La mayoría de riesgos mortales los enfrentan los migrantes en su paso por tierra mexicana. Los Gobiernos de Centroamérica y México han mostrado poco interés y capacidad por evitar que su gente continúe migrando, menos aún para alcanzar acuerdos concretos para proteger a los miles de seres humanos que se desplazan en búsqueda de trabajo y tras el sueño de mejorar sus vidas y la de sus familias.