¿Elecciones no competitivas? El caso de Arena (1)

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Roody Reserve
26/07/2017

El proceso de elecciones internas de Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que inició el pasado 1 de marzo del presente año con la convocatoria del Comité Ejecutivo Nacional (Coena), hasta la efectiva celebración de los comicios el domingo 23 de julio, ha dejado al descubierto muchos elementos que desvelan el estado actual de la fortaleza y debilidad de la organización, las corrientes internas que pelean su control, los límites del proceso democrático interno y, más importante aún, los problemas que enfrenta el proceso de apertura democrática interna de los partidos. No cabe duda que, a pesar de sus serias limitaciones, que no tendremos oportunidad de abordar en este texto, Arena ha organizado el proceso electoral más abierto de todos los partidos que han realizado elecciones internas. Un factor fundamental que explica este hecho es la misma debilidad de las máximas autoridades del partido. Al encontrarse en la imposibilidad de imponerse a las diferentes corrientes internas que se pelean el control del partido, no les ha quedado más remedio que gestionar, con un mínimo de orden, esta lucha. Desde la perspectiva de la democracia interna de los partidos, no es malo que la cúpula de Arena se haya reducido a efectuar esta labor. De hecho, en los contextos de mucha competitividad interna en los partidos, este es el escenario ideal. Así, los grupos que tienen visiones diferentes tendrían más espacio para afrontarse en la lucha por tomar el control del aparato.

Es evidente que a Arena le falta bastante para llegar a este estadio aludido en la última parte del anterior párrafo. El hecho de que algunos de sus diputados que generan más noticias en la prensa local, hayan tenido que desistir de su candidatura para protestar la intervención de las autoridades para favorecer otra corriente interna, es una señal inequívoca de ello. Aun así, sin embargo, Arena representa el mejor caso entre los partidos que están realizando o han finalizado procesos electorales internos en el país en los últimos días. Si nos centramos en el tema de la competitividad de las elecciones internas, representa, desde el punto de vista metodológico, un caso crucial y, por lo tanto un caso ideal. Se atribuye a estos tipos de casos la virtud de cuestionar la validez de una teoría. Es decir, si queremos saber qué tan democrática fueron las elecciones internas en este ciclo electoral en El Salvador, basta con saber cómo fue en Arena. Porque, es el partido que más se acercó a este ideal.

En las siguientes líneas realizamos un análisis somero de la competitividad de las elecciones para diputados en los 14 departamentos del país. No tenemos espacio para considerar todas las variables que la literatura considera en este tipo de análisis. Nos concentraremos nada más en la cantidad de candidatos por departamentos, según su tamaño y competitividad de Arena en dicho departamento y trataremos de ver cómo le ha ido a los incumbentes, es decir aquellos que ocupan un curul actualmente y que se han vuelto a postular.

Lo primero que llama la atención es el número de candidatos en relación a la cantidad de curules. En una situación de competencia perfecta, se esperaría al menos dos candidatos (más sus respectivos suplentes) por cada uno de ellos. Bajo esta lógica, si no se incluyeran a los suplentes, un mínimo de 168 candidatos deberían de presentarse a las elecciones internas para la Asamblea Legislativa. Pero, en la realidad, según los resultados preliminares publicados en la página web de Arena, solamente 125 personas se presentaron en las elecciones.

Otra manera de evaluar la disposición de los miembros de Arena para desafiar a quienes ya cuentan con un espacio entre la élite legislativa, es analizar la cantidad de aspirantes no en función de los curules teóricos a llenar, sino a partir de las opciones reales que tienen de ganar un puesto. Aun cuando los partidos presentan 84 candidatos, se sabe perfectamente que nadie podrá llevarse el cien por ciento de los curules. Bajo este supuesto, un indicador para medir la ambición de los desafiantes podría ser la cantidad de diputados que efectivamente ganó Arena en la última elección. En este caso, se esperaría al menos unos 70 candidatos (70 propietarios, sin tomar en cuenta a los suplentes) en las elecciones. Así, la cantidad de 125 se ajusta a las expectativas mínimas de competitividad de las elecciones internas.

Esta cifra global esconde el hecho de que no todos los departamentos fueron igualmente competitivos. Otro tipo de análisis de los datos muestra una asociación positiva entre el número de diputados que ARENA eligió en un departamento y el número de candidatos internos que se presenta en este departamento (la correlación es .97 y es significativo al .000). Las razones por lo que sucede esto pueden ser varias. Una de ellas podría ser que los incumbentes en las circunscripciones más pequeñas cuentan con un genuino apoyo entre las bases y que esta comunión entre bases y diputados en ejercicio intimida a los posibles desafiantes. Para tener una idea más clara sobre las razones por las que algunos departamentos son más competitivos que otros en las internas habrá que seguir investigando. En la segunda entrega de esta reflexión analizaremos la probabilidad de ser designado como candidato de los actuales diputados que se postularon en las internas y, los resultados que sacaron frente a sus competidores, en función del departamento.

Al completar este análisis, tomando en cuenta los problemas que se han suscitado en el proceso interno, tendremos una mejor perspectiva sobre la calidad de la competitividad interna de las elecciones para designar candidatos a diputado.

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