Igualdad de derechos para las mujeres

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Editorial UCA
05/05/2014

En nuestro país, si de verdad queremos avanzar hacia una sociedad desarrollada, equitativa, inclusiva y con justicia social, debemos aceptar de una vez por todas, sin cortapisas ni matices, la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. Debemos reconocer que hombres y mujeres formamos una única humanidad y tenemos los mismos derechos y deberes, en todas las áreas de la vida. Para ello, por supuesto, no bastan discursos vehementes o sutilezas protocolarias; es necesario que esa igualdad se refleje en la cotidianidad, en todas sus dimensiones: económica, social, política y cultural.

La realidad actual de El Salvador muestra que estamos lejos de eso. No solo hay una aguda desigualdad entre géneros, sino que, peor aún, la subordinación de las mujeres a los hombres es evidente. En la mayoría de áreas, las mujeres son discriminadas, no tienen las mismas oportunidades que los hombres. En nuestra sociedad, la cultura machista y patriarcal sigue definiendo las relaciones de género e imponiendo la discriminación de las mujeres a casi todo nivel.

El PNUD define el machismo como la forma de concebir el mundo en la que predomina la creencia de la superioridad del hombre con respecto a la mujer. El machismo promueve la desvalorización de las mujeres como sujetos; refuerza la subordinación de ellas a los hombres; atribuye las diferencias sociales entre hombres y mujeres a un determinismo biológico, que enfatiza la función reproductiva y el rol maternal femenino; y supedita la realización del proyecto de vida de la mujer al proyecto vital del hombre. A esta concepción machista se une el patriarcado, que asigna a los hombres el control de los recursos materiales e ideológicos.

Es evidente que el machismo y el patriarcado se nutren mutuamente, constituyen una cultura y definen las relaciones sociales. Una cultura que es responsable, entre otras cosas, de la violencia contra las mujeres, en especial dentro del hogar. Por eso, el informe del PNUD "Imaginar un nuevo país, hacerlo posible" plantea que la cultura actual es un obstáculo para el bienestar, pues fomenta la desigualdad. El racismo, el machismo, el patriarcado y otras formas de discriminación han dado lugar a un orden social que legitima el control y la dominación de unos sobre otros, de los que se consideran superiores sobre los que son relegados como inferiores.

A pesar de que desde 1950 la legislación salvadoreña reconoce la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, nuestra cultura, nuestra práctica cotidiana dice e impone otra cosa; las mujeres sufren discriminación en el acceso a la educación, al empleo, a un salario digno, a la protección social, a la propiedad. En este marco, la Iglesia católica poco ha contribuido a la búsqueda de equidad por su incapacidad de superar su propia estructura machista, que relega a la mujer a un plano secundario dentro de las estructuras y funciones eclesiales.

Sin embargo, en honor a la verdad, aunque aún nos falta mucho por mejorar, en El Salvador las cosas van cambiando poco a poco. La exigencia de las mujeres organizadas en grupos y colectivos, aunada a la voluntad política de algunos funcionarios públicos de alto nivel, van propiciando una mayor conciencia de que la igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres debe hacerse realidad. Es justo reconocer todo lo que se ha avanzado durante la administración Funes con leyes y políticas públicas para fomentar esa igualdad y superar la discriminación existente. Son pasos importantes la Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación contra las Mujeres, la Política Nacional de la Mujer y el Sistema Nacional para la Igualdad Sustantiva, entre otros.

Estos avances están en total sintonía con la perspectiva cristiana y humanista que defiende la igual dignidad de la mujer y del hombre, y el derecho a gozar de ella a plenitud. Nada justifica relaciones de dominación, no hay sustento alguno para la presunta superioridad de un género sobre el otro. Es tiempo de cambiar, tiempo de que hombres y mujeres nos relacionemos con igualdad y respeto profundo. Es hora de trabajar juntos, porque promover y hacer realidad la igualdad de derechos no es solo responsabilidad de las mujeres. Los hombres, al participar activamente en la liberación de las mujeres, también se liberan a sí mismos. Las mujeres no están pidiendo ningún favor; exigen el restablecimiento de relaciones fraternas y justas, reconocidas por la ley.

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Anónimo
10/04/2018
04:43 am
gracias po esta informacion los felicito tienen una buena expereiencia son experten la computacion este tema deja una enseñansa q tanto como mujeres y hombres son mujeres no son mas q los hombres ni los hombres son mas q las mujeresSON todos son iguales ante la ley el rico se cree mas q el pobre pero seequiboco el rico se a tan rico el pobre aun q sea tan pobre el pobre es igual al rico los dos tienen el mismo drecho aunq el pobre no tenga dinero no significa q el rico lo ba a mirar mal porque es pobre mas bien lo tiene q mirar como se debe lo tiene q mirar con amor y honestidad pobres y ricos son iguales ante la ley de dios
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Anónimo
02/06/2017
13:24 pm
gracias por este informe
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Anónimo
23/05/2017
11:13 am
gracias por compartir su tema es muy interesante
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Anónimo
23/05/2017
11:12 am
gracias me ayudo en verdad,,, este tema es muy interesante ya que las mujeres deben y tienen los mismos derechos que los hombres
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Anónimo
23/01/2017
17:22 pm
Desde mi punto de vista, creo que es necesaria esa igualdad de genero.Tanto hombres como mejeres deben gozar de los mismos derechos.Al principio cuando Dios creo al hombre,se dijo:le pondre una ayuda semejante a El,osea igual; la mujer.pero transcurrido el tiempo,se perdio la vision original de igualdad. Se deberian cambiar ciertas ideologias machistas.
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Anónimo
09/11/2016
06:46 am
buen articulo
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Anónimo
31/10/2014
22:37 pm
excelente articulo,DIOS creo al hombre y la mujer y ante el somos iguales;pero que sucedio?hasta la biblia plantea el machismo y el patriarcado que ha durado por siglos.la religion tiene culpa en esto al asignar funciones a cada genero,pero esto va cambiando y llegaremos algun dia en que hombres y mujeres nos veamos como camaradas en iguales condiociones
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Anónimo
09/05/2014
08:20 am
Les felicito por el público reconocimiento de la igualdad de derechos para las mujeres, particularmente de una institución académica con tan alto prestigio. Creería importante como parte de su compromiso cristiano y humanitario comenzar el ejercicio de transversalizar la formación en igualdad de derechos en los distintos procesos de educación formal e investigativos que realizan, de tal forma que puedan advertir al país sobre los avances y retrocesos en la materia.
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Anónimo
06/05/2014
20:20 pm
No olvidar que las meras leyes o políticas, por sí mismas, no cambian la realidad de discriminacion. Es muy importante exigir que estas se apliquen y se implementen, de lo contrario no vamos a avanzar en la equidad de genero en la sociedad. La violencia y la pobreza siguen siendo los mayores obstáculos para el empoderamiento de las mujeres y para la construccion de relaciones equitativas entre hombres y mujeres.
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