Discurso del representante de las facultades de Ciencias Económicas y Empresariales, y de Ingeniería y Arquitectura

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Moisés Quintanilla
22/11/2018

Buenos días, autoridades que presiden la mesa de honor, directores de carrera, estimados profesores, queridos familiares, amigos y compañeros. Es un placer saludarlos.

Hace años, cuando estábamos en el último curso de bachillerato, decidimos estudiar en la UCA. No sé ustedes, pero yo pensaba que llevar solo cuatro o cinco materias en la Universidad en vez de las ocho o 10 de bachillerato iba a resultar fácil. Nunca había estado tan equivocado.

Muchos iniciamos la Universidad siendo jóvenes, delgados, sin saber nada de mercadeo, economía o ingeniería, y con la visión de que en algún momento estaríamos aquí, graduándonos. Hoy ya no parecemos tan jóvenes, algunos hemos ganado un par de kilos, sabemos un poco más, pero la visión que tuvimos se convirtió en realidad. Nuestro momento al fin llegó.

Mientras me preparaba para este momento, me topé con el discurso de Steve Jobs a los graduados de Stanford en 2005. Y voy a centrar mi discurso en un tema que él expuso y que quizá alguno de ustedes ya han escuchado: “Conectar los puntos”.

Es difícil imaginar que una persona tan brillante y revolucionaria para su época como él nunca se haya graduado. Él contaba la anécdota de cómo después de dejar la universidad decidió incorporarse a aquellos cursos que le resultaban más interesantes; entre esos estaba la caligrafía. Hoy en día, escribir bonito no sirve de mucho, debido a la idea de Steve de incorporar diferentes tipografías en las computadoras; de hecho, en la actualidad, muchas entidades exigen tipos y tamaños de letra específicos para presentar reportes técnicos.

No había manera de que el Steve Jobs que decidió tomar caligrafía supiera que años después sus apuestas técnicas cambiarían la forma en que la gente escribe hoy en día. Como dijo en su discurso en aquel momento, “no hay manera de conectar los puntos hacia adelante, solo viendo hacia atrás”. De la misma manera, las decisiones que tomamos en el pasado y las de hoy forman los puntos que unidos convergerán en un futuro que no conocemos.

Tomemos conciencia, pues, de que las cosas buenas y malas que nos suceden a lo largo de la vida son producto de nuestras acciones; es decir, resultado de unir los puntos que formamos en el pasado y en el presente. Los únicos responsables de nuestro futuro somos nosotros mismos.

Los invito a que no se conformen con lo que han aprendido hasta ahora. Aprendan lo más que puedan. Si es sobre algo que puede ser útil, está bien; si es de algo que nos apasione, pues mejor; y si es útil y nos apasiona, excelente.

Espero que todos podamos encontrar eso que nos apasiona y que de aquí a 10 o 15 años reflexionemos sobre el pasado, sobre cómo los puntos que formamos nos llevaron a ese presente-futuro que espero sea de éxito.

Para ir terminando, agradezco a esta institución y a todas las personas que en ella laboran, en especial a aquellos profesores que compartieron su tiempo, conocimientos y experiencia con nosotros.

Mi familia no tiene muchos recursos económicos, por lo que estudiar en una universidad tan prestigiosa como la UCA resultaba casi imposible. De no ser por una institución que confió en mí, Fedisal, y su programa de becas Fantel, no estaría compartiendo este momento con todos ustedes. Personalmente, les estoy muy agradecido y espero que sigan apoyando a muchos jóvenes como yo.

 ¿Qué más queda? La respuesta es simple: tomar la responsabilidad de nuestro futuro y no conformarnos ni acomodarnos. Siempre hay espacio para aprender y mejorar. Disfrutemos nuestro momento. Gracias.

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