En 2001, la UCA se sumó a la atención de la emergencia por los terremotos a través de la producción de estudios y propuestas para enfrentar la crisis. A lo largo del lustro que arrancó con esa tragedia nacional, impulsó un proyecto pionero de energía solar en una de las comunidades más pobres de El Higueral, en la zona norte de Chalatenango; y continuó con su apuesta de ampliar la oferta de posgrado.