En memoria de monseñor

En el marco del 34.° aniversario del martirio de monseñor Romero, el lunes 24 de marzo se ofició una misa en la capilla de la UCA para recordar su enseñanza y celebrar la vigencia de su legado en el corazón de los salvadoreños.

Rolando Alvarado, provincial de la Compañía de Jesús en Centroamérica, presidió la eucaristía. Durante la homilía, destacó el espíritu de servicio que caracterizó a monseñor Romero toda su vida. En ese sentido, el obispo mártir encarnó lo que Jesús decía al respecto: hasta el hombre más importante debe portarse como si fuera el último, siempre al servicio de los demás.

Romero, según Alvarado, fue un hombre de buena voluntad, de clara ortodoxia, pero al mismo tiempo compasivo. Una actitud profunda que se apoderó de él y que enfocó hacia la población más pobre y reprimida en los albores de la guerra.

Asimismo, el Provincial invitó a los presentes a reflexionar, en tiempo de Cuaresma, sobre cómo la celebración del martirio puede servir para “volver el corazón hacia Dios de la misma manera en la que monseñor empezó a poner su vida en manos de Él y no en sus propios intereses o en los del régimen”.

La misa continuó con la presentación de ofrendas. Se entregaron publicaciones del Centro Monseñor Romero, el pan y el vino, en representación del sacrificio por los demás, la prueba más grande de amor.

Finalmente, el padre Jon Sobrino agradeció la asistencia, especialmente, a los invitados internacionales, que son prueba viva de que la obra y el mensaje de monseñor Óscar Romero han llegado a todos los rincones del mundo.