Se la considera no solo el mayor acto de violencia contra población civil cometida por agentes gubernamentales durante la guerra civil, sino también la peor masacre en el hemisferio occidental en tiempos modernos. El Mozote, La Joya y Los Toriles son cantones marcados por la sangre de más de 600 civiles asesinados por el Ejército salvadoreño entre el 10 y el 12 de diciembre de 1981. Treinta años después, las víctimas esperan justicia.