Discurso de la representante de los graduados de las facultades de Ingeniería y Arquitectura, y de Ciencias Sociales y Humanidades

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Mónica Cardoza
19/11/2015

Respetables autoridades, catedráticos, familiares, amigos, compañeros, reciban todos un fraternal saludo. Tengo el honor de dirigirme a ustedes en representación de los graduados de las facultades de Ingeniería y Arquitectura, y de Ciencias Sociales y Humanidades. Mi más sincero agradecimiento por acompañarnos en este día tan significativo para todos nosotros.

Hoy celebramos la culminación de nuestras carreras universitarias, un objetivo de vida que no fue fácil de alcanzar, pero que hoy nos hace sentirnos orgullosos. De estos años transcurridos, no solo nos llevamos nuevos conocimientos y capacidades, sino también amistades perdurables, vivencias inolvidables, enseñanzas y un sinfín de experiencias que han construido las personas que somos ahora.

Finalizar esta etapa significa tomar estas vivencias, apropiarse de los conocimientos adquiridos y poner las herramientas de nuestras carreras al servicio de los demás. Asimismo, implica tener una conciencia más crítica sobre nuestra realidad, conocer las necesidades y demandas de nuestro pueblo. Un pueblo que pide incansablemente nuestro accionar profesional para dar solución a las problemáticas que actualmente nos aquejan. Por tanto, ser profesionales ahora significa ser agentes del cambio social. Como bien decía Martín-Baró, “la verdad de las mayorías populares no hay que encontrarla, hay que hacerla”. Y es que por medio de nuestro servicio profesional, independientemente del área del saber escogida, debemos contribuir a una sociedad más justa, con igualdad y libertad. Sin embargo, solamente lo lograremos si ponemos en práctica todo lo aprendido durante estos años en la UCA, si lo convertimos en acciones, en praxis cotidiana.

A 50 años de la fundación de la Universidad, no hay que perder de vista la inspiración cristiana de nuestra institución, la cual está comprometida con la transformación de estructuras injustas y la defensa de los derechos humanos. Hoy, en estos difíciles tiempos de violencia, inseguridad y desigualdad, se presentan diversos retos para alcanzar este propósito. Como profesionales de la UCA, hemos adquirido en nuestra formación universitaria las herramientas, conocimientos y valores necesarios para poder “hacernos cargo de la realidad”, como pedía Ellacuría. Los mártires son ejemplos y guías de la historia de nuestra universidad, y nos interpelan con su compromiso práctico y teórico. Nos exhortan a ser profesionales comprometidos con la búsqueda de la justicia, la verdad y la solidaridad. Nos enseñan que a pesar de la incertidumbre y las dificultades, si se tiene valor, convicción y amor por el prójimo, se puede contribuir al cambio social.

Por último, es importante mencionar que este logro no hubiese sido posible sin el apoyo, el cariño y la fortaleza que nos brindaron muchas personas a lo largo de estos años. En primer lugar, debemos agradecer a nuestras familias, que nos han brindado la oportunidad de culminar nuestros estudios universitarios exitosamente. Gracias por su comprensión y cariño tanto en los buenos momentos como en los más difíciles. Agradecer también a nuestros catedráticos y catedráticas, que nos dejaron muchas enseñanzas no solo académicas, sino para la vida. A nuestros compañeros de lucha, que hoy se han convertido en nuestros grandes amigos y amigas, con quienes vivimos experiencias inolvidables y que siempre nos apoyaron, brindándonos palabras de aliento para superar juntos los obstáculos.

Finalizo deseándoles mis mejores deseos a cada uno de ustedes, compañeros. Ojalá este día no sea solo el fin de una etapa, sino el comienzo de una nueva, más retadora y desafiante, pero también prometedora. Que nuestros valores e ideales se encuentren siempre presentes. Con ánimos de superación, confianza en nosotros mismos y amor por lo que hacemos, pongamos nuestro trabajo a servicio del cambio social.

¡Muchas felicidades a todos y todas!

Muchas gracias.

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