Desafiando al destino

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Editorial UCA
23/05/2014

Como el país no cambia, entonces tienen que cambiar de país. Van con sus mochilas cargadas de esperanza de un mejor futuro para ellos y los suyos. Llevan sobre sus hombros no solo su suerte, sino la de sus familias y la del país entero. También temores por los peligros del camino hacia lo que su propia tierra no les ofrece. El Viceministerio para Salvadoreños en el Exterior estima que, en promedio, emigran 300 compatriotas cada día. En Guatemala, son un poco más: diariamente, 337 dejan su tierra. De Honduras se estima que salen rumbo al Norte entre 500 y 600; los casi 50,000 hondureños deportados en 2013 dan una idea de la cantidad que emprende la aventura.

Los migrantes desafían el destino. Además de enfrentarse a los peligros de la naturaleza propios del viaje, sortean asaltos, violaciones, secuestros y abusos de las autoridades. Pero prefieren arriesgarse en el intento que morir violentamente o por falta de oportunidades en sus países. Huyen de la pobreza, pero en los últimos tiempos escapan, y cada vez en mayor número, de la violencia irracional que como plaga se extiende sobre el tejido social centroamericano. Las casas de atención a migrantes ubicadas en el trayecto estiman que en la actualidad más de la mitad van huyendo de la violencia.

Los migrantes son infractores de las leyes como lo fue Jesús de Nazaret, que lo hizo siempre a favor de la caridad, a favor de la salvación del hermano. Porque el cumplimiento de una ley no se puede anteponer al derecho a la vida. Cuando estuvo en juego la vida y la libertad de la persona, Jesús no dudó en infringir a conciencia las leyes judías del ayuno, del sábado, de la pureza; y justificó que sus discípulos también lo hicieran. Comió con pecadores y publicanos, y se atrevió a afirmar que las prostitutas preceden a los escribas y fariseos en el Reino de Dios.

Los migrantes infringen las leyes por amor a los suyos y a su tierra. Porque una cosa es infringir la ley y otra, hacer algo inmoral. Un acto puede ser ilegal sin ser inmoral, y viceversa. Los salarios mínimos de hambre, conceder frecuencias de radio y televisión solo al que tiene más dinero y la inmunidad de los políticos son tres cosas legales, pero inmorales. Los migrantes violan leyes en su afán de ayudar a sus familias a salir adelante, pero no son criminales. Tres millones de salvadoreños, más de un millón y medio de guatemaltecos y otro tanto de hondureños han dejado sus familias y su tierra. Más del 15% de dominicanos y más del 30% de haitianos están fuera de su país. Desde lejos, hacen posible la vida de sus familias y ayudan a la economía de la patria que los expulsó. En Honduras, el año pasado, las remesas sumaron 3,100 millones de dólares; en El Salvador, alcanzaron casi los 4,000 millones; y en Guatemala, sobrepasaron los 5,000 millones. En todos, las remesas representan más del 15% del producto interno bruto del país. Es decir, sin el flujo de "pobre-dólares" que mandan los migrantes, las economías nacionales se vendría abajo.

Pero hay otros muchos migrantes, igualmente nobles y valientes, que no tienen la suerte de alcanzar la meta. Todos los días, con sentimientos contrarios a los del día que salieron, regresan por aire y por tierra decenas de deportados. De lunes a sábado, un bus llega procedente de México repleto de salvadoreños. Los martes y los viernes, otro llega con niños y adolescentes, a quienes se les truncó la ilusión de reunirse con sus progenitores. En los últimos tiempos ha crecido exponencialmente el número de menores, sobre todo niñas, que viajan sin compañía de algún familiar. Alguien desde el Norte ha pagado entre 10,000 y 12,000 dólares para que los lleve con bien. Los que regresan es porque no lo lograron y vienen así, sin compañía, aunque todo mundo sabe que alguien los llevaba por encargo. En 2013, 1,632 niños y niñas fueron deportados a El Salvador. En lo que va de 2014, esa cifra ya fue superada. El año pasado, a Honduras fueron deportados 2,853 niños y 1,026 niñas. Y se estima que este año, 60,000 menores no acompañados llegarán a Estados Unidos procedentes de diversos países de la región.

La migración, pues, ya no solo es cosa de adultos, lo que representa una bofetada más para los países que vergonzosamente ven cómo su presente y futuro se les va de las manos. Además de los buses, seis vuelos semanales llegan desde Estados Unidos al aeropuerto de Comalapa, cada uno con más de 100 compatriotas deportados. Vienen custodiados y encadenados porque para el Gobierno estadounidense son delincuentes. A Honduras llegan en las mismas condiciones dos o tres vuelos cada día. El año pasado regresaron deportados 25,000 salvadoreños adultos. También en 2013, casi 74,000 hondureños fueron devueltos a su país. El Gobierno de Barack Obama, abanderado de la varias veces postergada reforma migratoria, en 2012 y 2013 estableció el récord de más de 400,000 deportaciones anuales. En los 5 años que lleva desde que asumió su primer período en 2009, ha deportado a sus países de origen a cerca de dos millones de personas, la misma cantidad que el Gobierno de George W. Bush deportó en 8 años y más personas de las que Estados Unidos formalmente expulsó entre 1892 y 1996.

Los deportados regresan con rostro de fatiga, sin equipaje, con las cartera vacías y rumiando el malestar de sus sueños quebrados. Pero solo han perdido una batalla. Cerca del 80% de los que son deportados están decididos a insistir en el intento. La mayoría no tiene alternativa. Se endeudaron para viajar y así salir de la crítica situación económica. Quedarse en su tierra implica empeorar la situación familiar, porque en ella no encuentran alternativa. Esto es parte del drama de la migración. De nobles personas que buscando ayudar a los suyos se convierten también en factor de desintegración familiar, que a su vez engendra otros problemas sociales de gran envergadura. Enfrentar esta situación requiere enorme voluntad política, una voluntad que los gobernantes de los países de origen prefieren evadir por lo que los migrantes representan para las renqueantes economías centroamericanas.

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Anónimo
27/05/2014
12:20 pm
Un ciudadano comun pensaria q en las altas esferas del estamneto diplomatico hay capacidad para un analisis profundo de la poltica geoestrategica mundial y como el slavador encaaj en ese contexto!!.PERO resulta descepcionante q muchos avatars dilomaticos o no leemn o no quieren abrir sus ojos.dea cuerdo a los tanques el pensamiento gringo el proyecto NAFTA es y fue concebido para competir y poder manetner la hegemonia(politca/econmica)de usa ante la podersoa comeptemncai desde China(asia)y Europa.La rofroma migratorai de usa prtende ante todo la libre movilidad de trabajadores(mexicanos)hacia USA!!.Esat es la principal razon q hoy se resgistran deportaciones MASIVAS de centroameriacnos desde usa y MAS masivas son lsa dpeortaciones desde Mexico!!.Le precondicion a al refroma migratorai es cerrar la frontera sur(mexico) a toda la migracion centroamericana!!Q implicaciones tien esto para el flujo de remesas,??marginacion,de al diaspora?mas sangria?yugo colonial mexicano sobre centroameri
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