Discurso del representante de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales

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Rodrigo Figueroa
06/06/2017

Autoridades que presiden la mesa de honor, estimados graduados, familia, amigos, buenas tardes. Es un honor para mí dirigirme a ustedes en nombre de mis compañeros. En primer lugar, quiero agradecer a todos por parar sus agendas este día para acompañarnos y celebrar junto a nosotros este momento único y tan anhelado en nuestras vidas.

Agatha Christie dijo que “no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante”, que “la vida, en realidad, es una calle de sentido único”. Hace unos años celebrábamos por primera vez la culminación de una de nuestras etapas de vida, nos sentíamos grandes y listos para comernos el mundo, ansiosos de iniciar una vida de jóvenes adultos en la Universidad, éramos al fin bachilleres de El Salvador. Pobres de nosotros, no sabíamos lo que nos esperaba.

Comenzaron las preguntas de la familia y los amigos: “Y tú, ¿qué vas a estudiar?, ¿a qué universidades te has inscrito?, ¿por qué la UCA?”. En mi caso: “¿Por qué Administración de Empresas?, ¿una ingeniería no suena mejor? Tu hermano es Arquitecto, ¿por qué no mejor Ingeniería Civil?”. Pero algo había dentro de nosotros que nos decía que nuestra vida iba a ser mejor como mercadólogos, contadores, economistas u otra profesión enfocada a negocios. Así fue como terminamos recibiendo clases de matemática con el licenciado Figueroa, aprendiendo a ponerle color a las gráficas, o recibiendo clases de contabilidad con la licenciada Socorro, buscando mover números con tal de que nuestro balance cuadrara. Nos convertimos en universitarios; específicamente, en búhos UCA.

Los años avanzaron, y ahora celebramos la nonagésima tercera graduación de estudiantes de la UCA, nuestra graduación. El tiempo me ha enseñado que la vida está llena de días que no recordaremos. Quizás, por ejemplo, el de nuestro primer día de clases, o en el que reprobamos un parcial, o esa vez que estuvimos toda una tarde en un evento de la Universidad para conseguir horas sociales. Es probable que olvidemos el color de corbata que estamos utilizando hoy, o la forma en que nos peinamos para venir a este acto, pero les puedo asegurar que siempre recordaremos el sentimiento de estar sentados aquí, de caminar a través de este escenario para recibir nuestro título universitario y así comenzar una nueva etapa de nuestras vidas.

Este día es de celebración por nuestro arduo trabajo durante estos años, por los desvelos y esfuerzos para terminar nuestros proyectos a tiempo. Es un día para agradecer, para darle gracias a todas las personas que nos ayudaron a conseguir este logro. Es un día de decisiones, sobre el tipo de profesionales que queremos ser, el tipo de huella que queremos dejar en el mundo, el cambio que queremos empujar. Este día, salimos de la Universidad no solo con una educación, sino ocupando un espacio privilegiado en la sociedad como profesionales, y como acreedores de este privilegio es nuestra responsabilidad impactar positivamente en donde sea que estemos.

Más allá de estas puertas decidiremos nuestro campo de trabajo y de desarrollo profesional. Y así como ahora nos sentimos nuevamente llenos de alegría y motivados a comernos el mundo, vendrán momentos en los que el miedo al fracaso tocará a la puerta. Cuando eso suceda, los reto a no dejar que el miedo ahogue el deseo de transformar el mundo, a que los obstáculos que nos encontremos sean externos, no internos. Seamos audaces, apuntemos alto, demos esperanza, aportemos cambio. Tenemos un gran desafío por delante, colegas, pero estoy seguro de que somos capaces de salir adelante, tal como lo estamos haciendo ahora.

¡Felicidades, graduados UCA!

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