Buenos días, autoridades de la Universidad y estimado público presente. En este día tan importante, me dirijo a ustedes y a mis compañeros graduados para reflexionar acerca de todos los momentos inolvidables que compartimos en nuestra alma mater, la UCA, una de las universidades más prestigiosas a nivel regional en la que hemos enfrentado muchos retos, con la que hemos celebrado triunfos y con la que siempre estaremos agradecidos por la infinidad de conocimientos que nos ha brindado.
Ahora podemos decir que todos estos años de trabajo, horas de sueño invertidas, ideas creativas desarrolladas y múltiples reuniones de estudio con amigos al fin han rendido frutos. Hoy es el día en el que alcanzamos la meta; esa meta que vimos lejos por mucho tiempo y que nos impulsó a perseverar, a pesar de los obstáculos con los que nos enfrentamos.
Es en este momento en el que estamos listos para poner en práctica lo aprendido y ser entes de cambio para una mejora de la sociedad. En este momento nos damos cuenta del verdadero compromiso de un estudiante UCA, caracterizado por el deseo de transformar a un pueblo cuya realidad necesita de nuestro conocimiento y de nuestras ideas.
Tal como lo dijo Mahatma Gandhi: "Sé el cambio que quieres ver en el mundo". Ha llegado la hora de demostrar quiénes somos y hacia dónde vamos, y plasmar una huella con inspiración cristiana que contribuya al cambio social. Tomemos en cuenta que con correctas decisiones y pequeñas acciones tenemos en nuestras manos las herramientas necesarias para que El Salvador alcance sus anhelos de paz y justicia.
Y es por eso que se vuelve fundamental extender nuestros más sinceros agradecimientos. Primero, a Dios, quien nos dio la fortaleza y determinación para culminar con éxito nuestra carrera. A nuestros padres, por trabajar arduamente para poder brindarnos la mejor educación del país a nivel superior. A nuestros catedráticos, quienes siempre estuvieron comprometidos a darnos la mejor de las enseñanzas y a demostrarnos que en la vida se requiere compromiso, convicción y perseverancia para lograr todo lo que nos proponemos. Y a nuestros compañeros, que año tras año se volvieron un pilar fundamental de nuestro triunfo, con quienes compartimos noches de desvelo, estrés de los parciales y las mil y una experiencias que ahora forman parte de nuestras memorias.
¿Será esto un adiós? Definitivamente, no. Es el inicio de una nueva historia llena de retos, triunfos y alegrías. Este día nuestras vidas tomarán un giro diferente y es deber de cada uno de nosotros marcar un camino de éxito personal y profesional. Porque, como dijo George Bernard Shaw: “Un triunfador es aquel que se levanta y busca las circunstancias que desea y si no las encuentra, las fabrica”.
Muchas gracias y felicidades. ¡Lo logramos!