Medios de comunicación y golpes de Estado

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Carlos Pérez
06/10/2009

El 6 de octubre, en el auditorio del Edificio de Aulas "D", el Departamento de Letras, Comunicación y Periodismo llevó a cabo, por iniciativa de alumnos de la Licenciatura en Comunicación Social, el cine-foro "Cien días del golpe de Estado en Honduras", con la proyección del documental La revolución no será televisada, de los directores Kim Bartley y Donnacha O’Briain.

Tras la presentación del filme, Manuel Velasco, catedrático del Departamento, explicó que "el papel de los medios de comunicación en el golpe de Estado en Venezuela, en 2002, y en Honduras, hace alrededor de cien días, fue sumamente importante". Y que, sobre todo, "es interesante notar que de lo primero que los golpistas de ambos países buscan apoderarse son los medios de comunicación: ‘si tenemos los medios, tenemos el control’. A mi juicio, esto debería ser analizado por todos, porque es algo preocupante".

El documental relata cronológicamente el fugaz y a la postre fallido golpe de Estado contra el presidente venezolano Hugo Chávez, en 2002. Los disturbios que ocasionó el acontecimiento dejaron como resultado varias personas muertas y cientos de heridos. En ese contexto de máxima tensión política, la manipulación de imágenes y de la información por parte de los grandes medios de comunicación, alineados a favor del golpe, fue evidente: tergiversando los hechos, hacían creer que simpatizantes de Chávez atacaban con armas de fuego a los opositores. Como este, hubo muchos pasajes en los que estos medios dejaron claro su escaso talante democrático y su dudosa veracidad.

Al respecto, Velasco destacó la importancia de la "dictadura de la imagen". "Esto es justo lo que pasó en Honduras. Mientras el presidente Manuel Zelaya era sacado del país, los medios de comunicación hondureños transmitían con normalidad sus programaciones cotidianas. Querían hacer creer que no estaba pasando nada", reflexionó.

Como conclusión, el catedrático explicó que los medios son un arma poderosa cuyo doble filo debería llamar la atención de los analistas de todos los Estados, principalmente de los latinoamericanos. "Es alarmante porque nuestros países, con su democracia todavía muy reciente, podrían ser víctimas de lo que sucedió en Venezuela en 2002. ¡Para muestra, Honduras!", finalizó.

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