Delirio antidemocrático

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Editorial UCA
12/02/2020

Luego de que el jueves 6 de febrero el Consejo de Ministros convocara a sesión extraordinaria a la Asamblea Legislativa, se desató una serie de acontecimientos que han atentado contra nuestro sistema democrático. La convocatoria estuvo seguida de una retahíla de amenazas, insultos y descalificaciones hacia los diputados, tanto por parte del presidente de la República como de varios de sus funcionarios y seguidores más agresivos. Amenazas que fueron subiendo de tono con el transcurso de los días, y que se tradujeron en hechos como el retiro de los agentes PPI que dan protección a los legisladores y la presencia injustificada de policías y militares en las cercanías de los domicilios de algunos diputados y en las sedes de los partidos políticos opositores.

El sábado 8, el ministro de la Defensa Nacional convocó a una rueda de prensa para afirmar públicamente que cumpliría las órdenes del presidente, incluso a riesgo de su propia vida. El extremo de esa peligrosa deriva se alcanzó con la toma de la Asamblea Legislativa por parte de policías y militares fuertemente armados, el domingo 9 de febrero. De este modo, la Fuerza Armada rompió con el respeto a la máxima ley del país para ponerse al servicio de la mesiánica aventura inconstitucional de Nayib Bukele. La obediencia de la Fuerza Armada a su comandante no puede ser ciega, tiene un límite claro: la Constitución. Y ese límite fue quebrantado el pasado domingo.

Ya con el recinto legislativo bajo dominio militar y policial, el presidente ingresó al Salón Azul a dejar claro, como diría después, que él tenía el control de la situación y que si lo deseaba podía disolver la Asamblea Legislativa. No bastando con esa exhibición de fuerza y autoritarismo, dijo que no iba a “pulsar el botón” de la disolución porque Dios le había pedido paciencia. El delirio llegó a su punto más alto cuando, fuera de la Asamblea y ante los ahí congregados (seguidores de Nuevas Ideas y empleados del Gobierno, en su mayoría), dio plazo de una semana a los diputados para la aprobación del préstamo de la discordia y convocó a la población para el próximo domingo, afirmando que en esa ocasión no sería él quien impediría la insurrección popular para destituir a los legisladores.

Lo del fin de semana tiene todas las características de un acto dictatorial, propio de un presidente que no acepta que otro poder del Estado se oponga a sus planes; un mandatario que está dispuesto a apoyarse en la Policía y el Ejército no para mantener la legalidad y la soberanía nacional, como corresponde, sino para romper el orden constitucional si es necesario. Es difícil que los más fanatizados seguidores de Nayib Bukele recapaciten y den marcha atrás en su deriva antidemocrática (aunque, por el momento, no vayan más allá de animarla desde la virtualidad de las redes sociales). Pero la PNC y la Fuerza Armada, en tanto instituciones, deben entender que su obediencia no puede ser incondicional. Antes que obedecer las órdenes de un funcionario que ha perdido de vista las responsabilidades de su mandato, deben medir las consecuencias de sus actos y defender la Constitución y el sistema de gobierno en ella establecido. La institucionalidad no está para respaldar delirios personalistas. Este tipo de hechos no pueden repetirse en el país ni quedar impunes.

Lo más visitado
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Víctor469070594
17/02/2020
19:52 pm
En el transcurso de mi vida he comprendido meridianamente una cosa: la mayoría de sujetos-masa no están interesados en encontrar la verdad objetiva, aquella que es fría, indiferente y ajena a los deseos arbitrarios, sino en fortalecer sus quimeras. No es preciso que todos seamos científicos en ejercicio, pero el carácter de aquél es deseable pues, se cree, que curaría el mal que atormenta a la masa. La verdad no sólo implica conocerla, precisa resistirla, sino se tiene la capacidad para eso, se vivirá toda la vida de puras quimeras. Los profetas del odio, como dice Karl Popper, han existido siempre, cuánta miseria y dolor ha causado en el mundo su miserable narrativa. Deshonesta como ninguna, des-forma más a la masa, anulando cualquier potencialidad de forma, desinformando y matando cualquier pensamiento crítico; esa es la narrativa del odio. Hacerles creer a las víctimas que son ellos los que luchan en torno a un proyecto político, es la parte favorita de los manipuladores y...
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Víctor469070594
17/02/2020
19:46 pm
Desde el plano formal cualquier cosa se puede cambiar. Y lo es así pues desde allí se puede hablar y promover hasta “los imposibles”, de lo posible, de lo racional, de lo lógico y de lo sensato ya se dijo en demasía. Pero el cambiar una idea por otra nueva, no implica una modificación en el nivel de la praxis, sino una modificación desde lo mero formal, pero ese tipo de modificaciones han existido, existen y seguirán existiendo. La masa debido a la pequeñez de su mundo, de su cultura, de su memoria y de su conciencia no lo logra advertir. Siempre y cuando una narrativa sea agradable a sus oídos, la aceptarán sin importar lo falaz, hipócrita, mediocre y mentirosa que sea. Eso es precisamente lo que hace una narrativa: modifica una idea, pero sin transformar en lo profundo la realidad.
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Víctor469070594
17/02/2020
19:45 pm
Desde el plano formal cualquier cosa se puede cambiar. Y lo es así pues desde allí se puede hablar y promover hasta “los imposibles”, de lo posible, de lo racional, de lo lógico y de lo sensato ya se dijo en demasía. Pero el cambiar una idea por otra nueva, no implica una modificación en el nivel de la praxis, sino una modificación desde lo mero formal, pero ese tipo de modificaciones han existido, existen y seguirán existiendo. La masa debido a la pequeñez de su mundo, de su cultura, de su memoria y de su conciencia no lo logra advertir. Siempre y cuando una narrativa sea agradable a sus oídos, la aceptarán sin importar lo falaz, hipócrita, mediocre y mentirosa que sea. Eso es precisamente lo que hace una narrativa: modifica una idea, pero sin transformar en lo profundo la realidad. En el transcurso de mi vida he comprendido meridianamente una cosa: la mayoría de sujetos-masa no están interesados en encontrar la verdad objetiva, aquella que es fría, indiferente y ajena a los deseos
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Víctor469070594
17/02/2020
19:45 pm
Desde el plano formal cualquier cosa se puede cambiar. Y lo es así pues desde allí se puede hablar y promover hasta “los imposibles”, de lo posible, de lo racional, de lo lógico y de lo sensato ya se dijo en demasía. Pero el cambiar una idea por otra nueva, no implica una modificación en el nivel de la praxis, sino una modificación desde lo mero formal, pero ese tipo de modificaciones han existido, existen y seguirán existiendo. La masa debido a la pequeñez de su mundo, de su cultura, de su memoria y de su conciencia no lo logra advertir. Siempre y cuando una narrativa sea agradable a sus oídos, la aceptarán sin importar lo falaz, hipócrita, mediocre y mentirosa que sea. Eso es precisamente lo que hace una narrativa: modifica una idea, pero sin transformar en lo profundo la realidad. En el transcurso de mi vida he comprendido meridianamente una cosa: la mayoría de sujetos-masa no están interesados en encontrar la verdad objetiva, aquella que es fría, indiferente y ajena a los deseos
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Víctor469070594
17/02/2020
19:45 pm
Desde el plano formal cualquier cosa se puede cambiar. Y lo es así pues desde allí se puede hablar y promover hasta “los imposibles”, de lo posible, de lo racional, de lo lógico y de lo sensato ya se dijo en demasía. Pero el cambiar una idea por otra nueva, no implica una modificación en el nivel de la praxis, sino una modificación desde lo mero formal, pero ese tipo de modificaciones han existido, existen y seguirán existiendo. La masa debido a la pequeñez de su mundo, de su cultura, de su memoria y de su conciencia no lo logra advertir. Siempre y cuando una narrativa sea agradable a sus oídos, la aceptarán sin importar lo falaz, hipócrita, mediocre y mentirosa que sea. Eso es precisamente lo que hace una narrativa: modifica una idea, pero sin transformar en lo profundo la realidad. En el transcurso de mi vida he comprendido meridianamente una cosa: la mayoría de sujetos-masa no están interesados en encontrar la verdad objetiva, aquella que es fría, indiferente y ajena a los deseos
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Víctor469070594
17/02/2020
19:45 pm
Desde el plano formal cualquier cosa se puede cambiar. Y lo es así pues desde allí se puede hablar y promover hasta “los imposibles”, de lo posible, de lo racional, de lo lógico y de lo sensato ya se dijo en demasía. Pero el cambiar una idea por otra nueva, no implica una modificación en el nivel de la praxis, sino una modificación desde lo mero formal, pero ese tipo de modificaciones han existido, existen y seguirán existiendo. La masa debido a la pequeñez de su mundo, de su cultura, de su memoria y de su conciencia no lo logra advertir. Siempre y cuando una narrativa sea agradable a sus oídos, la aceptarán sin importar lo falaz, hipócrita, mediocre y mentirosa que sea. Eso es precisamente lo que hace una narrativa: modifica una idea, pero sin transformar en lo profundo la realidad. En el transcurso de mi vida he comprendido meridianamente una cosa: la mayoría de sujetos-masa no están interesados en encontrar la verdad objetiva, aquella que es fría, indiferente y ajena a los deseos
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Carlos1029775423
14/02/2020
13:03 pm
Lo que sucede señores que nuestro presidente interpreta fielmente que el pueblo ya llegó a límite de aguante de la terquedad de los diputados algunos gasta con demencia senil. Los invito a escribir un artículo sobre seguridad para conocer la urgencia con que ustedes la ven y contrastarla con el enfoque de urgencia conque el 97% de los salvadoreños la vemos.
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Omar866592668
13/02/2020
06:31 am
ME PARECE MUY BIEN ESE ANÁLISIS CON ESTO SE DEMUESTRA QUE EL PRESIDENTE ES INTOLERANTE NO PERMITE OPOSICIÓN Y ESO MISMO ESTA INCULCANDO AL PUEBLO QUE LO SIGUE Y SI ALGUIEN HABLA LO CONTRARIO LO SOMETE YA SEA POR EL MISMO Y SUS SEGUIDORES EN REDES LAS INSULTADAS MUCHOS NO OPINAMOS POR ESE TEMOR
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Roberto904642695
12/02/2020
16:56 pm
Gracias por su opinión, nos ayuda a discernir los errores del señor Presidente. Ojalá y dejen de aplaudirle sus fanáticos y sepan descubrir lo autoritario, de lo sensato.
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