Así nacidos

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La Asamblea Legislativa aprobó el jueves 16 de abril la reforma de los artículos 32, 33 y 34 de la Constitución. Con la misma pretenden “reforzar” la institución matrimonial tal y como se concibe en la actualidad en la Carta Magna, es decir, como la unión entre un hombre y una mujer, añadiéndole: “Así nacidos”. Esto no crea nuevas leyes, sino que solo refuerza lo que ya existe. Pero son más importantes las implicaciones que conlleva determinar como norma constitucional el dato “así nacidos”. En verdad, ¿nacemos clara e indiscutiblemente hombres o mujeres? O mejor dicho, ¿ofrece la naturaleza la posibilidad de una realidad dicotómica indiscutible?

El sexo de los seres humanos está determinado por el fenotipo, el genotipo y las hormonas. Por el lado del fenotipo, lo tenemos claro desde el estribillo infantil que se enseña desde la primera infancia: “Los niños tienen pene, las niñas tienen vagina”, y ello basta para inscribir a un bebé en el registro civil. Pero, ¿es suficiente? Evidentemente no. Por un lado, tenemos a quienes padecen de hermafroditismo y comparten rasgos fenotípicos de ambos sexos. Por otro, genotípicamente, el sexo lo determina la ausencia o no del cromosoma Y. La mujer está determinada genéticamente por tener una combinación cromosómica XX y el varón por tener XY. Pero, ¿es posible que existan nacimientos fenotípicos distintos a los genotípicos, es decir, que los cromosomas de una persona no coincidan totalmente con sus genitales externos?

La vida nos muestra que sí. El caso de la atleta sudafricana Caster Semenya evidenció lo complicado que puede ser definir biológicamente el sexo de un ser humano. La atleta fue inscrita en el registro como mujer; pero luego de pruebas científicas (en las que participó un equipo de endocrinólogos, ginecólogos, médicos internistas, expertos en género y psicólogos) se evidenció la dificultad de definir su sexo exclusivamente con base en los genitales externos. “Es un caso raro”, diría la ciencia; pero es lo suficientemente significativo para afectar al menos a 20,000 británicos, según la BBC. Por otro lado, siendo un caso tan notorio, algunos eventos deportivos han optado por hacer exámenes de sexo a sus participantes, encontrando otros casos controvertidos; con lo que podemos concluir que no es un asunto tan esporádico ni excéntrico. Todo ello sin contar que los rasgos psíquicos son determinantes con rotundidad en la identidad sexual.

En ese sentido, si El Salvador adopta esta modificación y la añade a la Constitución, ¿cuál sería la evidencia de que somos hombres o mujeres “así nacidos”? ¿Estamos en condiciones de hacer pruebas de sexo a todas las personas cuando nacen para asegurarnos después de que no haya trampa? ¿Dispone el Estado de recursos para hacer pruebas genéticas y hormonales para saber con exactitud el sexo de los más de 70 mil nacimientos que se documentan cada año? Estos argumentos no son disparatados. Si “así nacidos” pasa a tener rango constitucional, tenemos que contemplarlo con la seriedad que la ley fundamental del Estado merece.

Las Constituciones nacen con vocación de convertirse en ancianas y de ser un marco que ayude a desarrollar la vida de los nacionales. Salvo la Constitución Británica, podría decirse que ninguna ha durado tanto como la de Estados Unidos. Deberíamos preguntarnos por qué. En mi opinión, la honorable Carta Magna de ese país llega hasta nuestros días tan fresca porque respira y deja respirar a las personas que se rigen bajo ella. La Constitución Británica tiene elementos del siglo XIII y si todavía sigue vigente es porque es considerada la ley que ampara a los individuos, no la que los estrangula. Constituciones asfixiantes crean países asfixiados. En este marco, y ante todo, si se acuerda el cambio en la Constitución salvadoreña, debería ser, por respeto al carácter de dicha ley, un cambio que pudiera ser efectivo.

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Anónimo
24/06/2015
11:46 am
Muy buen artículo. Solo me parece que es una irresponsabilidad por parte de las personas que opinan, que en un espacio académico citen la biblia. Esto es un espacio para reflexionar desde la evidencia, no desde los prejuicios que maliciosamente llaman “valores”. En serio, hay que leer un poquito más y observar la realidad para darse cuenta que los valores no son solo sus percepciones homófobas, machistas y fundamentalistas.
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Anónimo
30/04/2015
09:34 am
Glosa \"los que se equivocan son las personas al confundir sus sentimientos con su propia naturaleza\". Una valoración de este talante es una concepción inmutable y anquilosada de la naturaleza y de la ética. La biología refuta continuamente esta teleología de la naturaleza, la biodiversidad cambia continuamente, y aún más, es compleja y no se encasilla \"para siempre\", que es uno de los aspectos que la Dra. enfatiza. La ética del mismo modo, cambia según los valores de cada sociedad, los que construimos todos ¿o es que tienen la misma ética el derecho romano versus casi todas las constituciones actuales que reniegan de la esclavitud? (por cierto, ¿hubo solo -un- derecho romano?) Y en ese sentido, como la ética y la naturaleza se reconstruyen de forma continua, si nuestro fin es el bien común, ¿acaso no tenemos derecho a reconstruir una constitución, y en un sentido más amplio, una legalidad, que defienda el bienestar común e individual, de defender lo común a la..
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Anónimo
29/04/2015
15:28 pm
A su sugerencia de preguntarnos porque ha durando tanto la constitución de Estados Unidos, creo que es porque los valores y temas morales estan tirados a la basura, y ya no se diga los espirutuales, ha leido usted esa Constitución?, sabe cuanto de ella se aplica?, son iguales todos los Estadounidenses?, quiza quitando a las personas de color casi todos son iguales, ah, pero eso es racismo, vaya lio!, definitivamente esta lejos de ser fresca como usted supone, lo que aqui veo es que cada vez nos alejamos de los principios y valores para ir adecuando nuestras mentes enfermas y dar aceptación a lo que por es contrario a la naturaleza, ya desde tiempos antiguos mencionaba la biblia aberraciones sexuales que hoy quieren disfrazarse para que puedan ser aceptadas, pero la verdad es que somos hombres o mujeres desde la concepción, los que se equivocan son las personas al confundir sus sentimientos con su propia naturaleza, solo hay hombres y mujeres asi nacidos, nada más!.
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Anónimo
29/04/2015
08:59 am
Excelente análisis el de la cra. Nivaria, desde un enfoque \"distinto\": ella se toma en serio el \"rango constitucional\" de las reformas aprobadas y sin ratificar. \"Constituciones asfixiantes crean países asfixiados.\" ¡Gran conclusión para la reflexión!
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