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Respetables miembros de la mesa de honor, estimados catedráticos, familiares y amigos reunidos en este importante evento, reciban un cordial saludo. Me causa mucha alegría poder dirigirles estas palabras en representación de mis compañeros. Quiero darles las gracias por estar con nosotros en esta tarde en que concluimos una parte muy importante de nuestra vida.
Finalizamos una etapa de nuestra carrera profesional, lo que es motivo de agradecimiento. A Dios por su protección y amor. A nuestros padres, que con gran esfuerzo y perseverancia nos apoyaron para llegar aquí. Sabemos lo difícil que es el proyecto de vida de criar a un niño. Y luego de tantos años de trabajo y tiempo invertido, quiero decirles que gran parte de este triunfo es de ustedes, por educarnos y convertimos en las personas que somos ahora.
Agradecemos a nuestras familias, por su cariño y palabras de aliento durante la carrera. A nuestros amigos, que ayudaron a aligerar el peso de la carga académica y que en más una ocasión nos dieron los pequeños empujones que necesitamos de vez en cuando para avanzar.
Gracias a los catedráticos, que con pasión y entusiasmo nos dedicaron su tiempo para facilitarnos de la mejor manera posible sus conocimientos y experiencias. Sabemos que muchas veces que nos pareció que nos exigían más de lo necesario, lo hicieron porque veían nuestra capacidad de dar más y mejorar.
A la Universidad, que ha sido un segundo hogar y que con sus instalaciones, personal y programas nos moldeó para ser los profesionales en que nos convertimos. Y finalmente, gracias a todas las personas que dejaron una marca en nosotros.
Recuerdo los últimos años de la carrera, cuando en los momentos más pesados del ciclo prácticamente vivíamos en los laboratorios y nos ayudábamos en las distintas materias. Las reuniones luego de clases, las largas sesiones de estudio hasta la madrugada y los momentos inolvidables que compartimos fuera de la Universidad. Estoy seguro de que las amistades que cultivamos en este tiempo perdurarán por el resto de nuestras vidas. Estoy agradecido de haber tenido compañeros y amigos tan extraordinarios en este hermoso proceso.
Como nuevo profesionales, enfrentamos grandes retos. Sabemos que a nivel de conocimientos y habilidades somos perfectamente capaces de desarrollarnos y afrontar trabajos de mucha complejidad, pero el verdadero reto es ser profesionales con moral y valores irreprochables. Esto será lo que finalmente nos distinguirá de otras personas y hará que nuestra educación universitaria pueda impactar en la realidad en que vivimos.
La Compañía de Jesús, a la que pertenece esta universidad, busca que sus graduados sean capaces de analizar las raíces profundas de las injusticias estructurales que los rodean, que tengan valor para comprometer su vida en la transformación de este mundo, que se sientan responsables del estado actual de la humanidad.
Lo que yo les pido es que seamos hombres y mujeres para los demás, cada uno desde su campo de acción, para así poco a poco ir mejorando El Salvador. Que seamos motores de cambio y modelos a seguir para las generaciones que vienen, y poder entregar este país mejor de lo que lo encontramos. Tenemos el potencial de lograr lo que nos proponemos para nosotros y para los demás; y es nuestro deber explotarlo al máximo.
Felicidades a todos por su graduación, y a las personas que celebran este triunfo con nosotros. Muchas gracias.
