tiempo y participación decidida de las instituciones, especialmente las educativas. Las transformaciones culturales deben impulsarse a todo nivel, de modo que se generen nuevos hábitos, nuevas costumbres que faciliten la convivencia. La apuesta fundamental debe ser formar un nuevo ciudadano, responsable y orgulloso de su identidad nacional, a fin de alcanzar una cohesión social que posibilite sentirnos parte de un mismo pueblo más allá de nuestras diferencias.

Lo más visitado
1
Anónimo
20/01/2014
16:39 pm
Mucho que cambiar en nuestra cultura. Siempre he sostenido que hay medios que no contribuyen en nada.
0 1 0