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Del 6 al 10 de diciembre, representantes de la Fundación de Otología García-Ibáñez (España) vinieron al país para realizar una jornada de implantes cocleares. La visita de los otólogos fue aprovechada por el Departamento de Ciencias de la Educación para organizar actividades formativas sobre la situación del implante coclear en El Salvador.
Una de ellas fue una mesa redonda, desarrollada el miércoles 8 de diciembre en el Auditorio "Segundo Montes, S.J.". En la actividad participaron Ricardo Patiño, jefe de Otorrinolaringología del Instituto Salvadoreño del Seguro Social; Sonia Ramos, presidenta de la ONG española Economía y Colaboración Solidaria con las Personas Sordas (Ecosol-sord); Elizabeth Estrada, logopeda de la Fundación García-Ibáñez; Aída de López, de la Asociación de Padres de Familia con Hijos con Implante Coclear; Norma Chavarría, catedrática del Departamento de Ciencias de la Educación y coordinadora del Profesorado en Educación Especial; y Luis García-Ibáñez, médico que efectuó las cirugías cocleares y vicepresidente de la Fundación de Otología García-Ibáñez, quien fungió como moderador.
La mesa arrancó con el testimonio de Aída de López, madre de Gabriela, la primera niña en El Salvador con un implante coclear. Hace más de una década, cuando apenas tenía un año, Gabriela fue diagnosticada con un problema de sordera severa. Inmediatamente, su madre inició la búsqueda de soluciones. Tres años después, gracias a la ayuda de Ecosol-sord y la UCA, la pequeña Gaby viajó a España para recibir el implante coclear que hoy en día, a sus trece años, le permite escuchar y hablar con normalidad.
La Fundación de Otología García-Ibáñez opera desde 1996 con la misión de proporcionar implantes cocleares a personas de escasos recursos alrededor del mundo. En El Salvador, Ecosol-sord y la UCA son las instituciones que seleccionan los casos que después son evaluados por la organización española. Así, a lo largo de diez años, 15 niños salvadoreños han viajado a Barcelona para someterse a la cirugía que les permitió pasar del lenguaje de señas al lenguaje oral. En este marco, la visita de los especialistas este mes fue para realizar por primera vez las cirugías en el país, en las instalaciones del ISSS, gracias a las gestiones del Ministerio de Salud.
Y es que, localmente, el sistema de salud no ofrece tales alternativas para las personas sordas. Por su alto costo (que excede los 30 mil dólares), el implante coclear no se ofrece en ninguno de los hospitales de la red de salud del Estado.
Ante esta realidad, a juicio de García-Ibáñez, "es de vital importancia que (...) se comiencen a ofrecer alternativas reales para las personas sordas, que vayan más allá de los audífonos, pues para la gran mayoría no sirven de nada".
El procedimiento del implante coclear es sencillo y seguro: en la parte del oído llamada cóclea, se coloca un electrodo que sustituye a las células auditivas. Este electrodo convierte el sonido en impulsos eléctricos que estimulan el nervio auditivo y que son procesados por el cerebro, posibilitando así que los pacientes escuchen normalmente.
"La edad adecuada para implantar (este dispositivo) es antes de los cinco años; si el implante se realiza después de esa edad, los resultados son menores", explica Ibáñez. Si el paciente solo tiene problemas de audición (no de habla), después de la operación y mediante terapias, puede tener una función auditiva normal.
Sin embargo, para que la incorporación a la sociedad de las personas con implante sea plenamente exitosa, es necesario un acompañamiento constante por parte de un logopeda (terapeuta del lenguaje). Desafortunadamente, en el país, revela Norma Chavarría, son escasos los centros asistenciales que dan esta ayuda. En la UCA se ubica uno de los pocos lugares que ofrecen este servicio: el Centro de Atención para la Comunicación y el Lenguaje, cuyo objetivo es atender a menores con deficiencia auditiva y con dificultades para comunicarse de manera oral y escrita.
En este sentido, Elizabeth Estrada, logopeda profesional que hace la programación de los aparatos auditivos que acompañan al implante, destaca la importancia de la autoformación en el campo de la terapia del lenguaje, pues "es un problema que no existan programas de estudio integrales que califiquen a un experto en terapia oral".
