Violencia y fronteras

El 22 de septiembre, en el auditorio del ICAS, se llevó a cabo la videoconferencia "Ciudadanías al límite: reflexiones sobre la narcoviolencia y la migración", organizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Proyecto Desarrollo Humano y Migraciones de la Universidad (financiado por la Unión Europea y en el que participan los departamentos de Sociología y Ciencias Políticas, de Economía y de Ciencias Jurídicas, junto al IDHUCA).

Las ponentes en línea fueron las académicas mexicanas Rossana Reguillo, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO); y Claudia Castañeda, de la Universidad Autónoma de Tamaulipas. En sus ponencias, ambas partieron de la violencia que se vive en México y los problemas políticos y sociales que se están generando en la lucha contra el narcotráfico.

Reguillo profundizó en los diferentes hechos criminales ocurridos en los últimos meses en su país, e hizo énfasis en que uno de los problemas más complejos ante tal situación es la falta de información para la ciudadanía. Por su parte, Castañeda centró su discurso en los acontecimientos sucedidos en Tamaulipas y en Guadalajara, y explicó cómo el narcotráfico está afectando los procesos de migración y el modo en que ello desemboca en la criminalización del migrante.

Luego de las palabras de las catedráticas mexicanas, llegó el turno de los ponentes en el campus local. Amparo Marroquín, jefa del Departamento de Letras, Comunicación y Periodismo, habló sobre la importancia de abordar académicamente este tipo de problemáticas, pues "muchas veces estos temas se dejan solamente como noticia y no se reflexiona sobre las implicaciones que tienen". Asimismo, opinó que desde la Universidad, y frente a las dinámicas de violencia imperantes, es fundamental promover ciudadanías más activas, esto es, "ciudadanos que realmente propongan al Estado, y que busquen vivir de una manera crítica, sin miedo, pero al mismo tiempo con precaución".

Finalmente, José María Tojeira, rector de la UCA, reflexionó sobre cómo se vive desde El Salvador la violencia y la migración, y qué retos ponen ambas a las actividades del Gobierno. Para el jesuita, "la ciudadanía no solo vive y se mueve en situaciones límite a causa de la violencia, sino que es empujada diplomáticamente al límite". Señaló que la exclusión es generadora de violencia, y que reprimir es también una forma de excluir.